Semana Santa con el tiempo se ha convertido en época de recogimiento: de ganancias con imágenes, esculturas, joyería, entre otros; reflexión: cómo atraer a potenciales clientes, incluso extranjeros; y arrepentimiento: cero, hay que repetir.
La conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret es uno de los momentos anuales en los que el negocio de la fe tiene su recompensa.
Imágenes, libros, esculturas de hasta 1,70 de alto y bisutería religiosa, además de plantas y yerbas para tener, salud, dinero y atraer buenas energías, son varios de los elementos que se venden tanto a creyentes como a extranjeros.
Lugares como Monserrate, el centro de la capital y el 20 de julio, por no mencionar más, son algunos de los sitios abarrotados por vendedores ambulantes, casetas improvisadas hasta grandes locales de comercio exclusivamente religioso.
El 20 de Julio es uno de los barrios que más conglomera fieles seguidores de la fe católica y del Divino Niño Jesús. Doña Nieves, dueña de uno de los locales ubicado cerca a la Parroquia, dice que esta es una de las épocas más prospera así como el mes de agosto y de septiembre.
Uno de los objetos que más se venden a lo largo del año, son las vírgenes y los Divino Niños. De los elementos más caros son las esculturas de Jesús, Virgenes y Santos de 1,60 a 1,70 de altura con un valor millón y medio o más.
Gloria Helena, quien atiende en otro de los establecimientos lo que más vende son cirios, y para ella, no existe la temporada alta. José Gregorio, medico no canonizado pero a quien se ora por salud; la Virgen del Carmen, patrona de la Policía Nacional de los Colombianos; la Rosa Mística o la Virgen María; Santa Lucía; Guadalupana, la virgen morena de México y otros santos tienen su lugar en el local y cuentan su historia de boca de un niño, el hijo de la señora Gloria.
La buena suerte abunda por las calles y lugares del 20 de Julio, encarnada en la planta de palma, vendida en cantidades, pequeña y de color verde. Por su parte, el tradicional ramo de palma, amarillo y tejido en varias figuras solicitado para el Domingo de Ramos y prohibido por ser la palma de cera el hogar de una especie en vía de extinción: el loro orejiamarillo, sigue en auge bajo otras condiciones: la clandestinidad.
Vendedores de verdura y alimentos en puestos de la calle, emplean parte de su tiempo tejiendo las ramas de palma. Elaborar cada uno de ellos toma alrededor de 5 a 10 minutos y tienen un costo de $2.000 pesos
“La policía se los lleva y los bota, los quema”, expresa una de las vendedoras de ramos de palma cuando los ven con este producto.
A pesar de todo esto un de los más grandes negocios esta constituido por la iglesia. Las parroquias suelen brindar misas a nombre de persona fallecidas previamente solicitadas por los familiares y obviamente pagas.
Al inicio de la misa habitualmente se oye un sin número de nombres a los que se ofrece la misa. Por lo general los familiares pagan un valor aproximado de 20.000 pesos hasta 70.000 pesos o más dependiendo de la iglesia.
La Parroquia de Divino Niño Jesús cobra por misa con fecha $36.500 y misa sin fecha $21.000, según ellos siendo este un ofrecimiento independiente, es decir, una misa ofrecida a una sola persona.
De ser esto así con un mínimo de tres misas por día, ¿cuanto estarían ganando sin contar las ofrendas y celebraciones en torno a la fe? Juzgue por su condición y haga los cálculos.