“Iván Márquez”, número dos y jefe negociador de las Farc en los diálogos con el Gobierno colombiano, dijo hoy que si fracasa este proceso de paz la guerrilla aspira a acordar al menos “normas mínimas de regularización de la guerra”.
Así lo manifestó Luciano Arango Marín, nombre real de “Iván Márquez”, en una entrevista divulgada en la edición digital del semanario comunista Voz.
El jefe guerrillero, afincado en La Habana para comenzar a negociar a partir del próximo lunes, expuso ese “plan B” en el caso de que al Gobierno colombiano le sea “imposible cesar en su visión militarista” y no puedan acordar el fin del conflicto armado.
En esa situación, el Ejecutivo del presidente, Juan Manuel Santos, “debiera al menos convenir con las Farc unas normas mínimas de regularización de la guerra por razones de humanidad”, dijo.
Mientras Santos fijó un plazo estimado hasta mediados del año próximo para llegar a acuerdos en el primer punto de la agenda, que es el problema de la tierra, “Márquez” señaló en la entrevista que “bien pueden ser menos o más de siete meses”.
“Eso dependerá de la dinámica que la participación popular, que es lo principal, le imprima al proceso”, dijo, antes de desear que “ojalá resulte algo ágil”.
Sin embargo, consideró que si no es así “nadie debe sentirse rehén de un asunto tan trascendental como es el de la paz de Colombia. Es mucho mejor empeñarse, sin condiciones, en un esfuerzo de paz, que hacerlo en función de la guerra, como parece ser el camino que ha decidido tomar el Gobierno”.
En este sentido, el líder guerrillero dijo que “lo ideal sería que ninguna de las partes se levante ni coloque amenazas sobre el funcionamiento de la mesa”, al expresar su deseo en que “esta vez el Gobierno no busque excusas para levantarse de la mesa”.
En cuanto a la postura del conjunto de integrantes de las Farc, que el Ejército estima en 8.147, “Márquez” reiteró que reina un “profundo optimismo” y tildó de “especulaciones” de la “estrategia contrainsurgente” las versiones que apuntan a una supuesta división en el grupo.
Por último, el número dos de la guerrilla activa más antigua de América Latina llamó a que en el proceso prime “el inmenso anhelo que existe en el pueblo colombiano por llegar a la paz estable y duradera”.
La paz con democracia y justicia social “es el genuino sentido del fin del conflicto, y no la capitulación como pretenden algunos”, concluyó el líder guerrillero.
El inicio oficial de las negociaciones, que estaba previsto se celebrara mañana en La Habana, fue aplazado por las partes hasta el próximo lunes con el fin de aclarar en las reuniones técnicas de la presente semana cuáles van a ser los mecanismos que canalicen en la mesa de paz la voz de la sociedad civil.
Los Gobiernos de Cuba y Noruega ejercen como garantes del diálogo de paz colombiano, mientras que los de Chile y Venezuela tienen el papel de “acompañantes”.
El pasado 18 de octubre quedó oficialmente instalada en Oslo (Noruega) la mesa de diálogo entre el Gobierno y las FARC, después de que acordaran en agosto pasado una hoja de ruta con los temas que se discutirán y las reglas del juego.