David Barguil es el presidente más joven que ha tenido el conservatismo. Su elección oxigena la dirección del histórico partido de cara a una apretada agenda legislativa en el Congreso. En conversaciones con este medio él aseguró que por el momento la colectividad no hace parte de la Unidad Nacional.
La llegada del representante a la Cámara a la presidencia del Partido Conservador se veía venir. Meses atrás este medio pudo constatar que la bancada de representantes a la Cámara postuló su nombre por unanimidad y que prácticamente el partido estaba a favor de su nominación, aunque para el cargo también sonó el veterano senador Roberto Gerlein, quien por el momento se recupera de un bajón de salud.
Barguil, oriundo de Córdoba, es una de las jóvenes promesas y de hecho fue el único postulado para reemplazar a Omar Yépes. Dentro de su abanico como parlamentario resaltan proyectos de ley como el que eliminó las clausulas de permanencia para telefonía móvil, poner en cintura al Electricaribe, financiar la reactivación del sector agropecuario y el fortalecimiento de CORPOICA, así como también iniciativas relacionadas con el sistema financiero e Icetex.
Con esta decisión el presidente de 33 años hereda los retos y los dolores de cabeza de la colectividad. Quizás, el más notable, lograr mitigar la división que aún persiste en el partido frente a la encrucijada de pertenecer o no a la Unidad Nacional. En efecto, durante la contienda electoral en la que la Marta Lucía Ramírez figuraba como candidata del conservatismo, hubo una fractura en el interior de los conservadores pues varios militantes veían con mejores ojos votar por el presidente Juan Manuel Santos, seguir adheridos a la Unidad Nacional y darle la espalda a su candidata.
Se dice que este hecho provocó bajas significativas en el fortín electoral de Ramírez, aunque fue evidente que dicha polarización puso en vilo la solides de los conservadores para tomar decisiones como uno solo. Incluso, se registró audiencia pública en el Consejo Nacional Electoral luego de que el ala santista del partido impugnara dos veces la convención que escogió a Marta Lucía como aspirante presidencial.
Bajo este marco, Barguil tendrá que abanderar a los dos bandos y concretar si harán parte de la Unidad Nacional, de modo que haya un accionar sólido de las bancadas en el Congreso. Sin embargo, después de mes y medio de instalado la nuevo agenda legislativa, todo apunta a que los ‘azules’ serán miembros activos de la mesa política del Gobierno.
Sin embargo, el parlamentario explicó a Confidencial Colombia que en este momento no hacen parte del circulo de partidos que acompañan al Presidente, “pero tampoco no seremos el palo en la rueda”. Asimismo sentenció que para repotenciar el accionar político “hay que construir un nuevo conservatismo”, desde una visión joven. “Hay una característica que nos identifica a los jóvenes: decimos lo que pensamos y que hacemos lo que decimos. Ese será el sello de lo que será el Partido Conservador”, anotó.
En seguida hizo énfasis que uno de sus grandes retos es hacer que la gente deje de estar cansada por no sentirse representada. “Tendremos una agenda que defenderá los intereses de las familias colombianas a través de propuestas como seguridad urbana, la salvaguarda del bolsillo de los colombianos y una mejor educación”. Por último añadió que sólo tiene agradecimientos por el voto que le dieron sus copartidarios para liderar el partido y que lo hará con la mayor dedicación.