Con el segundo punto de la agenda pactado, la posibilidad de que movimientos sociales cumplan un papel más participativo luego de firmada la paz, empieza a modificar las tradicionales formas de hacer política en el país. Andrés Gil, vocero de Marcha Patriótica, habló con Confidencial Colombia sobre el nuevo acuerdo al que se llegó en La Habana y los nuevos escenarios que grupos sociales van a tener.
Confidencial Colombia: ¿Qué opinión le genera el acuerdo del segundo punto de la agenda de los diálogos de paz en La Habana?
Andrés Gil: Creo que lo importante es que el acuerdo prioriza la apertura de escenarios para movimientos sociales y políticos. Es una importante connotación en la lucha por cambios y transformaciones. Por ejemplo, lo ocurrido en el paro agrario, la marcha de los estudiantes, las protestas en el tema de salud.
He reconocido en el acuerdo la idea de generar garantías para esa protesta social, para la participación política del conjunto de la sociedad colombiana y por supuesto, quienes hoy lideran los procesos de movilización por reivindicaciones y por cambios importantes tantos sociales, económicos y políticos en el país. Ese un primer mensaje muy importante de lo que está ocurriendo en La Habana. Además habrá importantes avances en la sociedad, sobre todo en el tema de garantías políticas que es un asunto que ha impedido la democracia plena, con vigor y fuerza, con plena participación del pueblo colombiano.
Segundo. En casi ningún otro momento se había podido avanzar de manera tan importante en acuerdos con el Gobierno Nacional. Por eso creemos que el mensaje de los diálogos da un profundo impacto en la sociedad colombiana, en un momento en el que sectores que lo critican y persiguen, que jamás ven la oportunidad de la paz con buenos ojos, que tienen intereses en que siga la guerra, sean silenciados ante un importante logro como este acuerdo.
Quedaron puntos pendientes que seguramente serán desarrollados más adelante, pero el hecho de que se haya podido dar un acuerdo parcial quiere decir que el segundo punto tuvo avances sustanciales. Se priorizó la participación de movimientos sociales, la apertura de garantías y posibilidades políticas, la participación en la creación de un estatuto a la oposición que lleva en congelador por muchos años.
C.C.: ¿Cómo tomó la idea de las futuras circunscripciones temporales en las zonas del conflicto?
A.G.: Es importante. Creo que hoy tenemos muchas zonas agrarias donde la estigmatización y persecución de dirigentes no permite una expresión plena de la política del país. Con esta posible idea, se va a permitir que zonas directamente relacionadas con el tema agrario puedan tener representación. Va poder discutirse una política agraria con un Congreso mucho más variado, que incluya a quien no ha estado presente con fuerza y con voz, como lo es el campesinado del movimiento agrario del país.
Esas circunscripciones especiales pueden traer voces, fuerza, vitalidad y posibilidad de cambios importantes en el legislativo frente a la relación de estos sectores con el tema agrario y la necesidad de adelantar políticas serias en el país. También generará transformaciones y posibilidades de que los conflictos se resuelvan a través de la política y no con las armas.
C.C.: ¿Qué papel van a empezar a desempeñar los movimientos sociales grandes, como los estudiantes, madres comunitarias, dignidades paperas y cafeteras, etc.?
A.G.: Lo primero es que el acuerdo puede traer logros importantes para romper la hegemonía política de moralismos, de clientelas políticas y mafias, las cuales han estado alrededor de quienes tienen secuestrada la democracia, quienes tienen hoy el poder y no lo sueltan y que siempre han estado muy ligados a todos los poderes de paramilitares y de narcotráfico, así como de gobernantes locales.
Esto va dar la posibilidad de tener expresión y escenarios para la transformación, para el ejercicio de la política, escenarios para que los ejercicios de protesta se validen en el contexto de discusión política del país. Esos mecanismos de protesta que se han mencionado, reaccionan porque realmente ese aparato institucional, esa estructura supuestamente de la democracia del país, está secuestrada por la clase dirigente y por todos los poderes mafiosos que no dejan que todas las expresiones tengan acceso para que sean determinadoras y constructoras de la política, para poder construir una democracia más fuerte, ya que estamos hablando de un conjunto de organizaciones y de procesos valiosos que en su estructura interna tiene una forma de democracia con altos niveles de participación, que le darían una fuerza y un vigor especial a esta nueva democracia del país que se gestaría a partir de estos acuerdos.
En un futuro vamos a tener unas madres comunitarias que no van a tener que salir a la calle a enfrentarse con la policía porque están protestando, sino unas madres con la que se tiene un escenario político, con el que sus propuestas sean parte de la política del país. Un movimiento agrario que ya no va a vivir en las confrontación por el paro, sino que ese movimiento se volcaría a ser parte del ejercicio del poder en Colombia, dando mayor vigor e importancia a la democracia, y sobretodo porque estas organizaciones en su interior, en su forma de funcionar, son mucho más democráticas que las propias estructuras que vemos en el país.