La Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia anuncia la tercera edición del Laboratorio Cano, proyecto artístico que tiene como enfoque y directriz: la ruina. La muestra estará abierta en el Museo de Arte desde el 23 de julio hasta el 12 de agosto.
El Laboratorio Cano es un proyecto académico, curatorial y expositivo de un año de duración organizado por la Dirección de Patrimonio Cultural en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia para los estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas, cuyo objetivo es servir de plataforma de formación de curadores y artistas desde la práctica profesional en el espacio del museo. Las exposiciones y las obras se producen en el lugar por los propios estudiantes con el apoyo de la Universidad con recursos en dinero y a través de tutorías y seminarios. Los tutores de este laboratorio fueron: José Alejandro Restrepo, Nicolás Paris, Olga Foronda y María Belén Sáez de Ibarra, entre otros.
Este proyecto se realizó por primera vez en 2011, luego en 2013 y finalmente para el mes de julio de 2015 la tercera versión será presentada en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia. El proyecto de este año comenzó en 2014 guiado por el artista José Alejandro Restrepo, quien ayudó a consolidar el concepto curatorial de la muestra. La segunda fase del proceso, iniciada en 2015, es orientada por el artista Nicolás Paris quien ha contribuido a elaborar la metodología para el Laboratorio. La muestra del Laboratorio Cano se realizará entre el 23 de julio y el 12 de agosto en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia.
¿En qué consiste?
Los estudiantes, que asumieron el rol de curadores, convocaron a sus colegas a habitar el Museo de Arte durante 4 meses de taller dentro de las salas. Un taller abierto para la producción de obras dentro de los lineamientos conceptuales del laboratorio. Además, los curadores trabajaron de la mano con los artistas buscando ampliar preguntas respecto a la imagen y el acto creativo. La ruina es un eje transversal. Los artistas creen que la noción de ruina puede anudar conceptualmente muchas propuestas artísticas, es una idea amplia con múltiples connotaciones. La intención del laboratorio es entrar a este concepto y explorarlo artísticamente.
Como método de exploración, se crearon nodos de trabajo, conformados por afinidades conceptuales y técnicas, en donde los estudiantes pueden relacionar su trabajo y ahondar conceptualmente en este. Los nodos son:
Ruina corporal, mimética y de representación: la ruina desde y hacia el cuerpo y los espacios entre los cuerpos. La ruina en representación, en división, en reconocimiento. Verse, reconocerse, perderse.
Caminar en ruinas. Las ruinas del espacio, la ciudad en ruinas, las ruinas del espacio, de los objetos perdidos, la memoria, sus funciones.
Luz y sombra. Lo que queda de la luz, lo que se ve entre las sombras. La fotografía como modo artístico, el ojo en la sutil distinción en luz y penumbra.
El molde y el marco entendidos como el contexto. Una obra enmarcada, una obra sin marco, ¿por qué? Que nos dice y que nos deja.
¿Qué es la ruina?
Una ruina es el fragmento de un todo que resiste al tiempo. Indica un acontecimiento, un cambio o una catástrofe, donde actores entran en conflicto generando un proceso de transición, destruyéndose entre sí. El vencedor se consolida en el tiempo, mientras los fragmentos del perdedor buscan en el camino a alguien que los mire, los estudie y los use. Por ende la ruina marcha en el tiempo evidenciando un deterioro, pero no solo material pues los conceptos y las ideas entran también en estado de ruina.
¿Cómo vivimos esas ruinas en el presente?
Los jóvenes colombianos hoy día recibimos un país que atravesó un siglo de conflictos armados y con cruentos enfrentamientos que han bañado el país en sangre. Como consecuencia Colombia es el país con más desplazamiento forzado en el planeta, fragmentando las estructuras sociales y cambiando radicalmente nuestra relación con el territorio. Los colombianos que vivimos en la ciudad nos cruza una guerra diferente a la vivida en el campo, pues los tipos de violencia y la dinámica de los actores asumen roles diferentes. El campo y la ciudad viven la angustia de la violencia, cada una crea tipos de ruina, habitamos en esa ruina con ojos indiferentes.
Bogotá se ha expandido vertiginosamente a causa de los desplazamientos forzados, creando una ciudad atravesada por historias que denotan las ruinas de otras tierras buscando su lugar en las calles bogotanas. Los distintos fragmentos de culturas lejanas se ven por la ciudad y vivimos con ellos a diario, preguntándonos por lo local y lo extranjero. Lo ancestral en lo actual. La arquitectura capitalina evidencia estas capas de tiempos y pensamientos. Caminamos por calles del siglo XX, entre casas de 1800 y edificios de cristal. Construcciones con lineamientos coloniales junto a edificios de corte moderno enmarcados por las montañas andinas.
La Universidad Nacional de Colombia, en particular su sede Bogotá, vive en ruinas por malas decisiones políticas y administrativas. El desinterés estatal por la Universidad, sumando un mal manejo administrativo ha deteriorado no solo los edificios y los espacios públicos del campus; han fragmentado una comunidad que no logra una cohesión en la toma de decisiones, perdiendo espacios políticos y académicos dentro del estado colombiano. Ahí también vemos las ruinas en nuestra cotidianidad, y las consecuencias del desinterés estatal no solo se aplica en la Universidad sino fuera de ella, visible en la malla vial, el fallido Transmilenio y los barrios de invasión. Ser apolítico es negar la posibilidad de reivindicar la ruina, negarse la posibilidad de pensar el pasado y el presente para transformar el futuro.
¿Por qué nos es tan importante ver la ruina de generaciones pasadas?
Miramos la ruina como un material abocado a la revolución. Estudiarlo implico tomar postura en la historia. La ruina como materia para construir un futuro.