La fiscalía de Düsseldorf ha informado este viernes de que Andreas Lubitz tenía un certificado médico de baja por enfermedad que había roto y ocultado a Lufthansa, así como otros documentos que demuestran que estaba en tratamiento psiquiátrico.
La aerolínea alemana Germanwings viene a confirmar esta hipótesis ya que ha asegurado que no recibió ningún parte de baja que impidiese trabajar al piloto.
Fuentes de la Fiscalía han negado, en cambio, que en los registros realizados en el domicilio del copiloto alemán se hubiera encontrado una carta de despedida “ni indicios que apunten a un trasfondo político o religioso”. En cambio, sí se han contrado informes que muestran “bajas médicas rotas vigentes para el día de los hechos” y que “ocultó a su empleador y su entorno profesional”.
Esta revelación surge horas después de que la policía alemana registrara la casa en la que vivía con sus padres en Montabaur, al oeste de Alemania, y una vivienda en Düsseldorf. Tras finalizar el registro, los investigadores salieron con varias cajas y bolsas confirmando que habían encontrado “una pista siginificativa” que podría explicar el motivo de la tragedia.
“Hemos encontrado algo que vamos a analizar. No podemos decir lo que es pero es algo importante para explicar lo sucedido”, dijo un portavoz de las autoridades policiales alemanas, que descartó que se tratara de una nota de suicidio.
El piloto intentó abrir la cabina con un hacha
El piloto del Airbus A320 de Germanwings que se estrelló este martes en los Alpes franceses, Patrick Sonderheimer, que abandonó la cabina por razones fisiológicas, intentó abrir la puerta blindada de la cabina con un hacha según publica este viernes el diario alemán Bild.
Citando fuentes de la investigación del suceso, cuando Sonderheimer se dio cuenta de que Andreas Lubitz bloqueó la puerta desde el interior y manipuló el piloto automático de forma manual haciendo descender el aparato de 38.000 a 100 pies a las 9:30:55 horas, utilizó el hacha que forma parte del material de seguridad de cualquier aeronave. De esta forma, intentó en repetidas ocasiones forzar la puerta y evitar la muerte de 150 personas, entre ellas 50 españoles.}
Una portavoz de Germanwings, Katharina Muschalla, confirmó que “el equipo de seguridad de un A320 también incluye un hacha”. Hasta que tuvieron lugar los atentados del 11S era posible forzar la puerta de la cabina con ella, sin embargo, posteriormente se reforzaron por seguridad. En los modelos más antiguos de esta aeronave el hacha -que sirve para cortar cables y abrir paneles eléctricos- se encuentra en uno de los compartimentos traseros del avión y no en la cabina como sí ocurre en los posteriores.
Tal y como confirmó este jueves el fiscal de Marsella, Brice Robin, que lleva desde el martes la investigación del accidente, Andreas Lubitz estaba solo en la cabina, se “abstuvo voluntariamente de abrirla” y accionó de forma intencionada el botón que ordenó la pérdida de altitud de la aeronave.
Debía someterse a “revisiones periódicas”
Bild también informa de que el copiloto del avión de Germanwings que se estrelló el martes en los Alpes franceses recibió tratamiento psiquiátrico por un “grave episodio depresivo” hace seis años. Citando documentos internos y fuentes de Lufthansa, el citado diario ha informado de que Lubitz pasó un año y medio recibiendo tratamiento y ha señalado que Alemania entregará unos importantes documentos a los investigadores franceses en cuanto sean analizados por sus propios agentes.
Además, añade que el acta sobre el copiloto del departamento de tráfico aérel alemán aparece sus problemas psiquíatricos bajo el código “SIC”, que se refiere a la necesidad de que el afectado se someta a “revisiones médicas periódicas”.