Luego de que se destapara el escándalo de las “chuzaDAS” en el año 2009, y el organismo de seguridad entrara en liquidación, la situación que se generó no solo dejó mal parado al Estado y un sinsabor en la ciudadanía, sino que además muchos funcionarios quedaron sin trabajo, lo que los obligó a realizar actividades ajenas a su perfil profesional.
Por un fallo de la Corte Constitucional que declaró inexequible el artículo 15 de la Ley 1640, fue posible reubicar e incorporar a funcionarios del DAS a la planta de personal de algunas entidades receptoras, entre ellas la Contraloría General de la República. Sin embargo, en julio de 2014, 90 de estas personas fueron despedidas.
Hasta la fecha, solo 23 de ellos han sido reintegrados a la Contraloría por tutela y con medidas cautelares. Los 67 restantes están sin trabajo o realizando otras labores distintas a la que siempre se habían dedicado.
Para los exfuncionarios del DAS ha sido un drama haber trabajado en esta entidad que estaba adscrita a la Presidencia de la República. Así lo cuentan Orlando Chávez* y Miguel Sánchez*, quienes por casi 20 años entregaron lo mejor de sus carreras profesionales al organismo de inteligencia y hoy padecen la incertidumbre.
Chávez es economista. Trabajó 17 años en el DAS. Empezó en el área de protección; desde 1994 hasta 1998, hizo parte de la seguridad del expresidente Ernesto Samper; en el 2007 la exdirectora María del Pilar Hurtado, lo declaró insubsistente, hasta el 2012, durante este tiempo (2007- 2012) fue oficial de cumplimiento en el Banco Agrario y se especializó en lavado de activos, luego ingresó de nuevo al DAS donde trabajó ocho meses en planeación presupuestal.
En el 2012 el DAS ya estaba en proceso de liquidación razón por la cual Chávez fue trasladado a la Contraloría junto a 89 exfuncionarios. Allí se crearon cargos similares a los que desempeñaban en el organismo de inteligencia; durante seis meses trabajaron en la Contraloría hasta que en el 2014 la Corte Constitucional declaró inexequible el artículo 15 de la Ley 1640.
Desde este momento el economista y especialista en lavado de activos no encontró otra forma de empleo que la de ser taxista. “Ser taxista es la primera alternativa que uno tiene para poder subsistir”, pues ha buscado ofertas de trabajo que tengan que ver con su perfil profesional y no ha sido posible acceder a alguna.
Ha puesto su hoja de vida a disposición del Banco Agrario, en donde hace algunos años estuvo trabajando, o en empresas de vigilancia, pero ha sido rechazada porque allí se denota que fue exfuncionario del DAS. “Incluso en la misma Fiscalía que tienen cupos para recibirnos, dicen que de nosotros no quieren nada. Cuando salimos del DAS, salimos con el estigma de que somos unos ‘chuzadores’”, sentencia Chávez.
Orlando Chávez es taxista hace seis meses. Lo hace por necesidad, porque no encontró otra alternativa, pero el caso de él no es el único, hay 63 personas que fueron reubicadas en la Contraloría y hace poco más de seis meses, al ser despedidas, se encuentran realizando actividades diferentes a las de sus profesiones.
El economista es enfático en señalar que más allá de que la Corte declarara inexequible el artículo, él estaba haciendo bien su labor en la Contraloría: “En la Vicepresidencia de la Contraloría estaba haciendo trabajos especiales. Un día la señora Sandra Morelli me envío un correo diciendo que junto otros 20 funcionarios íbamos a ser condecorados por nuestra labor, pero en realidad la condecoración fue sacarnos”.
Sin duda alguna, en la liquidación del DAS hubo más justos pagando por pecadores, pues para Orlando es “inaudito” que por unos pocos, cientos de personas quedaran sin empleo o realizando oficios distintos en otras instituciones del Estado y quizá con el estigma de ‘chuzadores’ como en algún momento le pasó en la Contraloría, pero esto no es todo, la forma de vida también cambió. Por varios meses la esposa de este exfuncionario del DAS le tocó correr con todos los gastos del hogar, mientras Orlando buscaba trabajo sin ningún resultado positivo.
A exfuncionario del DAS: “coja la escoba y póngase a barrer”
“La entidad (Controloría) es muy elitista, porque el factor común es que todos son profesionales, que tienen maestrías y doctorados. Cuando llegamos nosotros los exfuncionarios del DAS, nos miraron igual que a la persona que hace el aseo. Llegaron a decir que los del DAS no sabían hacer nada. Es que la gente piensa que eso de meter un micrófono es sencillo y eso tiene su ciencia, para eso también se necesita formación; eso no es así no más de ir chuzando y ya”, así describe Miguel Sánchez la manera en que los exfuncionarios del DAS fueron recibidos cuando llegaron a la Contraloría.
Sánchez es bachiller y técnico en criminalística; actualmente está estudiando derecho. Durante 11 años desarrolló varias actividades en el DAS: en inteligencia hizo verificación, por ejemplo, que las placas no estuvieran ‘gemeliadas’ o revisando que no estuvieran regrabados los números que identifican a un carro. También se desempeñó como escolta de los asistentes y secretarias que hacían parte del noveno piso en la dirección del DAS y por último estuvo en la sección de identificación con la Policía Judicial.
Aunque reconoce que ninguno de los cargos desempeñados en el organismo de inteligencia tiene afinidad con los cargos de la Contraloría, sí advierte que en principio ellos llegaron a la entidad para ayudar con las investigaciones, porque a pesar de que éstas son técnicas, la institución no maneja procesos como el de cadena de custodia.
Sin embargo, cuando Sánchez llegó a la Contraloría en el 2012 todo fue distinto. “Cuando el jefe veía las hojas de vida, designaba cargos que no tenían nada que ver con lo que uno había hecho en el DAS, por ejemplo siendo detective, me pusieron a cuidar llaves, a firmar audiencias, eso es denigrante, es como si usted siendo periodista le dijeran vaya y radique papeles. Mejor dicho lo único que nos faltó es que nos dijera: “coja la escoba y póngase a barrer”.
El drama de Sánchez no quedó ahí, hasta el 2014 trabajó en la Contraloría realizando oficios varios, pues a él como a muchos los sacaron por el fallo de la Corte Constitucional. Sin embargo hasta febrero del 2015 es uno de los 23 exfuncionarios del DAS que han sido reintegrados por tutela y medidas cautelares.
Aunque, el 30 de abril la Corte Suprema de Justicia condenó a la ex directora del DAS María del Pilar Hurtado a 14 años y al exsecretario General de Palacio, Bernardo Moreno, a 8 años por las interceptaciones ilegales, el drama que viven exfuncionarios como Orlando Chávez y Miguel Sánchez, quienes siendo inocentes resultaron afectados, puede llegar a ser peor que la cárcel; pues han corrido con la suerte de ser estigmatizados como los ‘chuzadores’ del organismo de inteligencia.
Orlando Chávez* y Miguel Sánchez*: nombres cambiados por solicitud de los entrevistados