“El pensamiento agrario de las Farc ha evolucionado”

Rafael Mejía representa a 15 millones de trabajadores del campo en Colombia. El presidente del gremio agricultor más importante del país no se extraña de los hechos violentos del ejército y las Farc en medio de la negociación, se muestra “optimista moderado” frente a los diálogos, dicen que en Colombia hay tierra suficiente como para no tener que quitarle terreno a ganaderos y señala que no está de acuerdo con una reforma agraria. Entrevista.

El gobierno y las Farc se encuentran en medio de una discusión que puede marcar el destino de los diálogos de paz. Más allá de los eventos ajenos a la mesa, están sumergidos en el eje del conflicto armado en Colombia y en el motivo por el que, en un principio, los insurgentes decidieron tomar las armas: el problema agrario.

El país ya conoce la propuesta de mejoramiento de condiciones de los campesinos en Colombia, y espera que en los próximos meses puedan lograr un acuerdo en esta materia y avanzar hacia otro punto de la agenda pactada a mediados del año pasado.

Rafael Mejía, un hombre vinculado desde siempre al campo colombiano, hablar de la situación de los diálogos. Sigue defendiendo la propiedad privada, el modelo de libre mercado y la tierra bien habida; señala, sin embargo, que la posición del gremio al que representan es “básicamente” la misma que la de las Farc y reconoce que el “pensamiento agrario” de la guerrilla ha evolucionado.


Confidencial Colombia: Luego de casi tres meses de negociación, de acuerdos y desacuerdos, ¿cómo ven desde la SAC el proceso de paz en La Habana?


Rafael Mejía: Lo vemos normal. Lo que está pasando fue lo que se acordó en la agenda para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.

En el documento que firmaron las partes hubo una serie de reglas que se acordaron entre los delegados; allí hablaron de no cese al fuego, de realizar un foro agrario, de mecanismos de refrendación. Todos estos son puntos que no son nuevos, sino que ya estaban fijados por ambas partes.

Cuando uno ve las acciones de las Farc o de las fuerzas armadas, constatamos que están haciendo lo que habían acordado. Los avances, a mi modo de ver, van por el lado de los cambios de mentalidad de unos y otros sobre temas que no se habían hablado buscando llegar a conclusiones.

Gobierno y Farc informan con discreción pero no dejan desinformados. El país debe entender que los avances son lentos, que hay que proteger a toda costa los acuerdos y que la discusión no se debe politizar.


CC: Es optimista, entonces, frente a lo que ha pasado en la negociación…


RM: Soy optimista con gran moderación, porque aquí juega el tiempo para que se logre llegar a un buen acuerdo.


CC: Hace menos de una semana, las Farc entregaron los 10 puntos de su propuesta agraria, ¿en qué están sintonizados con el país y con la SAC?


RM: Desde la SAC hemos dicho que una agricultura próspera es el camino hacia la paz. Durante el foro agrario, cuando hablamos del tema de tierras, señalamos que es el gobierno el que debe generar condiciones para el desarrollo competitivo del agro a través explotaciones de tamaño óptimo combatiendo el latifundio improductivo, pero también revirtiendo la micro y microfundización y propiciando economías de escala en el aprovechamiento de la tierra.

Cuando las Farc dice que está en contra del latifundio improductivo, nosotros decimos “sí”, pero también combatiendo la microfundización para aprovechar mejor la tierra. Para la SAC uno de los grandes problemas del campo es la pobreza, y la brecha entre lo urbano y lo rural: en las urbes la pobreza es del 34 por ciento y en el campo es del 57 por ciento.

En el campo viven 15 millones de personas, que generan más del 22 por ciento del empleo total del país, pero las condiciones de servicios, por ejemplo, de lo rural frente a lo urbano son aterradoramente diferentes.

Las Farc hablan de minimizar la extranjerización de la tierra, eso implicaría que sectores como el minero-energético no fueran productivos y los colombianos no tuviéramos petróleo. Sin inversión extranjera no habrá bancos de otros países, compañías de infraestructura de primer nivel, no habría grandes superficies.

La posición de las Farc habla básicamente de lo que ha venido diciendo la SAC. Nosotros pretendemos mostrar que ha evolucionado el pensamiento tanto del gobierno como de la guerrilla, la Colombia de hoy no es la de hace 60 años. Necesitamos que el sector rural colombiano salga adelante para que las personas que viven en el campo también salgan adelante.


CC: Las Farc son insistentes en combatir el latifundio improductivo, y en una entrevista concedida a Confidencial Colombia afirmaron que hay que quitarle 20 millones de hectáreas de tierra a los ganaderos. ¿Está de acuerdo con eso?


RM: La tierra en el país la tienen los afros, los indígenas, las guerrillas, los paramilitares, el gobierno y finalmente el sector privado. Aquí el problema no es decir que hay que hacer una reforma agraria con la tierra de los ganaderos o con la de los agricultores. En Colombia hay exceso de tierra.

Hay que respetar la propiedad privada pero también hay que generar mecanismos para propiciar que el latifundio improductivo cambie de dueños.


CC: ¿Qué tanta tierra ganadera es latifundio improductivo?


RM: Hay algunas tierras ganaderas productivas y otras que no lo son. Lo mismo pasa en los bosques, en minería, en agricultura. Uno tiene que hablar es de cómo se va a establecer qué es productivo y qué no lo es.


CC: ¿Cómo decirle a los dueños de la tierra improductiva que ese territorio va a cambiar de dueño?


RM: Hay muchas maneras. El gobierno puede hacerlo a través de un catastro actualizado y moderno que permita en las regiones fijar esos avalúos y fijar que lo que se paga y lo que renta la tierra estén de acuerdo.

Por eso es tan importante el concepto del desarrollo rural con enfoque territorial, porque uno no puede “pedacear” el país sino que tiene que generar una política nacional. Pero esa política debe estar integrada adecuadamente con los elementos globales y locales, porque si ignoramos el entorno del desarrollo rural no vamos a lograr que los campesinos salgan adelante.


CC: ¿Se puede hacer un proceso de paz sin los ganaderos, sin Fedegan?


RM: Los proceso de paz no pueden ser a costa de los agricultores o los ganaderos. Estos diálogos involucran a todo el país, que debe estar dispuesto a pagar.


CC: ¿Usted cree que, desde el Congreso o desde la mesa, deben sentarse las bases de una reforma agraria?


RM: NO. Nos hemos opuesto a una reforma agraria como la gente se la imagina, que es quitar tierra bien habida y productiva y repartirla a los que no la tienen. Hay suficiente tierra en Colombia como para trabajarla y ponerla a producir.

Esto necesita el acompaña miento del gobierno, no solo en la entrega de predios sino en condiciones de vida, de infraestructura, salud, de educación y de bienestar.


CC: Usted hizo parte activa del Foro Agrario y pudo escuchar a las comunidades. ¿Están sus propuestas muy lejos de las de los empresarios del país?


RM: Parte del proceso de paz ha permitido que otros sectores, que no son rurales, agrícolas ni pecuarios, hayan entendido que hay un país afuera de las ciudades, y que ellos tarde que temprano se van a ver involucrados.

El costo de la paz la tienen que pagar todos los sectores del país, no solo el agro y los ganaderos, y por eso los empresarios tienen que vincularse e involucrarse en esta coyuntura.


CC: ¿Qué diferencias encontró entre sus posturas y las de los campesinos?


RM: Yo fui al Foro Agrario a hablar y a escuchar. Allí sentamos nuestras 76 propuestas en los temas que había y a medida que avanzan los planteamientos se ve si están cerca o lejos. Aquí pasa lo del vaso de agua, unos lo ven medio lleno y otros medio vacío, depende del enfoque y la percepción.

Lo importante es que hay una voluntad de sentarse a dialogar pero que hay unas reglas sobre lo que no se va a hablar: el modelo económico, la propiedad privada bien habida, el modelo de mercado.


CC: Sin embargo las Farc hablan constantemente de cambios del modelo económico…


RM: Una cosa es lo que dicen en los comunicados y lo que hablan para el público, y otra cosa es lo que aparentemente hablan dentro del proceso de paz.


CC: ¿Lo han llamado para que vaya a La Habana a asesorar la discusión?


RM: La SAC siempre ha estado dispuesta a exponer sus ideas, ya sea al gobierno o a los integrantes de la pesa.


CC: ¿El país está representado, en el tema de tierras, con la gente que está en Cuba?


RM: La representación está por una decisión del Presidente y por las características que tienen para lograr una buena negociación. Frente al tema específico de estos puntos agrícolas hay asesores, así como los va a habar para el resto de temas de la agenda pactada por las partes.

Evidentemente ni el doctor De la Calle ni los demás negociadores no son los más expertos ni en el tema agrario ni en ninguno de los temas de la agenda. Para eso llegan los asesores en cada tema.


CC: ¿La presencia de Luis Carlos Villegas en la mesa significa que los gremios están representados y que le apuestan a la paz?


RM: No. El presidente Santos nombró a Luis Carlos Villegas por sus características como persona, pero se daba la situación que en ese momento era presidente del Consejo Gremial, y hoy en día no lo es.

Ese consejo tiene 21 integrantes de varios sectores de la economía y representan diferentes intereses. Él no está nombrado como representante de los gremios, sino que fue elegido por sus cualidades personales.

Ahora, es una decisión acertada que esté ahí. La mesa está compuesta por personas que vienen de las fuerzas armadas, conocedores de temas sociales y eso enriquece la mesa. Todos han tenido diferentes experiencias.


CC: Colombia ya ha pasado por estos intentos de paz, ¿cree que esta vez sí se va a poder?


RM: Si hay un país que quiere la paz pero hay una minoría solamente pensando en ganar tiempo, no se va a llegar a un buen acuerdo. Si ambas partes quieren la paz, creo que vamos a tener un final feliz.


CC: ¿Siente que las regiones le apuestan a la paz?


RM: Evidentemente, pero siempre hay sectores que quieren atacar el proceso porque sienten que no los toca.


CC: ¿Siente que hay voluntad de paz por parte de las Farc?


RM: Debemos creer en la voluntad de paz de las Farc hasta que demuestren lo contrario.