Altos funcionarios de la Casa Blanca anunciaron que la guerra en Siria podría comenzar este jueves. Solo se necesita la orden del presidente Obama para que la armada norteamericana comience la ofensiva militar contra el régimen del mandatario sirio Bashad al Assad, por el presunto ataque con armas químicas.
En una entrevista con la BBC británica, el secretario de defensa aseguró que los organismos de investigación estadounidenses emitirán pronto una conclusión sobre el genocidio de 1.300 personas en Damasco (Siria), bajo un presunto ataque con armas químicas, perpetrado al parecer por fuerzas militares del presidente Bashad al Assad.
“Creo que los servicios de inteligencia concluirán que no fueron los insurgentes sirios quienes las usaron y seguramente habrá información de inteligencia muy buena que demostrará que el gobierno sirio fue responsable, pero nos tomaremos tiempo para suministrar esa información”.
Por su parte las autoridades del gobierno sirio advirtieron que van a sorprender al mundo, si es atacado. El Ministerio de Exteriores de al Assad, reafirmó que la dictadura se defenderá de una eventual operación extranjera e insistió en que el Gobierno no usó armas químicas contra la población de Damasco.
“O nos rendimos o nos defendemos con los medios disponibles; yo creo que ésta es la mejor opción. El esfuerzo militar no se detendrá en torno a Damasco. Si el propósito es limitar las victorias de nuestras fuerzas armadas, no tendrán éxito”, dijo Walid Moualem, ministro de exterior.
Según datos de Hegel, Estados Unidos posee cuatro destructores en la zona del mediterráneo y un escuadrón aéreo en la región. El presidente Barck Obama “pidió al pentágono todas las alternativas para todas las contingencias y nosotros ya estamos preparados. Hemos desplazado activos para poder cumplir y ejecutar cualquiera de las alternativas que desee adoptar el Presidente”.
Un eventual conflicto entre los dos países, depende de si la investigación del gobierno norteamericano, así como también la que lleva ONU, comprueba el uso de gases tóxicos en Siria. El dedo está en el gatillo y la tensión cada vez es más alta.