Una imagen publicada en Tumblr por la cantante escocesa Caitlin McNeill, ha desatado un debate cuya explicación científica se encuentra en cómo el ser humano aprecia los colores.
La red es un mar de dudas desde que la cantante escocesa Caitlin McNeill publicara en Tumblr una foto de un vestido. ¿Blanco? ¿Azul? Pronto los usuarios de las redes sociales empezaron a expresar su opinión al respecto: unos veían claramente una tela blanca con detalles en dorado, mientras que otros aseguraban que la prenda era azul con adornos negros. El origen del debate es de lo más casero y familiar. Al parecer, la madre de una amiga de McNeill, que pronto iba a casarse, envió una foto del vestido a su hija preguntándole que de qué color era. Lo que no se imaginó fue el alcance que esta sencilla pregunta iba a tener.
Según una encuesta publicada por Buzzfeed el 74% de los sondeados ven el vestido blanco y dorado. Sin embargo, los que lo tiñen de negro y azul tampoco están equivocados: todo depende de la predisposición genética de los ojos. Si tus ojos son más susceptibles a los colores claros, engrosarás el porcentaje escrutado por Buzzfeed. Pero si, por el contrario, tu visión es más sensible a los oscuros, te posicionarás en el bando minoritario.
El color es un atributo completamente subjetivo, pues es nuestro cerebro el que interpreta la longitud de onda que reflejan los objetos en forma de luz, y que nuestra mente traduce en una característica observable. No es que las plantas sean verdes, sino que reflejan una luz determinada que nuestro ojo así interpreta. Y como fenómeno subjetivo está abierto a las variaciones. Las mujeres, por ejemplo, reconocen más colores que los hombres, mientras que los daltónicos tienen problemas en este aspecto.
Al pasar la foto del vestido por Photoshop, el editor de imágenes deja claro que hay una línea muy fina en la distinción de los tonos: uno de los colores de la prenda cae en el borde del blanco/dorado, mientras que el otro queda en la frontera blanco/azul. Esta delgada separación entre ambos colores es la que confunde a nuestro cerebro, y hace que el cerebro de cada persona se decante hacia un lado o hacia otro.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el contexto marca la diferencia. Dos colores idénticos pueden interpretarse como distintos según las tonalidades del entorno, como muy bien señala la siguiente ilusión óptica:
Las casillas A y B parecen de distinto color cuando no lo son (quien no lo crea que lo compruebe con Paint), debido a que a nuestro cerebro le gusta inventarse y completar información cuando así lo cree necesario. En este caso, la distinta iluminación que causa la sombra del cilindro engaña a nuestro ojo. Algo parecido a lo que ocurre con el vestido.