El príncipe Guillermo y Kate Middleton presentan su hija a los medios

“Very happy”. Esa sería la gran frase, la sencilla afirmación que resumiría un día histórico para la monarquía británica: el día en el que Kate Middleton dio a luz a una princesa, su primera hija que, como publicaban varios medios británicos, recibirá el tratamiento de princesa y no de ‘lady’ gracias a una reforma que se produjo el pasado mes de marzo.

La frase con la que comienza este artículo la pronunciaba un Guillermo de Inglaterra que salía del hospital St. Mary, donde había nacido su hija unas horas antes, para recoger a su hijo George y llevarlo a ver a su hermanita, que sería presentada oficialmente a los medios pocos después.

Poco después de la visita, a las siete y diez de la tarde, salían del centro tanto la madre como la pequeña, que era presentada a los periodistas en la puerta principal del ala Wingo, lugar donde también fue presentado el propio príncipe Guillermo y su primogénito, el príncipe George. Kate lucía un vestido de estampados florales de color amarillo y saludaba relajada a todos aquellos que, entre vítores, intentaban captar su atención. Fueron apenas unos minutos imperceptibles en los que la prensa captó la feliz imagen de los padres y de una madre que había dado a luz apenas nueve horas antes.

Esta vino al mundo alrededor de las 9:34 horas, según informaba Kensington Palace, que también aseguraba que tanto la duquesa de Cambridge como la recién nacida se encontraban “bien” y que la reina, el duque de Edimburgo, la duquesa de Cornualles y la familia Windsor habían sido informados, de forma puntual, de todo cuanto acontecía en el hospital y alrededor del bebé, que pesó 3 kilos 713 gramos al nacer.

Guillermo fue en su propio coche a recoger a su primogénito, que el 22 de julio cumplirá dos años, al cercano palacio de Kensington, su residencia oficial, y después lo trajo en el mismo vehículo al centro hospitalario, donde se agolpaban las cámaras para ver a la joven familia.

Al salir del coche, Guillermo, vestido con pantalón oscuro y jersey de pico azul eléctrico sobre camisa blanca, tomó en brazos a Jorge, que también llevaba jersey azul, y le dijo que saludara a los presentes, lo que éste hizo con la mano y con cara de sorpresa.

Una niña muy deseada


Tanto la población inglesa como la familia real deseaban que el segundo hijo de Guillermo y Kate fuera una niña, tal y como se ha desvelado en las últimas semanas. Por un lado, las casas de apuestas pagaban a un precio más bajo a quien acertara que se trataba de una chica; por otro, hace unos días, el príncipe Carlos confesó su inclinación porque su segundo nieto fuera de sexo femenino.

Las sospechas sobre que este bebé sería una niña aumentaron cuando, tal y como publicó la prensa inglesa, Kate Middleton encargó botes de pintura rosa para una habitación de la vivienda de los duques.

Las anécdotas sobre el alumbramiento, comentadas en Twitter, fueron infinitas. Los usuarios no han dejado de hacer hincapié en el bando que ha anunciado, frente al palacio, que había nacido la princesa, un protocolo que se mantiene después de siglos de tradición en el Reino Unido y en detalles como la expresión del pequeño George, que recibía con cara de sorpresa a los miles de periodistas que se congregaban a las puertas del hospital.

Ahora sólo queda saber si se cumplirá el deseo de la mayoría de los británicos, que querían que la niña se llamase Diana, como la difunta Lady Di, la ‘princesa del pueblo’ a la que su hijo Guillermo podría homenajear de forma permanente poniendo su nombre a esta niña que viene a renovar la sangre y los modos de una de las monarquías más tradicionales y longevas del mundo.