Hace más de 40 años, en un cruce de calles, específicamente en el límite entre los tradicionales barrios Boston y Recreo de la arenosa, se reunían a “tertuliar” los grandes artistas colombianos de la época, este recinto tenía el nombre del “Vaivén”, sin embargo con los años el lugar fue abandonado y con él, se fue olvidando una gran parte de la historia artística de nuestro país. Entrevista con Heriberto Fiorillo, el hombre que rescató el lugar.
Dice la historia que en el Vaivén, Alejandro Obregón, Gabriel García Márquez, José Félix Fuenmayor, Alfonso, Álvaro, Germán Vargas y Enrique Scopell, Cecilia Porras y Feliza Bursztyn, no solamente conversaban al son de la buena música y unos tragos, sino que se realizaban las preparaciones culinarias más exquisitas.
Se cuenta también que con Alejandro Obregón a la cabeza, prepararon el cochinillo de veinte días en sal y carbón, el bocachico relleno al guiso, el pollo ahumado, el sancocho trifásico, el poderoso sancocho de sábalo bañado en leche de coco, el infaltable mote de queso con ñame, la irrepetible Bougeabesse de Álvaro Cepeda, entre otros experimentos, menos convencionales, como el sancocho al que Gabo le agregó nada más ni nada menos que un loro , o el paco paco amaestrado que de un tajo se comió Obregón, sin rechistar.
Estas son tan solo algunas de las historias que se tejieron alrededor del Vaivén, muchas de ellas son solamente en parte ciertas entremezcladas con una el toque de fantasía que no falta en aquellas tierras.
Pero sin duda alguna este es un lugar de gran valor histórico para los colombianos, que con los años fue dejado en el olvido, afortunadamente el escritor y periodista Heriberto Fiorillo entendió la importancia y las nefastas consecuencias que podría tener una perdida como esta y decidió emprender el proyecto de restauración de las instalaciones, con el fin además de fomentar la identidad y estimular a los nuevos talentos artísticos del país.
Gracias a ello, hoy El vaivén resurge bajo el nombre de “La Cueva”, un referente nacional e internacional del rescate de la memoria histórica, allí siguen reuniéndose los artistas nacionales, en lo que se ha convertido en una especie de híbrido cultural, que combina sabiamente restaurante bar, museo, tertuliadero, sala de video y teatro, en el que se realizan periódicamente un sinfín de actividades.
Como si esto fuera poco, La Cueva no es solo un lugar común, es una fundación comprometida con la formación cultural y creativa de niños y jóvenes de la región Caribe colombiana, razón por la cual se han desarrollado a través de los años cinco proyectos artísticos.
El primero mantiene y opera el legendario museo bar restaurante y centro cultural La Cueva, un patrimonio nacional que hicieron famoso desde 1954 hasta 1970 el llamado Grupo de Barranquilla.
El segundo “Vamos a La Cueva”, lleva anualmente al centro cultural miles de estudiantes de primaria de los principales colegios públicos de todos los municipios del departamento del Atlántico y los inicia en talleres de narrativa y de pintura, tras un tour de reconocimiento, estudio y alimentación por sus instalaciones.
El tercero, Barranquilla al pie de las letras, es un proyecto nacional que consiste en traer a la ciudad los más calificados escritores colombianos y, mediante entrevistas y conversatorios, presentarlos ante miles de estudiantes de colegios de bachillerato locales.
El cuarto proyecto: La Cueva en el aire es un programa radial que divulga, todos los sábados, de 8 a 9 de la mañana por la popular Emisora Atlántico de la localidad, las artes y actividades culturales que se realizan en la región Caribe.
Finalmente, el más conocido, El Carnaval de las Artes, evento internacional de cuatro días, concebido para brindar un homenaje a los más grandes creadores del mundo, conocer su vida y su obra, estudiar sus procesos de creación y estimular, entre los habitantes la ciudad, una reflexión a fondo sobre los distintos elementos que habitan y componen el tradicional Carnaval de Barranquilla, declarado por la UNESCO, patrimonio de la humanidad.
A propósito de este último, el cual se llevará a cabo en Barranquilla hasta el próximo 27 de enero de 2013, Heriberto Fiorillo, el hombre que no sólo rescató el espacio de los locos amigos del Grupo de Barranquilla, sino que está tras los proyectos culturales de la Fundación La Cueva, habló para Confidencial Colombia.
Confidencial Colombia: ¿Cuáles son los grandes invitados al Carnaval Internacional de las Artes este año?
Heriberto Fiorillo: Todos son grandes en su área de creación. Hay unos con más fama o más prestigio que otros pero, a la larga, todos enriquecerán la imaginación de sus audiencias.
C.C: Ahora que el Carnaval llega a su séptima edición, ¿Cuál ha sido el balance general en términos de convocatoria y respuesta del público?
H.F: La convocatoria ha sido intensa pero mayor la respuesta. Creo que somos un evento de culto.
C.C: ¿En qué momentos o aspectos el Carnaval de las Artes se cruza con el Carnaval de Barranquilla?
H.F: Nuestro carnaval, que es un festival, no podría existir sin el Carnaval de Barranquilla, sobre el que busca una reflexión individual y colectiva, más allá de los contenidos de nuestro evento.
C.C: ¿Qué es lo más difícil de realizar proyectos de esta envergadura, que no solo poseen un gran valor cultural sino que rescatan la memoria histórica del país?
H.F: Encontrar los cómplices necesarios, personas que crean en el proyecto y sumen a él sus recursos de toda clase.
C.C: Ya que coinciden las fechas de realización ¿Siente algún tipo de competencia con el ‘Hay Festival’ que se lleva a cabo en Cartagena? ¿O por el contrario cree que son eventos complementarios?
H.F: El Hay Festival, que no es uno sino más de treinta, nos puso a pensar en un evento cultural para Barranquilla. No creo que sean complementarios aun cuando a veces compartamos uno que otro invitado. El Hay es un evento extranjero para los que van a Cartagena. El Carnaval de las Artes es de los barranquilleros, para nosotros mismos y al que viene lo hacemos sentir uno más de nosotros.
C.C: ¿Cuál es el aporte de la Fundación la Cueva a la nueva generación de artistas?
H.F: Acompañarlos en su búsqueda, compartir su cultura, su necesidad de aventura, que se encuentren unos con otros, servir de estímulo y espejo.
C.C: Sabemos que los proyectos de la Fundación ‘consumen’ una gran parte de su tiempo, sin embargo, literariamente hablando ¿en qué está trabajando Heriberto Fiorillo?
H.F: En un libro de ensayos y en una novela interminable.
C.C: ¿Qué libro, película y disco es imprescindible en su biblioteca?
H.F: No guardo fidelidad sino lealtades y en cuanto a narraciones me gustan muchas, tanto escritas como filmadas. Discos, tengo más de cinco mil y los escucho. Desde Bach hasta Chabuco.