El Aissami gasta una fortuna en el The New York Times para atacar al gobierno de Trump

Si bien este pago fue realizado directamente de las arcas privadas del funcionario, este hecho ha generado una fuerte indignación del país, ya que se estima que con esa elevada suma de dinero, se hubiese pagado el salario integral de 5.147 venezolanos por un mes completo o el pago de la canasta familiar de 1.225 familias.

El vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, publicó este miércoles en el diario estadounidense The New York Times una carta dirigida al secretario de Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, donde le reclama la gravedad de sus acusaciones por sindicarlo de tener presuntos vínculos con organizaciones de narcotráfico en Latinoamérica y grupos terroristas de Medio Oriente.

La carta, ubicada en un espacio comercial por un valor 175.000 dólares, que el propio El Aissami pagó de sus finanzas, manifiesta de forma escrita su total indignación por dichas acusaciones y denunció que la inclusión de un nombre en la ´Lista Clinton´ es un ataque directo, no solo a su nombre sino al gobierno venezolano.

Si bien este pago fue realizado directamente de las arcas privadas del funcionario, este hecho ha generado una fuerte indignación del país, ya que se estima que con esa elevada suma de dinero, se hubiese pagado el salario integral de 5.147 venezolanos por un mes completo o el pago de la canasta familiar de 1.225 familias.

Con esta medida el gobierno norteamericano le restringe a El Aissami, el acceso a sus cuentas en dicho país y le congela todos sus bienes en su territorio.

Por tal motivo, el vicepresidente manifestó, “Le escribo como ciudadano venezolano y en mi capacidad de vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, a fin de responder a las sanciones ordenadas contra mí por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EE.UU.

El Aissami justifica su pronunciamiento señalando que el secretario Mnuchin, ha sido engañado por sectores políticos, cabilderos y otros, especialmente interesados en perjudicar las relaciones entre EE.UU. y Venezuela, que buscan perjudicar el restablecimiento de los diálogos bilaterales. Además, menciona que durante su periodo a cargo de las fuerzas de seguridad de Venezuela la lucha contra las drogas alcanzó “el mayor progreso de nuestra historia y del hemisferio oeste tanto en términos de negocios transnacionales de tráfico de drogas y sus estructuras logísticas”.

Por otro lado, El Departamento del Tesoro denunció que El Aissami “facilitó el envió de múltiples cargamentos de narcóticos desde Venezuela permitiendo y coordinando el control de los aviones que salen de la base aérea nacional, enviando más de 1.000 kilos de cocaína desde Venezuela a diferentes destinos entre ellos, México y el Estados Unidos”. Señaló.

Asimismo, el Departamento norteamericano aseguró que el vicepresidente está vinculado con varios envíos de droga al cartel Los Zetas, uno de los más violentos de México.

Según El Aissami, “La verdad va a vencer sobre el odio, la infamia y las agresiones”, y añadió, “Por eso no nos perdonan haber demostrado, con pruebas, de que el principal responsable de la política fallida antidroga es Estados Unidos”, publicó el funcionario venezolano.

Por otra parte, es importante señalar el especial interés del vicepresidente venezolano al publicar estas denuncias precisamente el diario The New York Times, un rotativo que se ha mostrado tajante y crítico con el actual gobierno de Donald Trump, quien ha liderado esta ola de medios que ha sido fuertemente criticados por el magnate, tanto declaraciones abiertas en sus ruedas de prensa como en sus polémicos mensajes en twitter.

Recordemos que este rotativo, anteriormente también ha sido una ventana pública para el oficialismo venezolano, debido a que Nicolás Maduro el 2 de abril del 2014, también pagó en un espacio comercial su carta titulada Venezuela: un llamado a la paz, donde le pidió en ese entonces al gobierno de Barack Obama no aplicar sanciones económicas por la masiva ola de expropiaciones de empresas privadas pertenecientes a estadounidenses en Venezuela.