En la rutina diaria de noticias sobre corrupción, escasez, insultos, amenazas, incremento del secuestro exprés, asesinatos y atentados contra la fuerza pública -79 agentes de seguridad han perdido la vida de manera violenta en el solo el Gran Caracas y el estado Miranda en lo que va del año- y amagos de diálogos entre la oposición y Maduro, tres noticias parecen perfilar el horizonte inmediato de Venezuela.
La primera, la salida de la multinacional Kimberly-Clark que enrarece mas el ambiente económico del país, abandonado por el grupo aéreo Latam, el más grande de Latinoamérica, mientras Lufthansa ha suspendido sus vuelos a Maiquetía y Aeroméxico anuncia su salida. General Mills Inc. y Bridgestone Corp. también advirtieron su partida del país. Ejecutivos de multinacionales están de acuerdo en que Venezuela, con las mayores reservas petroleras del mundo, tiene un gran potencial comercial pero que sostenerse con el actual régimen económico es imposible. Empresas como Kellogs, Johnson y Johnson, Lilly, Mondelez, permanecen en el país soportando grandes pérdidas que llegan hasta los 1.4 billones de dólares como en el caso de PepsiCo.
Además, el City Group advirtió al Banco Central de Venezuela de la cancelación del servicio de cuenta corresponsal para el pago a terceros, lo que alimenta la propaganda oficial de una guerra económica y un bloqueo comercial contra la república bolivariana, sermón que, fuera de los fanáticos chavistas, escaseando por estos días, ninguna persona sensata cree. Es mas lógico deducir que el City no quiere volver a verse involucrado en lavado de dinero del narcotráfico.
En medio de este panorama económico poco auspicioso, una noticia del portal ámbito.com, citado por la agencia Ria Novosti, pasó desapercibida: la calificadora JP Morgan bajó el nivel de riesgo de Venezuela a la mitad de lo que estaba en febrero, gracias a la recuperación de los precios del petróleo, lo que parece dar un pequeño respiro a un gobierno con bajas reservas bancarias y grandes deudas por cancelar próximamente. El horizonte de un Default , se mantiene mas como alerta que como inminente realidad.
La otra noticia fue el nombramiento del General Padrino Lopez como superministro, en lo que algunos comentaristas consideran un disimulado y convenido golpe de Estado. El régimen, incapaz de controlar el “bachaqueo”, la escasez y el desabastecimiento, ha designado un General del Ejercito con la misión específica de habilitar la logística necesaria para reducir la escasez y calmar el hambre generalizada que de manera dramática está llevando a que los dueños de mascotas, las abandonen en la calle por falta de alimentos: cada día crece el número de perros deambulando por la calles caraqueñas. Desde hace tiempo, la Guardia Nacional y en algunos casos unidades del Ejército, vienen escoltando los pocos camiones que transportan alimentos y bebidas, para evitar que sean saqueados. La logística de almacenamiento, existencias, envío, distribución y entrega de estos productos, es supervisada por el gobierno, con engorrosos trámites y papeleos que se supone permiten un estrecho control. No es pues, nada nueva la tarea del General Padrino, como si lo es la asignatura política de ser responsable por resultados que no se prevén exitosos, por donde se le mire. La imagen de un gobierno militar adquiere mayor forma y apunta a una escalada de militarización que bien podría estar ligada a una posible declaratoria de ilegalidad y desarticulación de la opositora Asamblea Nacional que resiste como puede el embate del gobierno madurista a través de sus apéndices, el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Electoral. El gobierno del socialismo del siglo 21 se consolida cada día como un régimen militarizado, política y administrativamente.
La tercera noticia fue el paso de unos 35 mil venezolanos hace ocho dias y 100 mil este fin de semana a Cúcuta, por encima del cordón de guardias que custodian el cierre de la frontera decretado por Miraflores desde hace casi un año. Mientras tomamos un café en el supermercado Excélsior Gama, en La Trinidad, este de Caracas, mi acompañante, un consultor de seguridad, me advierte que se están organizando comisiones de personas que viajarían el proximo fin de semana desde el oriente y centro del país, para cruzar de nuevo la frontera a comprar alimentos y medicinas en el comercio colombiano, en donde los atienden muy bien y hasta “papelón” (agua de panela) les ofrecen gratis para que se refresquen. “No hay quien pueda detener gente hambreada y podemos tener un rifirrafe serio si la Guardia se pone de graciosa en la frontera. La gente no se va a parar de cruzar la frontera ni a dejarse quitar lo que compre . Ojala y no haya un acucioso que genere un incidente”. En medio de la multitud, cinco gritones chavistas fueron deportados por las autoridades colombianas, antes de que los lincharan sus hambreados conciudadanos.
Y recuerdo al profesor Evan D. Ellis, quien desde Washington vaticinó hace un par de años una crisis humanitaria de serias proporciones en la frontera colombo-venezolana. Cúcuta y ciudades fronterizas colombianas como Maicao, Tibu y Arauca, entre otras, no están suficientemente preparadas para un evento de esta naturaleza, que podría involucrar milllones de venezolanos.
El diálogo con mi amigo venezolano transcurre mientras observo en la zona de carnes del supermercado una amplia variedad de quesos, jamones, lonjas de pollo, de cerdo, kumises y yogures. “No veo escasez” reclamo. “Aquí no. Y esto no es escasez, esto es carestía. No alcanzan los ¨reales¨ para comprar esto. Espere y verá”, me dice y le pregunta al dependiente: “Donde encuentro jabón de baño. – No hay, responde el chamo. Champú? Tampoco. Papel higiénico? Nooo…Crema de afeitar. No tenemos. Ve? -Me dice. Y pa’ completar se va Kimberly…que molleja!”. Pasamos por una sucursal de Farmatodo y es la misma historia. Ni aspirinas venden y cuando mi amigo colecta cinco frascos pequeños de enjuague bucal, la cajera luego de verificar su cédula en el sistema, le dice que solo puede llevar dos y le pide que ponga su huella digital para comprobar su identidad y registrar su compra. ¨Sistema cubano¨remata desencantado el amigo.
Crisis económica en ebullición, franca militarización del Estado y crisis humanitaria a la vista, son dinámicas que se cuecen entre pálidas gestiones conciliatorias de Samper y Aznar, las críticas del izquierdista secretario de la OEA, la pelea por la Presidencia de Mercosur y las peroratas cotidianas al estilo Castro que alimentan a los comentaristas y agobian a los ciudadanos.
La salida de Maduro, que muchos analistas consideran geopolíticamente oportuna para el año entrante y no para este, como lo impulsa la oposición, esta en el centro de la discusión política nacional que busca demostrar por vía democrática el descontento generalizado. Dos factores externos contribuyen a que una posible alternancia en la presidencia de Venezuela sea mirada con aprehensión: la probable firma de una acuerdo definitivo de paz entre el gobierno colombiano y el grupo terroristas de las farc, amigo cercano del gobierno chavista y las elecciones presidenciales en Estados Unidos: que pasará con Venezuela si gana Trump?.