El Comandante de los pitufos

Qué tal la perlita que nos tenía bien guardada el saliente Director Nacional de la Policía. Quería convertir la institución a su cargo en un ejército de pitufos con la injustificable ventolera de que, como en el resto del planeta “la tomba” es azul, aquí tenía que uniformarlos de igual color. ¿Turbios propósitos escondería esta loable tarea cosmética?

Como si no le faltaran problemas por solucionar al General José Roberto León Riaño, gracias a Diós y a Santos ahora en uso de buen retiro, pensó que cambiando el color del uniforme tal vez podría lavar la mala imagen de la institución, causada por algunas manzanas podridas y verdes. Como si se tratara de una “cromaterapia”, Riaño posiblemente pretendía lograr estándares similares de eficiencia de organismos policiales internacionales, simplemente con un cambio de “chiros”.

El arrebato de moda castrense no deja de causar suspicacias. Son 130.000 efectivos, a razón de 4 uniformes por cabeza, serían 520.000 nuevos uniformes. ¡Ajá! Jugoso y atractivo contrato, no? Quién da la orden? El Director León Riaño. Quién ordena el gasto? Su hermano y jefe de la oficina de planeación de la Policía Nacional, Janio León Riaño. Y quién se quedaría con el contratico? Averígüelo Vargas. Cosas que se le pasan a uno por la cabeza cuando se entera de estos extraños arrebatos de funcionarios, que bien merecerían ser condecorados con la más alta graduación de la Cruz Azul… ¡Y adiós piojos!