Estocolmo albergará la primera torre recubierta de filamentos o fibras piezoeléctricas que convierten el movimiento del viento en electricidad, con lo que autoabastecerá al que será uno de los edificios más altos con energía renovable de la capital sueca
Cuando uno escucha o lee la palabra “rascacielos”, inmediatamente le viene a la mente una gran mole de cristales, acero y cemento, que destaca por su altura sobre los edificios situados a sus alrededores.
Pero el aspecto de la torre que el estudio de arquitectura Belatchew proyecta construir en Estocolmo, será muy diferente al de los edificios de cientos de metros de altura que han hecho famosas a ciudades como Nueva York y Chicago (EE. UU.), Hong Kong (China), Tokio (Japón) o Toronto (Canadá).
Si el término “skyscraper” que en inglés significa “rascador de cielos”, describe bastante bien la esencia de estas gigantescas estructuras ocupadas por viviendas y oficinas, el nombre que los arquitectos suecos han dado a su futura torre (“Strawscraper”, que significa “rascador de paja”) brinda una idea aproximada sobre como lucirá este innovador proyecto, una vez concluido.
El proyecto “Strawscraper” consiste básicamente en incorporar al Söder Torn, uno de los edificios residenciales más altos de Estocolmo, situado en isla de Södermalm, una extensión estructural y una nueva cubierta compuesta por una gran cantidad de “pelos” o filamentos piezoeléctricos para generar elecetricidad cuando los agita el viento.
EDIFICIO ECOLÓGICO Y AUTOSUFICIENTE.
El denominado “recubrimiento eólico”, convertirá al Söder Torn en un edificio con “energía cero” o “energía neutral”, es decir que se abastecerá a sí mismo de toda la electricidad que necesita la estructura para funcionar y de la que consumen sus ocupantes.
Este concepto de ahorro energético habitualmente se plantea desde el comienzo, al proyectar y construir una nueva torre pero, en este caso, se convertirá en una mejora tecnológica añadida ‘a posteriori’ a un edificio convencional ya construido.
Según la información técnica proporcionada por David Humble, de la compañía sueca Belatchew Arkitekter AB (www.belatchew.com), la tecnología “Strawscraper” tiene un funcionamiento silencioso, no afecta negativamente a la fauna del entorno, y puede aplicarse a la mayoría de edificios elevados, tanto de nueva construcción como ya construidas.
“Strawscraper” tampoco tendrá restricciones en cuanto a velocidades mínimas de viento para poder funcionar, ya que sus fibras piezoeléctricas sólo requieren una corriente de aire ligera para generar la electricidad suficiente como para alimentar el bloque residencial que recubren.
Las “pajas de captación de energía”, como denominan los expertos de Belatchew a los filamentos piezoeléctricos que se situarán en las fachadas, están inspiradas en la dinámica de los campos de heno, pastos y cereales y se fabrican con un material compuesto, capaz de convertir el movimiento en energía eléctrica: un núcleo de cerámica piezoeléctrica recubierto de polímeros flexibles.
Según Belatchew, los vientos en las ciudades a menudo varían en intensidad y dirección, lo que imposibilita la instalación de turbinas tradicionales de energía eólica, las cuales requieren para funcionar un viento fuerte y constante, y además producen ruido y vibraciones, que molestan a la gente y los animales. Además, sus rotores pueden verse afectados por el hielo que se forma en las zonas urbanas.
Pero –según los expertos de la compañía- las investigaciones recientes muestran que se puede captar y aprovechar la energía producida por el viento turbulento utilizando materiales con propiedades piezoeléctricas, los cuales tienen la capacidad de generar una carga eléctrica en respuesta a la tensión mecánica, por ejemplo, al ser estirados o exprimidos.
“La piezoelectricidad se crea cuando la deformación de ciertos cristales se transforma en electricidad”, explican desde la compañía sueca, quienes añaden que esta técnica ya está siendo utilizada en todo tipo de dispositivos, desde timbres, hasta computadoras y teléfonos celulares.
PLANTA EÓLICA EN MEDIO DE LA URBE.
La torre residencial Söder Torn, que se convertirá en una auténtica central de energía eólica (del viento) situada en medio de la ciudad más grande Suecia, fue finalizada en 1997 y cuenta con 26 pisos, aunque originalmente había sido diseñada con cuarenta pisos de altura.
Cuando la “cabellera piezoeléctrica” del proyecto “Strawscraper”, sea observada desde la lejanía dará la sensación de que el edificio está recubierto de pelos “verdeazulados”.
Además, la torre se iluminará por la noche con luces de colores cambiantes creando un efecto “interesante, que lo que suele considerarse como una de las cosas más estáticas que existen, un edificio, se llenará de vida y dará la impresión de que es un cuerpo ondulante que está respirando”, han indicado desde la compañía.
Por otra parte, la última planta situada en la parte superior del actual Söder Torn será reemplazada por una gran área pública, con un espacio para un restaurante.
La nueva extensión de este edificio, equivalente a 14 pisos adicionales y que está previsto que se termine de construir en 2030, no sólo contará connueva cubierta eólica, sino que además habrá una sala desde la cual las personas podrán acceder a una plataforma-mirador en lo más alto de la torre, desde la que disfrutarán de una vista panorámica inigualable de Estocolmo.
Con EFE Verde