El exsecuestrado de las Farc, Sigifredo López, quien fue acusado de urdir su propio plagio y el de sus compañeros diputados asesinados, se refirió al dolor y deshonra de su detención.
El exsecuestrado de las Farc Sigifredo López, quien tras su liberación por parte de la guerrilla fue detenido en Colombia acusado de urdir su propio plagio y el de sus compañeros diputados asesinados, afirmó que “el miedo a la deshonra fue terrible y mucho más doloroso” que el cautiverio de siete años.
López participó en el “Uy, Festival!” o Festival del Miedo de Bogotá, dedicado en su segunda edición a las víctimas de la violencia, casi tres meses después de recobrar la libertad, ya que la Fiscalía determinó que los testimonios por los que le había acusado eran falsos.
Este caso ha supuesto uno de los grandes escándalos judiciales en Colombia.
López fue el único superviviente de los doce diputados del Valle del Cauca, que las Farc secuestraron en 2002 y después masacraron en unos hechos de los que, según López, se salvó porque en el momento de las ejecuciones lo habían trasladado a otro lugar.
El exrehen fue puesto en libertad por las Farc en 2009, tras siete años cautivo, y en mayo pasado fue detenido por orden de la Fiscalía.
Este organismo judicial determinó que López se había aliado al grupo armado para organizar su secuestro y el de sus compañeros, a raíz de un vídeo en el que aparecía un hombre con un físico similar y unos testimonios que resultaron ser falsos.
La doble víctima relató hoy, en el Festival del Miedo, los hechos, tanto su secuestro como su posterior detención.
Todo comenzó en 2002 en Cali, en la sede de la Asamblea Regional, de donde un comando los sacó al alegar una amenaza de bomba y ya en un camión se identificaron como guerrilleros.
“Eso nos dejó a todos fríos”, aseguró, al expresar que ahí comenzó “una odisea de siete años”, en la que aprendió “a perderle el miedo a la muerte”.
“Uno podía morir de la picadura de un zancudo (mosquito) que te diera malaria, de la picadura de una serpiente, por las ráfagas del Ejército”, recordó.
Otro de los episodios más dramáticos ocurrió en 2007, cuando, según dijo, supo de la muerte de sus once compañeros cuando él había sido apartado del grupo.
“Por unos días muy oscuros, quizás un mes largo, yo sentí que estaba perdiendo la razón (…), empecé a ver a los guerrilleros ya no con su apariencia sino con cachos (cuernos) y con barba, de demonios”, explicó, al reconocer que “ese miedo a perder la razón fue terrible”.
López hoy calificó de “segundo secuestro” la detención a la que fue sometido por orden de la Fiscalía entre mayo y agosto pasados, cuando lo que vivió fue indignación, pero también miedo a enfermar.
Dijo que una noche, en el calabozo, le subió la presión hasta 184 pulsaciones, se agitó su respiración y volvió a sentir miedo a morir.
Según López, en ese momento sintió que sus hijos “iban a pasar a la historia como los hijos del peor delincuente de la historia del país”.
“Yo estaba acostumbrado a este tipo de humillaciones (…), la única dificultad era el temor a la deshonra”, explicó el exdiputado, quien tras vivir esa nueva odisea fue puesto en libertad.
El pasado 18 de octubre el fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, pidió disculpas públicas a Sigifredo López y se cerró así otro capítulo de miedo y horror para este colombiano.
El “Uy, Festival!” fue inaugurado con el País Vasco como invitado especial y discurrirá hasta el jueves entre testimonios de víctimas de la violencia en Colombia.