La versión oficial según la cual el Gobierno Nacional siempre tuvo el control de lo sucedido durante la toma y retoma del Palacio de Justicia hace treinta años tiene varias fisuras. Material de archivo y un documento inédito con versiones del entonces Ministro de Justicia, Enrique Parejo González dan cuenta de ello.
El holocausto del Palacio de Justicia que este 6 y 7 de noviembre cumple 30 años aún está envuelto en brumas. A pesar de que las condenas contra la nación son una realidad, de que los testimonios de varios sobrevivientes han sido esclarecedores y de que el destino final de algunos de los 11 desaparecidos ha sido claro, todavía quedan por establecer responsabilidades en muchas instancias del orden nacional.
Uno de los puntos más controvertidos de la versión oficial es aquel según el cual el Gobierno Nacional siempre estuvo en control de lo sucedido en el Palacio de Justicia. El entonces ministro de Gobierno, Jaime Castro, dijo en su momento que nunca hubo un vacío de poder. En una entrevista hecha por el diario El Tiempo en 2004, a la pregunta “Hay la percepción de que durante la toma no gobernó el presidente Betancur sino los militares, que hubo golpe de Estado…”, Castro respondió, “En ningún momento”.
Sin embargo, otra versión de casi el mismo peso da cuenta de lo contrario. Confidencial Colombia tuvo acceso en exclusiva a un documento, hasta ahora desconocido, que recoge las notas tomadas en una reunión off the record, adelantada en Bogotá, entre el entonces ministro de Justicia Enrique Parejo González con algunos periodistas.
El documento contradice lo dicho por Castro y por el mismo Parejo González en la rueda de prensa llevada a cabo el 11 de noviembre de 1985. En ella, el exministro dijo, al preguntársele ¿Por qué no se detuvo el Operativo (entrada al cuarto piso del Palacio)?, que “si el operativo se detenía eso era darle ciertamente mayores posibilidades de éxito a la guerrilla, porque la guerrilla penetró por el sótano e iba ascendiendo a los pisos superiores”.
El documento al que tuvo acceso este medio dice algo muy diferente. Según lo expresó Parejo en esa ocasión, el 23 de julio de 1986, el “Consejo de Ministros decidió negociar (juzgados por justicia civil y ‘respetarles la vida’)”. Esto se refiere a que les ofrecieron a los guerrilleros del M-19 un juicio imparcial y garantías para su integridad, de llegarse a un acuerdo para la entrega de los rehenes.
El documento también registra que de acuerdo a la versión del entonces ministro de Justicia, el Consejo de Ministros, reunido el 6 de noviembre desde las 2 de la tarde, ordenó que el cuarto piso no fuera tomado en ese momento y que el operativo fuera aplazado, no suspendido. La finalidad de esa decisión era salvaguardar la vida de los magistrados que estaban en poder del M-19. Es más, afirma que el Gobierno no dio orden de comenzar el operativo militar.
Continúa lo relatado por Parejo González señalando que los militares les manifiestan a los ministros, hacia la 1 de la madrugada del 7 de noviembre, que el operativo está aplazado, que hay un receso. Por esta razón los miembros del gabinete se dirigen hacia sus casas. Sin embargo, a las dos de la madrugada las explosiones y los disparos arrecian. El calificativo que usa el entonces ministro para referirse al tiroteo que escucha en la radio es: “pavoroso”.
También se tuvo acceso a la declaración del mismo Parejo González ante el Tribunal Especial de Instrucción Criminal, llevada a cabo el 14 de abril de 1986. En ella, el que fuera jefe de la cartera de justicia señala que:
“momentos antes [de las 6 de la tarde del 6 de noviembre de 1985], se tuvo información del Director de la Policía [Víctor Delgado Mallarino] en el sentido de que el GOES estaba intentando penetrar al cuarto piso del edificio [Palacio de Justicia], desde la azotea, pero que era necesario derribar una puerta de hierro y estaban buscando el explosivo necesario. Ante esta información varios ministros manifestamos que, como íbamos a comunicarnos con Andrés Almarales, era conveniente se suspendiera el operativo de acceso al cuarto piso, mientras no se lograra esa comunicación…En esos momentos, entró el General Delgado [Mallarino] con un walkie talkie en la mano anunciando que le acababan de comunicar que ya se había logrado penetrar al cuarto piso.”
El anuncio de Delgado Mallarino culmina con la afirmación de que no hay cuerpos en el cuarto piso del Palacio y que deben despreocuparse los miembros del gabinete. Sin embargo, como lo han demostrado los dictámenes periciales, fue en ese piso en donde cayeron varios de los magistrados asesinados, entre ellos el mismo Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía, ultimado con una bala de calibre 9 mm que corresponde a la munición utilizada por las fuerzas policiales que ingresaron en ese momento.
Así las cosas, todavía quedan por establecerse muchas verdades que darían cuenta de otras tantas responsabilidades y que arrojarían luz sobre lo que realmente ocurrió al interior de las altas esferas del poder durante esos dos días que quedaron grabados a sangre y fuego en la memoria del país.