En estos tiempos convulsos una de las incógnitas que se ciernen sobre el país vecino es qué hará la oposición. Ramón Muchacho, 40 años, uno de los líderes de Primero Justicia y persona cercana a Capriles, aspira a la alcaldía de Chacao, fortín del anti-chavismo y centro económico de la gran Caracas. Político moderado, no duda en que volverán a concurrir unidos en otras presidenciales, igual que en las locales de mayo, aunque con Chávez aún vivo no cree llegado el momento de decidir sobre el tema.
¿Cómo ve el chavismo actual sin Chávez?
Tienen diferencias internas importantes entre Maduro y Cabello pero yo no haría escenarios a futuro contando con una división de ellos. Maduro es el candidato de Chávez, de los Castro, dogmático, casado con las ideas de la revolución cubana. Y Cabello representa al verdadero poder, el militar, es el hombre de los boliburgueses y el fuerte del PSUC por ahora. Son dos trenes que van en vía de colisión pero pueden medir los tiempos, no tienen que colisionar ahora, mientras Chávez esté vivo no lo harán.
Aquí el mayor incentivo que tienen Maduro y Cabello para mantenerse unidos es Henrique Capriles. Si la oposición no tuviera una candidatura con verdaderas capacidades de competir, podían darse el lujo de dividirse y aún así ganar.
¿A Capriles le interesa lanzarse de nuevo a las presidenciales?
No es candidato presidencial, no ha dicho que lo vaya a ser, no lo sabemos, cada cosa tiene su tiempo, no está planteada aún una elección presidencial. Una de las peores cosas que nos podía pasar es que los venezolanos nos perciban tratando de conseguir vía casualidad lo que no hemos logrado todavía por la vía de los votos. No es nuestra posición, por eso hemos sido muy cuidadosos.
¿Hay quienes piden en la oposición cambiar la estrategia y darle duro al gobierno?
La oposición es variopinta, multicolor, aquí el único sector que tiene un pensamiento único es el chavismo. Pero en la oposición ni somos así ni queremos ser así, hay distintas formas de pensar y de ver las cosas y esas diferencias se aprecian con mayor nitidez cuando estamos en encrucijadas como ahora. Yo formo parte de un sector que tiene un proyecto político de convertirse en gobierno nacional por la vía electoral.
¿Aunque sea con reglas de juego tramposas?
Las condiciones no las ponemos nosotros, pero no hay forma distinta de llegar al gobierno.
Los chavistas dicen que defenderán con la sangre el régimen, hablan de guerra, ¿es posible?
Ese discurso es producto del odio que se ha inculcado entre los venezolanos. El oficialismo difícilmente va a encontrar en la otra acera a un contrincante dispuesto a decidir esto en la calle a tiros. La mayor parte de esas afirmaciones son palabrería aunque no hay que demeritarlas. Existen grupos violentos y armados que operan en muchos casos a la sombra o amparados por el gobierno y en los cuales convive el hampa común y el hampa política. Igual disuelven una manifestación opositora que secuestran un niño y piden rescate. Lamentablemente el gobierno ha creado una milicia paralela con la finalidad de defender la revolución. Creo que ese es un gran peligro que tenemos los venezolanos.
¿Piensa que los militares impedirán un cambio de régimen en caso de producirse como ya advirtieron?
Si la oposición gana tendrán que aceptarlo, si no, iríamos a una crisis institucional de proporciones inimaginables. Yo creo que no podemos perder el tiempo en esos escenarios, no nos puede distraer del objetivo prioritario que es convertirnos en mayoría, mientras no lo seamos, de nada nos sirve plantearnos esos escenarios.
¿Por qué la debacle de la oposición en las regionales?
Perdimos 20 gobernaciones de 23, políticamente es una debacle pero quiero recalcar aquí que no es que la oposición desapareció. Sacamos 45 por ciento en las presidenciales y en esa el 43, se pierden los estados por pequeños márgenes. El gobierno y el CNE planificaron un calendario electoral para hacer lo que en béisbol se llama un doble play: el primer out fue en octubre y el segundo en diciembre. Se diseñó para que el ganador se llevara todo. El oficialismo sabe que tiene mucha fuerza pero la oposición está ahí y está viva.
¿Cómo sería una transición política en Venezuela con la profunda crisis económica en ciernes?
Sería siempre un reto muy grande asumir un gobierno y hacer una transición después de catorce años de chavismo donde se han desmantelado sistemáticamente las instituciones democráticas para poner todo en manos de un Presidente que ejerció un hiper-liderazgo dentro y fuera del país. Eso sería un reto monumental en cualquier país del mundo para cualquiera, pero si además tenemos una crisis económica encima, mucho más complejo.
¿El petróleo lo tapa todo?
Este circo puede seguir pero algún día va a colapsar y mi percepción es que el gobierno no va a tomar ninguna medida, no hará ajustes y sencillamente se van a desencadenar los acontecimientos, como sucedió en el viernes negro del 83, será un aterrizaje forzoso. Estamos a las puertas de una crisis pero no hay un sitio en restaurantes, no hay escasez de bolívares, es un dinero inyectado en la economía y como no hay una producción que lo sustente, estamos en un corralito. El venezolano intenta salir de los bolívares, quiere ahorrar en dólares pero no sólo son caros, es que no hay. Si no hay dólares tratan de comprar carros, pero hay lista de espera, van a electrodomésticos para comprar y no hay.
¿Por qué corre tanto dinero?
Porque el gobierno ha estado imprimiendo bolívares. La contraprestación de eso es una devaluación terrible, es todo una gran burbuja. Tienes un sistema bancario que te presta con tasas de interés negativa por la devaluación.
Pero va a estallar
Claro. Estalla, hay luego un acomodo y volvemos a la burbuja. Estalló en 1983 con Herrera, después con Carlos Andrés y se produjo el caracazo. Volvió a estallar con Caldera y se produjo la crisis financiera. Con Chávez ha tenido mini estallidos. Se repetirá la historia salvo que venga un cambio profundo, una nueva visión de cómo se deben hacer las cosas, tienes que quitar al Presidente de la República el control sobre el Banco de la República y la máquina de imprimir los billetes. Aquí todos los gobiernos de todos los signos han sido irresponsables con la máquina de imprimir billetes y si sigue en manos del Presidente, este ciclo se va a repetir indefinidamente.