En el Día Universal del Niño hace eco la crítica situación de los menores desplazados, la cual parece escaparse de los planes de la mesa de negociación en La Habana.
Según la UNICEF, aproximadamente 3 millones de personas, de las cuales un 75% son mujeres y niños, se han visto desplazadas internamente por la violencia durante los últimos 15 años en Colombia. El desplazamiento forzado ha causado una crisis humanitaria que afecta notablemente a los menores, ya que un tercio de todos los niños y niñas están anémicos. El panorama de los niños parece oscurecerse cada vez más, pues se ha reportado que las deficiencias de crecimiento afectan al 14% de los niños menores de cinco años y el 7% de los recién nacidos tienen un peso por debajo del normal.
Los niños víctimas del conflicto se tienen que enfrentar a situaciones tan delicadas como el desplazamiento y vinculación forzada a grupos armados. UNICEF estima que hay entre 6.000 y 7.000 niños soldados en las milicias urbanas y en otras fuerzas armadas.
Liliana Galindo, comunicadora de la Fundación las Golondrinas, le dijo a Confidencial Colombia que los niños víctimas de la violencia sufren de un doble desplazamiento, primero por el conflicto y luego por la violencia urbana. Este tipo de casos es muy común en lugares como el barrio Villa Lilia en Medellín, donde los problemas de seguridad abundan, aseguró Galindo.
La Fundación las Golondrinas atiende a 10,135 niños, de los cuales la mayoría son desplazados y vienen de áreas como el Urabá y Chocó.
Reinel Aria Londoño, coordinador de desarrollo social y comunitario de la Fundación las Golondrinas, dijo que en el la mesa de negociación de La Habana se le debería dar mas profundidad al tema de los niños vinculados a los grupos armados y a los desplazados, ya que la guerra tiene un impacto en el desarrollo de la personalidad de los menores.
“Es importante que en el Proceso de Paz se den lugar a los niños,” dijo Arias. “El Proceso de Paz no solo se trata del cese de hostilidades, al entrega de armas y curules; por la víctimas reales no se hace mucho”.
“Se ha hablado de la reparación de victimas pero no se ha tocado el tema de niños. Se debe tocar el tema social de la vivencia del niño o niña y pensar en la estabilización emocional a partir de la experiencia traumática”, afirmó Arias.
Arias también enfatizo los problemas que el doble desplazamiento generan.
“Los niños terminan siendo victimas de practicas inadecuadas que no les permiten adaptarse. Ellos terminan siendo violentos y presentando inestabilidad emocional por haber visto morir a su padre o a un hermano; van de un lugar a otro porque no se hace un programa que los reestabilice”.
Según Arias, sería de gran ayuda que el Gobierno impulsara proyectos de cooperación e impacto social para atender a los niños.
“Nosotros tenemos un anclaje con la comunidad pero necesitamos recursos para poder ejecutar otros proyectos”, aseguró Arias.
Aunque para Arias es importante el desarrollo de programas de asistencia, para Franklin García, jefe de recursos humanos de la Fundación Colombia Nuevos Horizontes, lo principal es que el Gobierno cumpla algo de lo pactado en la mesa.
“Yo espero que lo que firmen sea verdad y que cumplan”, afirmó García. “Van en dos puntos y ninguno de los dos los están cumpliendo”.
La Fundación Colombia Nuevos Horizontes le da acogimiento y comida a niños y familias desplazadas. En este momento atienden a 11 niños, muchos provenientes de Tumaco. Sin embargo, es muy común recibir a familias del Caquetá y Putumayo.
García manifestó que en el Proceso de Paz deberían tener en cuenta los sueños, las visiones y los traumas de los niños; y añadió que los niños victimas de la violencia no están bien representados en La Habana.
“Seria bueno que participara una familia victima del conflicto armado, las personas que están negociando usan bases de datos pero no han vivido lo que realmente pasa en el país”, agregó García.
García dijo que espera que con un acuerdo de paz se deje de invertir tanto dinero en armas y se preste mas atención a la salud y a la educación.