Vuelve y juega. El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, y el ministro de hacienda, Mauricio Cárdenas, prometen acelerar el proceso de construcción del Metro para la capital del país y nombran como gerente al ingeniero civil Andrés Escobar. ¿Una nueva promesa o el arranque del proyecto en serio? Los bogotanos no soportan mas el caos en la movilidad.
Construir el Metro de Bogotá no es un tema de ahora. Desde la década de los 50, durante el mandato del general Gustavo Rojas Pinilla, se empezó a pensar en que la ciudad tuviera un sistema de transporte masivo moderno. Sin embrago, para ningún gobierno ha sido tarea fácil finiquitar una de las obras de movilidad más controvertidas y urgentes del país.
Como en anteriores administraciones y con modificaciones sobre lo que hizo el gobierno del saliente alcalde Gustavo Petro, en la “Bogotá, mejor para todos” del alcalde Enrique Peñalosa, se promete una primera línea mixta. Es decir, que el Metro no solo sea subterráneo, como lo han planteado anteriores alcaldías, sino que el sistema en su mayoría sea elevado y en algunos tramos bajo tierra. El Alcalde Mayor de Bogotá ha justificado su decisión señalando que “no hay ninguna posibilidad de hacer el metro subterráneo con los recursos que se asignaron hace dos años y medio”.
Durante los últimos años una de las principales banderas de cada administración que ha pasado por el Palacio Liévano ha sido la construcción del Metro, sin que hasta la fecha se haya visto un resultado más allá de estudios técnicos que avalen su construcción. Es decir, promesas incumplidas y millonarios gastos en estudios que terminan engavetados o bien por no ser viables económicamente o por falta de gestión política.
Por ejemplo, en los años noventa durante las alcaldías de Juan Martín Caicedo Ferrer –quien ahora preside la Cámara Colombiana de la Infraestructura- y Jaime Castro Castro, se inició una serie de negociaciones y estudios con el Gobierno Nacional no solo de tipo técnico sino financiero. No obstante esas negociaciones no llegaron a feliz término pues para entonces – como ahora- el país pasaba por un mal momento económico. Diferentes circunstancias obligaron al Gobierno dejar de lado el proyecto de la construcción del sistema masivo de transporte.
Por su lado, en la alcaldía de Samuel Moreno durante el periodo de 2008 – 2011 (que se vio abruptamente interrumpido por su participación en el escándalo en el ‘Carrusel de la Contratación’ por el que está pendiente de un fallo de la justicia en su contra), su principal promesa de campaña electoral fue que en 2010 se empezaría a construir la primera línea del Metro. Sin embrago fue una propuesta que murió antes de nacer. Aunque hubo acuerdos con el Gobierno de tipo económico e incluso se empezó hablar de las principales rutas que podría tener este tipo de transporte, de nuevo la megaobra quedó en nada.
En la “Bogotá Humana” de Petro también se prometió la primera fase del Metro. Aunque ha sido una de las administraciones distritales que más ha avanzado, tampoco durante este gobierno se logró cumplir la promesa al electorado de la capital del país que está al borde de un ataque de nervios por la caótica situación de la movilidad en la ciudad. Petro tampoco logró pasar de estudios técnicos, de diseño y un incipiente acuerdo con el Estado para su financiación.
Al entregar un balance de lo que fue su gobierno durante cuatro años, el exalcalde señaló que su administración dio pasos importantes para la construcción del sistema masivo de transporte. Por ejemplo, se terminaron los estudios de ingeniería básica avanzada para la primera fase del metro (que constaron 135 mil millones) y el Gobierno Nacional se comprometió a financiar con el 70 por ciento de la construcción.
El saliente alcalde afirmó que dejó listo los contratos para los cables aéreos en el sur de la ciudad, obras que iniciarían este año, como los estudios de cuatro líneas de tranvía, tres de ellas de escala regional. Todo eso está en veremos…
¿Nueva alcaldía, nuevos estudios?
Durante la campaña electoral y sus primeras ruedas de prensa, Peñalosa ha manifestado que los estudios hechos por la anterior administración deben ser revisados nuevamente, ya que el Alcalde cree que se debe modificar la primera línea del metro y en su mayoría éste debe ser elevado y no subterráneo, pues sería más económico y se podría hacer en menos tiempo.
Estas nuevas ideas implicarían en su totalidad nuevos estudios y por consiguiente demoraría la construcción del sistema masivo de transporte. Para la promesa de Peñalosa de construir el metro, el Gobierno Nacional y la administración Distrital nombraron este lunes a Andrés Escobar Uribe como el nuevo gerente del metro de Bogotá.
Escobar es un ingeniero civil con una amplia experiencia en el sector público y privado. Se desempeñó como gerente de construcción de la organización Luis Carlos Sarmiento Angulo y como director de Planeación Nacional.
Sin duda alguna el reto del nuevo gerente será poner en marcha la primera fase del metro, según las promesas de esta nueva administración distrital.
Muchos sectores políticos son escépticos también con la posibilidad de que en esta oportunidad sí se logre el inicio de una de las obras mas prioritarias para una ciudad con un promedio de 9 millones de habitantes que vive una de las crisis de transporte público mas complejas de los últimos años.
Peñalosa sostiene que hay que reorganizar el Sistema Integrado de Transporte Público, SITP, que está al borde de la quiebra y que no fue planificado para su operación y por tanto no ha contribuido a mejorar la movilidad. El sistema Transmilenio, puesto en marcha en la primera administración de Peñalosa, está en crisis. La demanda superó con creces la oferta de servicio de los articulados. Y las vías para los vehículos privados, taxis, buses urbanos y transporte de carga están deterioradas en un 80 por ciento.
Es mucho lo que tendrá que acometer el gobierno de Peñalosa en materia de movilidad. Son también bastantes las promesas, entre ellas el Metro. Al final de su administración los ciudadanos juzgarán si fue capaz de cumplir o si, por el contrario, fue otro alcalde mas que pasó por la administración sin resolver los problemas mas urgentes del tránsito capitalino.