Recientemente Cimarrón, fue nominada a los Premios Lunas de México; un importante certamen que reconoce los espectáculos más destacados que se realizaron durante el último año en el país azteca. Confidencial Colombia habló con Carlos Rojas director de la agrupación, sobre la difusión y la circulación de los ritmos tradicionales.
Confidencial Colombia: Pese a que no obtuvieron el galardón, ¿Qué destacan de la nominación a los Premios Lunas de México?
Carlos Rojas: México es uno de los centros de mayor actividad artística de América Latina, (quizá comparable con Argentina y a Brasil) de manera que son muchos espectáculos nacionales e internacionales -algunos de ellos de una experiencia grandísima-, que se presentan allí y sin embargo, la nominación nos tocó a nosotros.
C.C: ¿De cierta manera este es un reconocimiento a tantos años de trabajo?
C.R: Al reconocimiento del valor estético de una propuesta y por supuesto, al valor de un desarrollo del producto escénico que Cimarrón llevó a México este año.
C.C: ¿Qué fue lo más meritorio de la nominación?
C.R: Que a partir de una forma artística colombiana que tiene muy poca divulgación, logramos hacer un producto altamente competitivo.
C.C: ¿De dónde surge la propuesta escénica de Cimarrón?
C.R: Surge de la visión que tenemos de la tradición. Nosotros hemos hecho música llanera tradicional desde que éramos niños y hemos ido modificando el producto. En los últimos años 15 años hemos buscado que este producto tenga una reelaboración acorde con los estándares internacionales de producción en el campo de la música tradicional.
En la música tradicional hay toda una corriente, una estética de presentación de la música, que si bien parte de la tradición adiciona elementos de la contemporaneidad y le pone mucho más a tono con las propuestas estéticas actuales. Ese es el campo en que Cimarrón ha trabajado, haciendo búsquedas conscientes de esa transformación y desarrollo de puesta escénica.
C.C: ¿Las nuevas generaciones están interesadas en las músicas tradicionales?
C.R: Sí, creo yo que existe en América Latina y en Colombia un movimiento fuerte de volver la mirada a las músicas tradicionales desde una óptica contemporánea, urbana y yo diría informada, es decir una óptica que no parte única y exclusivamente desde la tradición misma, sino global.
C.C: ¿Cimarrón se enmarca en estas nuevas ‘tendencias’?
C.R: Cimarrón ha sido uno de los grupos pioneros en este trabajo y hemos podido convertirnos en embajadores de las tradiciones llaneras colombianas en muchos escenarios de mundo. Es un trabajo de una trayectoria larga, podemos hablar de al menos 10 años de trayectoria internacional continuada.
C.C: ¿Qué tan fácil es la difusión de estas músicas?
C.R: Por supuesto es una tarea difícil, por tanto es mucho más fácil circular internacionalmente con músicas de las denominadas del mainstream […] pero pues músicas de muchas otras tradiciones y mucho menos conocidas como puede ser la llanera, es un hecho bastante difícil de realizar, porque no cuenta con los apoyos suficientes y por supuestos tampoco tienen la demanda que tienen estas otras músicas.
Los que tienen las ganas de llevar estas músicas a los espacios internacionales como es el caso de Cimarrón, que fue encontrando los nichos y los espacios específicos para poder presentar estos productos y también por supuesto, encontrar las transformaciones y desarrollos que se requieren en esta música para poder conseguir que esos espacios internacionales se abran para productos como el nuestro.
C.C: ¿Económicamente cómo se hacen sostenibles estos proyectos?
C.R: Se sostienen netamente porque también trabajan en el área de la oferta y la demanda de los circuitos internacionales y por supuesto, que este proyecto no se mueve con las facilidades económicas que se mueven los proyectos del mainstrem, pero define su sostenibilidad en la aceptación que logre su producto; se requiere por eso ser muy competitivo, muy profesional en el trabajo para poder ganar espacios que garanticen cada vez más la sostenibilidad del grupo. Es complicado, pero si se persevera y se trabaja con seriedad, pues se logra sostenerse.
C.C: ¿La internet ha afectado positiva o negativamente estos procesos de circulación, difusión y sostenimiento?
C.R: La internet ha facilitado mucho los procesos de difusión, porque ahora es más fácil enviar material o conectarse con promotores, con agencias de conciertos, con espacios, con escenarios… eso es relativamente fácil hacerlo hoy; mucho más que hace una década o dos, donde era casi imposible moverse sin un promotor que estuviera de país en país o de teatro en teatro moviendo las propuestas; esto ha hecho que la circulación sea una realidad cada vez más fácil para una inmensa mayoría de grupos.
C.C: Parece ser entonces, que hoy hay más competencia ¿es cierto? De ser así ¿es más difícil surgir para las bandas?
C.R: Sí claro. Cada vez es mucho más complejo el panorama, en la medida que hay una mayor cantidad de oferta circulando, y por supuesto que requiere un gran nivel de calidad para poder competir internacionalmente.