Según un estudio hecho por el investigador del Museo Nacional español de Ciencias Naturales para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y profesor de biogeografía integrativa del Imperial Collage de Londres, Miguel Araujo, el calentamiento global no solo afecta los casquetes polares, sino que lo hace en varias regiones con climas tropicales.
El cambio climático no solo afecta a los polos, sino que tendrá serias consecuencias en otras regiones como en los trópicos, ya que las variaciones de temperatura y humedad darán lugar a nuevos climas que hasta hora se desconocen.
Según el estudio que fue publicado en la última edición de la revista “Science”, todavía no se puede anticipar qué pasará con las especies animales y vegetales que habitan en estos ecosistemas tropicales. Teniendo en cuenta esto, será importante entender las implicaciones del cambio climático para así mejorar las estrategias de conservación de la biodiversidad.
Para este estudio participaron las universidades de Copenhague, Évora y Helsinki; donde tomaron quince modelos climáticos elaborados por IPCC -grupo de expertos creado por la ONU para investigar cambios climáticos-. También partieron de variables de esos modelos como: temperatura, viento, precipitación media anual, entre otras. Estos análisis han generado unas métricas y mediciones de cambio climático y las han relacionado con el impacto que esto puede tener en la biodiversidad.
“Por ejemplo, si el desierto del Sahara se desplazara 300 kilómetros al norte, la biodiversidad adaptada al desierto tendría que moverse una distancia equivalente. Si hay un deshielo en el casquete polar del 50 por ciento, eso generaría una reducción del hábitat de muchas especies del 50 por ciento”, explicó Araújo.
En algunas regiones el cambio climático podrá desencadenar una serie de climas distintos y más extremos que los se han presentado hasta ahora. “Los trópicos es donde más probabilidad hay de que aparezcan climas que actualmente no tienen ningún análogo, lo que no significa que no hayan existido en un pasado remoto”, asegura el investigador.
Esta investigación es una alarma para que se tomen medidas para mitigar de alguna manera estos cambios bruscos, puesto que la magnitud del cambio climático es tal que “aunque parásemos las emisiones de CO2 desde hoy mismo, algunas consecuencias ya no se pueden evitar”, reconoce el investigador. Por eso, concluye el estudio, aunque las medidas globales de mitigación siguen siendo esenciales, es primordial intentar reducir los impactos climáticos en la biodiversidad de manera local y “hacer cosas distintas en cada lugar”.