Adolfo Suarez, primer presidente de la democracia española, artífice de cambios trascendentales en la historia del país, murió a sus 81 años tras una larga batalla contra el Alzheimer.
Aunque nadie puede morir de Alzheimer, la enfermedad contrae –frecuentemente- complicaciones de tipo respiratorias que, en el caso de Adolfo Suarez, provocaron su fallecimiento.
El expresidente español es recordado por ser el hombre clave en la transición de un Estado dictatorial hacia la democracia en España. Su legado, hoy celebrado por millones en el mundo, contempla labores a favor de la democracia y la reconciliación nacional, así como también de unificación y legalización de partidos a finales de los años 70s.
Nacido el 25 de septiembre de 1932, hijo de una madre devota y un padre secretario del juzgado, Suarez creció en Ávila, España, junto cuatro hermanos. Desde pequeño fue catalogado como un líder innato e intrépido.
Estudió derecho en Salamanca, luego se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid y desde 1958 empezó a generar estructuras políticas de tinte opositor. Se casó Amparo Illana Elórtegui, quien luego moriría de cáncer, tuvo cinco hijos y cuatro nietos.
Pasó por varios cargos ministeriales, hizo eco en el periodo preconstitucional y el 15 de junio de 1977, por primera vez en España desde 1936, Suarez remontó el escrutinio y se convirtió en el primer presidente de la democracia española impulsado por el partido Unión de Centro Democrático.
En 1979 ganó por segunda vez las elecciones generales y tras un periodo electoral difícil en términos económicos y políticos, un año después, presentó dimisión como presidente del Gobierno y renunció a su escaño en el partido Unión de Centro Democrático.
“Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España”, dijo el exmandatario tras su renuncia. Varios autores resaltaron la teoría de que él renunció por presiones militares, aspecto que cogió peso durante el intento de golpe de estado durante la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo. Otra hipótesis señala que la ausencia de apoyo de la Corona provocó su demisión.
Poco después de que se oficializara la renuncia, varios sectores interrogaban el rol de Suarez dentro del espectro político de España. En efecto, el exjefe de Estado renovó a su partido bajo el nombre de Centro Democrático Social y se presentó a las elecciones de 1982 en las que resultó electo diputado por Madrid. De esta manera logró reavivar su escaño político sin embargo, en 1991 renunció a la presidencia del movimiento por malos resultados en el periodo electoral.
La vida después del Alzheimer
El difunto mandatario fue conocido por ser distante a las apariciones públicas y a los medios de comunicación. Luego del episodio con el partido, años después, en el 2003, reapareció para impulsar la carrera política de su hijo, Adolfo Suárez Illana. Por su estado de salud, fueron pocas las veces en las que se le pudo ver de frente al público.
Suarez murió este domingo a sus 81 años, después de una larga y fallida batalla contra el Alzheimer. El portavoz de la familia, Fermín Urbiola, confirmó el deceso en la Clínica Cemtro de Madrid.
Pese a que nadie puede morir de esta enfermedad neurodegenerativa, existen varias complicaciones adyacentes que eventualmente culminan con la muerte del enfermo. Por ejemplo, según referencias médicas, molestias respiratorias son las más frecuentes.
En efecto, una vez se es diagnosticado, el mal de Alzheimer suele vivir entre tres y 20 años. Es incurable pero tratable, y en la mayoría de casos contrae complicaciones relacionadas a la pérdida de movilidad, caídas, fracturas, deshidratación, desnutrición y dificultades respiratorias.
En el caso del exmandatario, según consigna la ABC, el tema respiratorio fue el que lo fatigó por muchos años y que este domingo concluyó con su muerte.
Fue hospitalizado el 17 de marzo y cuatro días después, su hijo afirmó, Adolfo anunció que “el desenlace es inminente”. Hoy, decenas de líderes políticos de todo el mundo rinden homenaje al primer presidente de la democracia española.