“El Catatumbo es un defecto de Estado”

El expresidente Ernesto Samper siempre está conectado con la coyuntura del país, y sus apariciones logran ir más allá del simbolismo de su condición de exmandatario.

El último efecto de lo que representa su figura fue la presencia en Tibú como parte de la comisión que garantizó el levantamiento de los bloqueos que aislaron la región casi dos meses. Allá Samper se echó un discurso de tarima, y en tono aireado a favor de las Zonas de Reserva Campesina y de las reivindicaciones de los protestantes.

ConfidencialColombia habló con él sobre el futuro del diálogo entre el gobierno y los campesinos, las movilizaciones sociales, y el proceso de paz.

M.A.V: ¿Cómo imagina que va hacer el proceso de diálogo entre la comisión del gobierno y los campesinos del Catatumbo?

E.S.P: Me parece que el primer tema que tienen que abordar es un tema de metodología para que todos los puntos que han sido planteados por los campesinos, empezando por los que ellos llaman los cinco son puntos básicos, se puedan abordar de manera conjunta porque están todos interrelacionados. Concretamente la Zona de Reserva Campesina tiene que ver mucho con el plan de desarrollo, infraestructura y el plan social y de cultivos ilícitos, de tal manera creo que aquí hay una especie de unidad.

M.A.V: ¿Siente que ya hay un puente de confianza para que los campesinos estén abiertos al gobierno. Es decir, podrá el presidente darle solución a las peticiones del pliego de peticiones?

E.S.P.: Pienso que si, que los campesinos hayan confiado en que el gobierno restablecería la mesa de negociación y que no habían temas vedados y que se hayan propuesto como sede de negociaciones a Cúcuta que es de alguna manera un lugar intermedio entre Bogotá y Tibù me parece que habla bien del nivel de confianza que ellos tiene en el gobierno y que ser correspondido por el propio gobierno ahora en la mesa de negociaciones.

M.A.V. Al escuchar el vicepresidente Garzón en Tibú, con un discurso muy abierto, queda la impresión de que fue innecesario haber esperado tanto tiempo para lograr el acercamiento que ustedes lograron o no ?

E.S.P: Digamos que se manejo un nivel demasiado técnico en las negociaciones. En estos temas sociales siempre vale el contacto personal, la relación informal con los dirigentes entender que no estén allí como contraparte si no que están defendiendo unos intereses. Ponerse la camiseta de otros es muy importante y si no se logra, pues eso fue lo que hizo que la situación se fue enrareciendo, además del hecho que sea una zona en la cual cual ha estado presente durante muchos el conflicto armado, producía este factor, muy difícil de manejar que era de alguna forma la población civil en la mitad del fuego.

M.A.V: ¿Por qué están dándose estas movilizaciones? Estamos hablando de un posible paro cafetero, de trasportadores, de un paro agrario para el 19 de Agosto. Es porque la gente siente que hay un gobierno que oye y que por eso la gente puede hacer sus reclamos o que hay una especie de caos. ¿Cuál es su lectura?

ES.P: Yo no asimilaría digamos la situación del Catatumbo con la de los otros paros agrarios a mi me parece que lo que lo del Catatumbo, es que hay un defecto de Estado. Un defecto de presencia de falta mucho Estado en el Catatumbo, pero los otros paros, por ejemplo en el paro cafetero lo que hay es un exceso de mercado de alguna forma es lo que esta resintiendo, la apertura discriminada de los mercados la reevaluación y sobre todo la falta de posibilidades para competir internacionalmente.

M.A.V: Claro esa es una circunstancia del sector, pero por qué se generan estas movilizaciones? La gente no encuentra interlocución en el gobierno? El Estado espera siempre a último momento para resolver, bajo presión los problemas…

E.S.P: Este es un fenómeno del que valdría la pena hacer un análisis histórico. Por lo general siempre los cuartos años de gobierno son los años de las movilizaciones, de las protestas de los reclamos no es una circunstancia nueva, tal vez lo que es nuevo es el tipo de protesta caso de los cafeteros, cacaoteros, ahí lo que hay es más paros empresariales que de campesinos, estos son pequeños empresarios agrícolas que se están sintiendo golpeados.

M.A.V: Lo escuché en Tibú, y está de acuerdo con que se haga la Zona de Reserva Campesina. Este es un tema que va más allá del Catatumbo y llega a La Habana. El Presidente dice que hará un laboratorio de paz. ¿Cree que se concretará ese escenario?

E.S.P: Si se busca un sitio donde se pueda comenzar a aplicar un postconflicto ahí lo tienen en el Catatumbo. Ahí lo tienen todo, falta de presencia estatal, de conflicto armado y me parece que irresponsablemente algunos funcionarios, líderes de opinión estigmatizaron las zonas de reserva campesina. Las Zonas de Reserva Campesina nacieron precisamente como un antídoto a la ‘violentización’ de poblaciones campesinas en zonas de conflicto, por eso en este momento las seis que están aprobadas están funcionando en regiones afectadas por la violencia como Cimitarra, o Vichada, o el Caguán o en Montes de María. Si alguna región tiene una justificación de constituir una Zona de Reserva Campesina para consolidarse y recibir una mayor presencia estatal, para que tengan créditos para desarrollos productivos, inclusive para protegerlas es la zona de Tibú.

M.A.V: El Catatumbo va más allá del paro campesino. Parece una medición de fuerza y una “participación de la política” en vivo.

E.S.P.: Podría interpretarse como un experiencia real de la paz. La decisión del presidente que esto se convierta en una zona piloto para la paz podía estar atendiendo esta expectativa de hecho sin caer en una cacería de brujas, pues los temas que se están discutiendo en la Habana son los mismos que se discuten en Catatumbo, pero también son los mismos que se están discutiendo en el país. Cómo llegar a un nuevo modelo agrario, o intensificar la presencia oficial del Estado, o hacer una sustitución social de cultivos dejando de lado la erradicación forzosa creo que son temas que están planteados para todo el país.

M.A.V: ¿Cómo está sintiendo el proceso de paz. Cual es la percepción suya sobre el ambiente en el país frente a la expectativa de un acuerdo?

E.S.P. A mi me parece que el proceso ya ha cumplido una tarea muy importante que es la de cambiar la agenda política del país. Hace dos años estábamos discutiendo a ver que paramilitar se metía a la cárcel que narcotraficante extraditaban y cuanto se había robado un alcalde o un gobernador. Sin desconocer que son hechos importantes, hoy día está preocupado por discutir la Zona de Reserva Campesina, la política de restitución de tierras; cómo se puede incorporar el tema de victimas en las discusiones de La Habana, me parece que el proceso ha cumplido ese primer objetivo. Me preocupa un poco la esquizofrenia que veo entre una gran mayoría que está apoyando el proceso de paz y una gran mayoría que no quiere que se haga ninguna concesión, la gente va a tener que entender que la paz no es gratis y que el establecimiento tendrá que hacer concesiones si quiere conseguir la paz. Ahora, ¿hasta dónde llegan esas concesiones? Ya el gobierno fijará los límites, pero tampoco pueden impedir que las FARC pidan lo que ellos creen que necesitarían, sin que ello necesariamente tenga que ser tan drástico.

M.A.V: Sí cree que se esté generando una conciencia en la sociedad, de que más que un acuerdo político, ¿habrá una transformación?

E.S.P: Lo irá sabiendo y lo irá asimilando. Llevamos cincuenta años hablando de conflicto, de enfrentamientos, de golpes allí golpes acá y esto como un partido de futbol a ver quien mete más goles a la violencia. Me parece que hay que comenzar a cambiar el chip, y por eso celebro lo de La Habana, la gente de alguna forma se le ha cambiado el chip que tenía hace dos años y está pensando en función de que el país va para un postconflicto, que aquí hay que mejorar las condiciones de inclusión. El país poco a poco va cambiando.

M.A.V: El debate electoral que se avecina va enturbiar ese cambio de chip ¿ o no? Vamos a vivir un debate polarizado que puede deformar la imagen de lo usted dice que significaría el proceso.

E.S.P. Al contrario yo pienso que va hacer muy sano para el país que las opciones a las cuales se lleguen a las elecciones sean entre la paz o la guerra. Qué opción es más importante para Colombia. En unas elecciones que deciden que seguimos por el camino de la salida política al conflicto o escalamos el conflicto. Independientemente de las criticas que hagan los partidarios de la guerra, disfrazándolas de propuestas de paz , aquí finalmente vamos a tener que escoger un camino y eso es sano para el país y que las conversaciones si no están terminadas se conviertan en un plebiscito para seguirlas o no.

M.A.V. : Y, en el panorama político, usted está cerca al presiente Santos y asumo que piensa que irá a la reelección?

E.S. P.: No, no me atrevo a comprometerme con el presidente Santos yo creo que si él quisiera que estos diálogos continuaran y que el proceso tuviera alguna posibilidad, debería por supuesto pensar en su reelección. Pero, tampoco hay que meterse en esto como si se tratara de un callejón sin salida, puede haber muchas personas que con la misma capacidad que puedan sostener electoralmente y ser candidatos.