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El arte colombiano invade los lugares más inhóspitos


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La colombiana Natalia López Polania, se encuentra realizando un proyecto artístico en el continente Antártico, con el que busca profundizar en los diálogos polares e indagar en las posibilidades estéticas del arte contemporáneo combinado con las problemáticas actuales en torno al medio ambiente. López fue la ganadora del Programa Cultura Antártica. Esta es su historia.

El Programa Cultura Antártica forma parte de la Campaña Antártica de Verano que se desarrolla entre los meses de noviembre y marzo de cada año, contemplando la posterior presentación de los trabajos en el ámbito internacional a través de exhibiciones temporarias e itinerantes, ponencias, seminarios e intercambios.

Cada año se seleccionan cuatro artistas, dos argentinos y dos extranjeros, para que por medio de la investigación estética en diversas disciplinas, incentiven los vínculos entre las artes y las ciencias, promoviendo así la interacción de las diferentes disciplinas.

Para la residencia 2015, y entre miles de propuestas presentadas por personas de todos los puntos cardinales de la tierra, el jurado eligió a la colombiana Natalia López Polania, junto con Esther Kokmeijer de Holanda para vivir esta experiencia.

Esta es la historia de la artista colombiana en la Antártida.

(Vea el trabajo de Natalia López acà)

Confidencial Colombia: Específicamente ¿Cuál era la convocatoria y cómo se enteró de ella?

Natalia López Polania: La convocatoria se llamaba “Residencia de Arte en Antártida y Cooperación Internacional 2014-2015”, me enteré en la sección de convocatorias del Periódico Arteria

C.C: ¿Cuáles eran los requisitos para participar?

NLP: Presentar un proyecto cuya temática estuviera “vinculada y/o relacionada con la preservación del medio ambiente y la interacción del hombre en el territorio antártico” las obras a realizar debían “mostrar un destacado respeto por el medio ambiente”, donde “la creatividad e innovación en los proyectos sería un componente imprescindible” y donde “la ciencia y la tecnología como soporte artístico sería muy valioso al momento de la selección de los proyectos”. La convocatoria estaba abierta a todos los lenguajes y disciplinas estéticas.

Específicamente había que presentar el proyecto, una carta de intención y una carta de cooperación internacional de alguna organización que apoyara el proyecto y la exposición de Sur Polar en el país de residencia.

C.C: ¿Qué la motivo a participar?

NLP: Por un lado porque era una residencia en la Antártida, un lugar al que había querido ir desde niña y por otro lado porque hablar plásticamente del medio ambiente antártico y su importancia mundial era algo que me interesaba mucho, ya había abordado este tema al desarrollar un proyecto en el páramo y sierra nevada del Cocuy y Güicán y, quería seguir desarrollando esta temática, y qué lugar más indicado que la reserva de agua dulce más grande del planeta.

C.C: ¿Qué tan difícil creyó que era ganar?

NLP: Creí que era casi imposible, porque se presenta gente de todo el mundo y sólo hay dos ganadores internacionales al año, pero creí en mi proyecto todo el tiempo, realmente fue pensado a conciencia desde y hacia el amor, por el arte, por la Antártida y por cada elemento de los que hablo con cada pieza propuesta.

C.C: ¿Cuáles experiencias artísticas pasadas cree que de cierta manera la “prepararon” para obtener este premio?

NLP: Principalmente “Detenerse a Respirar” realizado en el año 2009 en el páramo y sierra nevada del Cocuy y Güicán, no sólo porque ese proyecto como tal es la base de “Detenerse a Respirar al Final del Mundo” y su presentación formal se desarrollará a partir de los elementos de la exposición realizada en el Centro Colombo Americano de Bogotá, sino porque las experiencias, vivenciales prácticas y emocionales me llevaron a tener claro cuál debía ser el camino más contundente para hablar de lo que quería hablar, el frío, el agua, la tierra y la vida en el continente antártico.

C.C: ¿Cuál puede decir que era su ventaja frente a los otros participantes?

NLP: Creo que la afinidad con la problemática ambiental de la Antártida y que realmente cada pieza fue propuesta desde el corazón, con una intensión muy clara y muy honesta, naciendo desde lo emocional hacia este lugar del mundo y con el objetivo de transmitir esta misma emocionalidad para hablar del tema ambiental.

C.C: Hasta el momento, ¿qué ha sido lo más gratificando de esta experiencia?

NLP: Todo, y también el descubrir eso mismo, que TODO puede ser inconmensurablemente gratificante, los paisajes por supuesto, la conciencia de saber dónde estoy, el frío, los sonidos, los animales que sólo vez en películas o en el zoo y ahí están conviviendo conmigo, las relaciones con las personas que se encuentran en este lugar y el valor que le das a cada persona (militares, científicos, artistas, gestoras), los medios de transporte particulares, las dificultades, cada dificultad es un plus y lo hace más enriquecedor, la exclusividad (saber que soy una afortunada entre millones de personas que no pueden vivir esto), despertar cada mañana y ver que sigue ahí, que la Antártida hace parte de mí, que puedo tomarme el tiempo para contemplar, para sentir, para disfrutarlo y creo que lo más satisfactorio es que es un logro mío, que cada día estoy ahí realizando un proyecto que amo, que nació de alma y de mi cabeza y que fue eso lo que hizo posible estar en el lugar que siempre soñé haciendo lo que más amo en la vida.

C.C: Nos contaron que es una residencia artística en la que sólo participan dos personas, ¿Qué ha aprendido usted de su compañerx y viceversa?

NLP: No son sólo dos personas, son dos ganadores internacionales y cuatro argentinos, y en esta ocasión además hay una invitada especial de Japón, así que puedo hablar de muchos aprendizajes pero quisiera hablar de mi relación con la Holandesa y la Japonesa que son las artistas con las que compartí la casa y que además teníamos en común que éramos extranjeras, que la Antártida es mucho más lejana para nosotras y que por no ser argentinas teníamos, por decirlo así, mayores dificultades.

Había algo en común entre las tres, luchamos por nuestros sueños a pesar de las adversidades, hemos vivido la vida que hemos querido vivir, que son además estilos de vida o vivencias un poco diferentes al modelo social más común. Las tres somos sumamente emocionales, solidarias y cariñosas, por lo tanto la convivencia fue muy cercana, hubo mucho apoyo aunque éramos de lugares tan diferentes (Holanda, Japón y Colombia).

Hubo algo muy especial que pasaba en mí y que noté que también le ocurría a Esther (la holandesa), disfrutábamos TODO, todo lo aprovechábamos al máximo y de la misma manera se nos hizo muy, muy muy duro, más que a las otras artistas, dejar la Antártida. De ella aprendí que no hay que tener miedo y que hay que pensar menos, simplemente hacer lo que a uno lo hace feliz, también aprendí una manera más estructurada para sacarle provecho a cada proyecto y sé que ella aprendió de mí a hacer todo con AMOR y como me escribió ella: “how you realy life your life and don’t let life live you”

C.C: ¿Hay alguna anécdota en especial que nos quiera contar?

NLP: Son muchísimas las anécdotas, las historias para contar, los momentos únicos que pocos tendrán la oportunidad de vivir, pero bueno, creo que hay una anécdota que tiene que ver con la parte ambiental, la parte humana, la parte artística y de condiciones específicas del entorno, además de ser algo característico del tipo de aventuras que suelen sucederme. Para la recolección de agua (Agua Dulce Rescatada) tenía que esperar a que la marea bajara para ir a la playa donde los hielos se descongelaban gota a gota a una cantidad y velocidad que dependía de la temperatura que estuviera haciendo, por normas de seguridad para nosotras, debíamos bajar a la playa mínimo en pareja.

Un domingo (lo recuerdo porque era día de asado en la base) bajé con una de las artistas argentinas, había una pared de hielo con varias estalactitas que goteaban, puse diez botellas para recolectar el agua, aproximadamente a metro veinte puse el trípode con la cámara, que además me la había prestado mi hermano, después de pocos minutos de estar grabando, la chica argentina me dijo que teníamos que subir porque había comenzado el asado, así que, teniendo en cuenta que desde el casino (lugar de reunión de la base donde se hacía el asado) podía ver la cámara porque es sobre una pequeña península y calculando que las botellas se llenarían aproximadamente en 30 minutos y la marea todavía estaba lejos, dejé contra el trípode la maleta donde guardaba y transportaba 24 de las 48 botellas y subí a almorzar, a los 20 minutos bajé con Esther a revisar las botellas, aún faltaba un poco para que algunas terminaran de llenarse, entonces volvimos a subir, 15 minutos después le dije a Esther que me acompañara, me dijo que la esperara 5 minutos, la esperé y seguía ocupada, entonces le pedí el favor a Espejo (uno de los militares), le señalé la maleta y la cámara desde donde estábamos y fuimos al camino de bajada, cuando bajamos encontramos que parte de la pared de hielo se había desprendido (a causa de las altas temperaturas) y un bloque enorme de hielo, de toneladas de peso había caído sobre las botellas, la maleta, trípode y cámara, en realidad eran dos enormes bloques de hielo blanco y azul pero no sabía debajo de cuál estaban mis cosas, la pared se quebró justo mientras íbamos por la bajada de piedra (dos minutos antes de que llegáramos).

Espejo me dijo que iba a buscar herramientas para romper el hielo y ayuda, que mientras tanto pensara bajo cuál bloque estaba todo, porque la marea estaba subiendo y sólo había tiempo de romper uno. Algo que no tenemos en cuenta, que fue algo que aprendí en esta ocasión, es que hay que tener un punto de referencia claro aunque las diferencias del paisaje sean aparentemente tan sutiles. Calculé un poco y escogí uno de los dos bloques, aunque no estaba del todo segura, cuando Espejo llegó con dos palas comenzamos a romper el bloque primero desde arriba para que no fuera a quebrarse y caernos encima, desesperada y llorando le daba con todas mis fuerzas, tuve que quitarme la chaqueta del calor que tenía, luego llegaron Kaori (la japonesa), la traductora, la encargada de educación y cultura, una chica de DNA y una militar, con más palas y picas, los demás militares no estaban porque era domingo y hora de siesta, en un momento, mientras los demás atacaban el hermoso hielo gigante, comencé a buscar las botellas que se estaban llenando, escarbé en las piedritas de la playa debajo del hielo y encontré ocho con piedritas y algo de agua, luego, Espejo comenzó a cavar hacia la parte baja del témpano, porque la marea ya se estaba acercando y antes de que nos mojemos nos toca subir y dejar todo abandonado… todo apareció, primero la maleta que ya no medía 20 cm de alto sino 6, aunque las botellas vacías que estaban adentro nunca se rompieron, luego el trípode completamente roto y por fin la cámara, fue una alegría enorme de haberla recuperado, pero también mucha tristeza al ver que la pantalla lcd estaba completamente rota.

Esperé dos días a que se secara y la prendí, funcionaba, tomaba fotos, pero durante el resto de mi viaje no pude volver a usar el menú, así que de ahí en adelante hacía todo casi a ciegas y los videos no todos salían bien, sin embargo me siento muy afortunada, porque la máquina, como tal, no se dañó y porque por unos minutos que me hizo esperar Esther, no fui yo la que estaba debajo del bloque de hielo recogiendo, cerrando y secando cada botella, toneladas de hielo me habrían matado. Ahora, la cámara, el video del rescate que hice con la gopro, las fotos que tomaron las otras chicas y las 10 botellas (porque al día siguiente la coordinadora del proyecto encontró entre las rocas otra botella y como tres días después una de las artistas argentinas encontró llena de algas la otra botella) hacen parte de la aventura y de la exposición.

C.C: También nos dijeron que desde siempre ha tenido una fascinación por la nieve, ¿Cómo toma el hecho que precisamente haya ganado un premio para ir a la Antártida?

NLP: Bueno, creo que todos aquellos que vivimos en países sin estaciones tenemos fascinación por la nieve, pero es más que eso, desde pequeña fui a nevados, con mi familia y con mi colegio, cuando pasaban varios años sin ir a un nevado soñaba constantemente que subía y subía montañas hasta que llegaba y tocaba la nieve, eran sueños recurrentes, por eso también hice Detenerse a Respirar, pero sí había algo de atracción, a los glaciares, a los hielos milenarios, al frío alrededor de hielos blancos y turquesas. Cuando viajé al sur de Chile intenté llegar a los glaciares, sólo alcancé a ver en parques nacionales un par desde lejos.

Hace muchísimos años (cuando era niña) vi un comercial de un hombre haciendo una escultura de hielo en la Antártida y me juré que algún día, yo también haría una escultura en la Antártida, lo tenía anotado en mi libro de sueños, aunque probablemente era el sueño más “imposible” (cabe anotar, que lo que yo hice en este video, los videos y las acciones también son escultura, se llama escultura blanda); cuando Metallica hizo su concierto Zero ruido en la Antártida, pensé que era la única oportunidad, pero tampoco puede… Hacía mucho tiempo no me presentaba a una convocatoria y cuando leí “convocatoria de arte en el Polo Sur” pensé que eso tenía que ser para mí, dudé mucho en lograrlo, por la dimensión de la convocatoria y los pocos cupos, pero puse todas las ganas, el conocimiento, todo lo que soy yo como artista y como ser humano para lograrlo, cada día, desde el momento de enviar mi proyecto hasta el día en que me dieron la noticia, una de las más felices de mi vida, le pedía al universo que me lo diera a mí.

C.C: ¿Ha sentido nostalgia de Colombia?

NLP: No, no porque no haya cosas maravillosas que en otros contextos extrañaría, sino porque sólo se puede vivir el presente y disfrutar cada instante, no hay espacio en el alma o en la cabeza para extrañar, es tan maravilloso, que lo único que quiero es seguir estando en la Antártida.

C.C: ¿Cree que existe una Natalia antes y después de la experiencia? De ser así, ¿cuál es la principal diferencia entre ellas dos?

NLP: Sí, totalmente, “la Antártida te cambia”, dicen todos, y es verdad, el valor de las cosas cambia, te das cuenta que lo esencial está en otras cosas, que ahora sólo se puede agradecer, por cada día, por cada momento, que uno es tan pequeño, tan poco y a la vez tan importante dentro de todo, ahora me amo más y también amo más todo; es extraño, porque era mi sueño más grande, desde hace tanto tiempo, que cuando ya se hace realidad, es como haber cumplido con la meta de la vida, que lo que queda por delante es ganancia, entonces todo es como un regalo, no sé cómo explicarlo, no es que ahora sea una iluminada espiritual ni nada eso, sigo siendo yo, con lo bueno y lo malo, sólo que veo y siento las cosas de otra manera, todo me parece más bonito, todos los días doy las gracias. Hay algo extraño en la Antártida!; Esther es la persona que conozco que más ha viajado en el mundo, conoce creo que son 66 países y dice que la Antártida es diferente, que emocionalmente cala más profundo, que afecta más. Y un amigo, el capitán del buque ruso en el que nos evacuaron también me dijo que poco a poco, no inmediatamente, me iría dando cuenta cómo la vida cambia, cómo yo cambio, porque la Antártida cambia algo profundo en cada persona.

C.C: ¿Qué proyectos se vienen a futuro?

NLP: Por ahora editar todo el material que gravé para ir organizando la exposición que aún no tiene fecha porque depende de la DNA, seleccionar fotografías, para mostrar, para desarrollar algún proyecto paralelo, no sé, viene pensar en eso, por otro lado la Embajada de Colombia en Argentina está muy interesada en difundir este proyecto, así que en eso también tengo que trabajar… y principalmente en vivir, ahora sí con más consciencia y fuerza, la vida que quiero vivir y no volver a dejar que la vida me viva a mí.

C.C: ¿Cree que nuestro país tiene talento artístico?

NLP: Muchísimo, creo que hay una mezcla muy valiosa entre la idiosincrasia, sin llevarlo a lo caricaturesco, entre la alegría y la carga de tristeza (aunque no seamos tan conscientes de ello) que cargamos todos, entre lo ingeniosos, lo astutos, lo barrocos y folclóricos que somos; somos además muy inteligentes, por eso hay muchos artistas muy buenos, pero también hay muchísimos más que podríamos ser mejores, pero que tristemente también por nuestra idiosincrasia hay una gran carga de miedo, de baja autoestima, también de pereza, de pereza física y mental, no de incapacidad, y a veces de facilismo, por eso no llegamos más lejos, porque la combinación de inteligencia, emoción y humor ya existe.

C.C: ¿Cree que de cierta manera no se les da difusión a los artistas emergentes?

NLP: Es verdad. Es un país donde es difícil sobrevivir, imagínate lo que es que además para trabajar en lo tuyo tienes que gastar dinero y a veces hay galerías y convocatorias que además cobran por participar, entonces ser emergente es difícil, requiere sacrificio y para que te den difusión tienes que tener una gran producción, lo cual, junto con sobrevivir termina resultando confuso y costoso, mejor dicho, en este país es emergente el que no es famoso pero que lleva mucho lunchándola.

Aunque cada vez hay más espacios y oportunidades en las artes plásticas (más estímulos y premios), por ejemplo a mí, me costó mucho trabajo tratar de conseguir el apoyo para realizar mi proyecto, me sentí como Nairo Quintana cuando dijo que él no lloró en la premiación del Tour de France porque ya había llorado mucho suplicando ayudas y que el estado no le daba nada; Bueno, yo realmente lloraba, porque me había ganado una convocatoria de esta magnitud pero ni el estado ni el distrito ni fundaciones reconocidas en el arte me apoyaban para desarrollar el proyecto, lloraba de la rabia, no lo podía creer, pero así es, sin embargo hay ciertas personas que tienen mayor capacidad de escucha, porque no es que las otras instituciones no tengan las formas para apoyar el arte “emergente”, y entre esas está la Agregada cultural de la Embajada de Colombia en Argentina y su equipo. Yo toqué una cantidad de puertas, es increíble realmente, porque me tocó auspiciar el proyecto a mí con ayuda de mis familiares y amigos y conté con apoyo logístico de tres organizaciones, pero porque conocía a personas dentro de ellas y me escucharon y creyeron en el proyecto, son los que me dieron la cartas de cooperación, requisito para participar en la convocatoria, son la corporación i creativos, El Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá y Ágora Producciones. Pero sí creo que habiendo tantos artistas, tanto talento, tanto potencial y tan obvias dificultades, debería haber muchísimo más apoyo y muchisísima más difusión para los artistas emergentes.

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