Según la ONU, las víctimas explotadas también suelen ser obligadas a dos o tres tipos más de explotación. Así, el 4% de las víctimas detectadas entre 2012 y 2014 presentaron adopciones ilegales y el 2,5% grabaron material pornográfico, además de identificar índices de mendicidad y matrimonios forzados.
Según el más reciente reporte sobre la trata de personas en 2016, emitido por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), en Sudamérica la mayoría de las víctimas del tráfico sexual son mujeres y niñas con un 74% sobre el total de personas explotadas.
Tras los análisis, el 57% de las mujeres son destinadas a la explotación sexual y el 29% al trabajo forzado, donde los hombres mayoritariamente integran esta lista. Las investigaciones de la Organización de las Naciones Unidas lograron estos índices gracias a las cifras registradas con más de 5.800 víctimas en Sudamérica entre 2012 y 2016. Por otra parte, el reporte también reconoce que este señalamiento es tan solo un punto de partida de otras investigaciones que derivan en otros delitos.
Recordemos que la trata de personas consiste en trasladar y retener a una persona por la fuerza, para explotarla, ya sea con trabajos sexuales, labores de alto riesgo u obligándolos a mendigar. Esta situación denota una nueva forma de esclavitud, donde las niñas lamentablemente son el blanco de las redes de tráfico, no solo en el continente sino en el mundo entero.
Diferencias en los países
En Ecuador, Perú y Bolivia, se presenta una tendencia mayoritaria a la trata de menores mientras que en Argentina, Chile y Uruguay los adultos son las principales víctimas. En Chile y en Bolivia los afectados son destinados a trabajos forzados, mientras que en Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay los abusos sexuales tienen un mayor índice sobre los demás. Argentina junto a Venezuela presentó el mismo número de personas que son explotadas sexual y laboral.
Según la ONU, las víctimas explotadas también suelen ser obligadas a dos o tres tipos más de explotación. Así, el 4% de las víctimas detectadas entre 2012 y 2014 presentaron adopciones ilegales y el 2,5% grabaron material pornográfico, además de identificar índices de mendicidad y matrimonios forzados.