El cura que le dice Jorge Mario al nuevo Papa

Los dos son jesuitas, tienen la misma edad, hablan español, son latinoamericanos y les gusta el fútbol. Parecieran ser iguales en muchas cosas. La única diferencia es que uno de los dos es desde el jueves pasado el máximo jerarca de la Iglesia Católica.

En 1997 el sacerdote colombiano Álvaro Restrepo fue nombrado como provincial de los jesuitas en Argentina. Allí sucedió en el cargo a Jorge Mario Bergoglio, entonces obispo auxiliar de Buenos Aires y desde hace 24 horas obispo de Roma o Su Santidad Francisco.

“Yo, en este momento, tengo la misma edad de Jorge Mario: 76 años”, ha dicho el padre Restrepo desde el momento mismo en que el cardenal Bergoglio fue elegido como el papa número 266 de la historia.

“A mí me impresionaba mucho (de Jorge Mario) el sentido de cercanía al pueblo”, ha comentado Restrepo, natural de Manizales y residente desde hace muchos años en Medellín. Esa cercanía con el pueblo, según Restrepo, “es muy de Argentina, de toda la parte de la teología de la liberación, pero mucho más en la línea de la cultura. Eso me llamó mucho la atención de Jorge Mario”, ha comentado el cura colombiano, quien también destacó la modestia y austeridad del nuevo sucesor de Pedro. “Es una persona sencilla, una persona que es también muy austera en su forma de ser”.

Alguna vez, ha recordado Restrepo, estuvo con el nuevo papa en las afueras de la capital argentina, “y de pronto pregunté, ¿dónde está Jorge Mario?”. En porteño, el mismo ‘idioma’ del papa, le respondieron: “Pues Jorge Mario ya tomó el bus de vuelta para Buenos Aires”.

Con un marcado acento ‘paisa’, el padre Restrepo ha dicho que siempre tuvo la “impresión de que (el nuevo Vicario de Cristo) era una persona con la que uno siempre podía hablar, contarle cosas, recibir sus consejos”.

Según han dicho personas que los que lo conocen de cerca, el papa Francisco en muchas cosas es igual a cualquier argentino. De hecho, ya es de público conocimiento (mundial) que es hincha de San Lorenzo. Incluso, como buen aficionado, es socio del equipo de Almagro.

Al papa Francisco, ha narrado Restrepo, “le gusta el fútbol. Alguna vez que estaba yo en Buenos Aires me dijo: ‘tú tienes que ir a un partido de futbol; te voy a enviar con alguno de los estudiantes’ -porque él era superior de los estudiantes-; fuimos al estadio de Boca. Después (Jorge Mario) me preguntó cómo me había ido”.

En el momento en que se hizo el anuncio de que Bergoglio era el nuevo papa, el padre Restrepo se retiró en silencio para rezar por su amigo y evocó otro aspecto que le llamó la atención de su hasta ayer par en la Compañía de Jesús. “Me impresionó mucho que la gente más joven de Buenos Aires lo apreciaba”.

Una vez, según Restrepo, el entonces obispo Bergoglio se enteró de que un sacerdote que tenía su parroquia cerca de Buenos Aires estaba enfermo. “Yo asumo la parroquia esos días”, les dijo a sus subalternos, con humildad, el que después sería arzobispo de la capital de la Argentina. “Yo creo que para nosotros (los jesuitas) es algo muy nuevo, tan nuevo que es el primer papa que tenemos. De manera que yo creo que es una novedad (para los seguidores de San Ignacio de Loyoloa) y debemos tener con él un trato igual a los otros papas que no eran jesuitas: de apertura, de obediencia, de servicio”.

Sin embargo, Restrepo tiene claro que los jesuitas seguirán siendo iguales y con el mismo objetivo: servicio a la fe y la promoción de la justicia en el diálogo intercultural e interreligioso. Tampoco los jesuitas tendrán privilegios porque “Jorge Mario no es una persona de ese estilo. Jorge Mario es una persona que lo que le toca hacer, se hace y no más”.