Real Madrid y Barcelona se enfrentan en un clásico que se presenta como un punto de inflexión determinante en la Liga. De ganar los blancos, podrían sentenciar el torneo antes de llegar a Navidad. Al Barça solo le vale na victoria para enchufarse al campeonato. Zidane optará por el once del Calderón y James esperará su oportunidad para la segunda mitad.
El Real Madrid de James puede dejar sentenciada la Liga antes de Navidad. El equipo de Zidane llega con una oportunidad inmejorable al Clásico. Aventajan en seis puntos a su rival, el Barcelona, pero más allá de la posición en la tabla son el conjunto que más firme se ha mostrado de los dos en lo que llevamos de temporada. Sin el mejor fútbol, solo en los encuentros se lo toma en serio, el conjunto merengue ha ido liquidando a sus oponentes partido a partido, aprovechando los pinchazos de su rival. Su juego no enamora pero es efectivo como un reloj suizo. Hasta en los encuentros en los que prefiere tomarse una siesta, como el último ante el Sporting, sale vencedor -la clásica suerte del campeón que suelen decir-. Con este paisaje se presenta el duelo de los dos grandes de la liga española, como un punto de inflexión determinante para clamar a su nuevo campeón o meter picante al torneo.
El fútbol es una cuestión de momentos y actualmente el Barcelona pasa por un bache preocupante. Desde la baja de Iniesta, por una lesión en su rodilla que asustó a todo el mundo del fútbol, está sufriendo problemas serios para superar los partidos. El conjunto blaugrana ha perdido su brújula en el mediocampo. Ni Rakitic, ni André Gomes -otro de las infladas mágicas de Jorge Mendes- han sabido interpretar el fútbol armónico que ha caracterizado a los culés en los últimos años. Quizá por sus características precisas de mediapunta, han sido incapaces de cocinar a fuego lento los festines para la MSN. Y, sin juego interior bien hilvanado, es difícil que los de arriba se luzcan. Neymar Messi y Suárez tienen que sudar jornada a jornada para fabricarse su propia jugada y hasta ellos mismos se han dado cuenta que son mucho menos sin el factor sorpresa.
Otro de los grandes damnificados ha sido Sergio Busquets. El perfecto calculador que es el 5 del Barça parece desbordado en los partidos. El pulpo como le nombran algunos por su habilidad para robar balones como si tuviera ocho extremidades, se ha co. Es el que más echa de menos a su menudo compañero de La Mancha, Iniesta, el único volante ahora mismo en el Barça capaz de realizar el papel que en su día hacía el gran Xavi Hernández. Buena prueba de ello es que en los últimos partidos el héroe salvador del equipo ha tenido que ser su defensa estrella, Piqué.
Mientras que el Barça está plagado de dudas en el Real Madrid son todo buenos resultados. A pesar de vivir una epidemia de bajas, los blancos han conseguido sobreponerse gracias a un juego sin alardes pero convincente. Son decisivos en las dos áreas y en los encuentros de altura han mostrado una seguridad infalible. Dan la sensación de saber administrarse y subir una marcha más cuando es necesario. Si muestran el nivel del derbi ante el Atlético, pocas opciones le quedarán al Barcelona.
A esto hay que sumarle la recuperación de su goleador. Cristiano Ronaldo despertó en el Calderón con un hat trick y mantuvo la línea con otro doblete en el último encuentro liguero ante el Sporting de Gijón. Ha salido del bache y están en racha. Y llega a un campo donde le encanta lucirse.
Quien no puede hablar de vivir la misma situación es James Rodríguez. El cucuteño ya solo vive de las sobras coperas que le está dejando Zidane. El 10 aprovecha las oportunidades, pero desde su inservible viaje con la Selección Zidane le ha puesto la cruz. El francés insiste en las ruedas de prensa que es importante, pero solo le brinda los encuentros sin importancia o los minutos basura de los últimos cuartos. En sus planes cuenta con James hasta final de temporada, más aún con la lesión de jugadores como Bale que le meten el miedo en el cuerpo de cara a los meses clave de abril y mayo. Aunque todos los días salen rumores sobre su salida que hacen dudar con que este pueda ser su último clásico vestido de blanco. Poco hace pensar que James sea titular entre los merengues, sobre todo teniendo en cuenta que jugó los 90 minutos del último partido.
Desde Madrid apuntan que Zidane optará por el mismo once que triunfó en el Calderón, con la línea de Isco, Kovacic y Modric en el centro del campo y con Lucas Vázquez sustituyendo a la única pieza que alta de la BBC. La única duda que le queda al galo es la de sacrificar a uno de estos para reforzar con músculo la medular con Casemiro, pero a pesar de haber engrasado los motores en el último juego de Copa todavía se le ve lejos del nivel del resto.