La provincia de García Rovira en el sur de Santander tiene como común denominador el olvido, la falta de inclusión en los grandes programas de desarrollo y un atraso vial así como de desarrollo económico que hace a sus gentes pesimistas frente a los grandes retos de la nación.
Esta bonita región que vivió del cultivo del tabaco, de la cría de cabros y de otras actividades, hoy ve como paulatinamente las acciones ancestrales desaparecen y son reemplazadas con otras que no dejaron más que pérdidas y un sabor amargo en los labriegos.
Confidencial Colombia recorrió parte de esta enorme provincia, vecina del rio Chicamocha en donde se forma el gran cañón por la seguidilla de montañas, verdes unas y escarpadas otras. Este entorno natural, rústico y fértil se convierte en el más hermoso paisaje y en un destino turístico a tener en cuenta pues allí no solamente la ecología se engalana sino la calidad de sus gentes, su hospitalidad y generosidad.
Decidimos visitar la pequeña, pero bonita población de Carcasí porque es una de las menos nombradas de la provincia, pero igual, la que mejor ha hecho su tarea para cambiar su imagen, atraer turistas y seguir con la enorme productividad agropecuaria que no sale toda en su verdadera dimensión por la falta de vías. Es increíble, han pasado siglos desde su fundación y de pavimento nada.
Esta localidad santandereana al igual que las demás poblaciones que componen la provincia de García Rovira han visto el desdén estatal por años y comparten líos afines que van desde la dificultad para la producción agropecuaria hasta los problemas de violencia que hicieron y deshicieron, sin que nadie precisara los alcances de esas terribles dificultades, hoy la situación mejora, pero no es óptima y requiere de mayor presencia del estado, no solo con fuerza pública sino con obras de desarrollo, recursos para el campo y todo un programa de inclusión para una región rica, pero pobre porque los tesoros solo se disfrutan cuando se pueden sacar.
“Aquí casualmente vienen, solo cuando hay elecciones y se necesitan los votos, de resto a nadie con influencia se le ve por estas tierras, eso sí, prometen el oro y el moro”, adujo un labriego de la recia Carcasí.
En dialogo con Confidencial Colombia, el Alcalde de Carcasí, Exequiel Sanabria Basto dijo que los municipios de García Rovira tuvieron demasiados inconvenientes por la ola invernal que dejaron postradas las vías y con ellas la economía regional que experimentó un retraso en detrimento de los agricultores, ganaderos y productores pecuarios en general.
“La Provincia de García Rovira es un potencial agropecuario, se ha consolidado en medio del olvido, en una despensa agrícola y ganadera que nos obliga a mejorar y a optimizar los mecanismos productivos porque no queremos estar con la guardia abajo en medio de esta globalización de los mercados”, declaró el señor Sanabria Basto.
En la “Espiga de Oro” como se le conoce a Carcasí, se producen alimentos como la papa, los granos, la leche, las frutas, la caña de azúcar, el tabaco y las hortalizas que van a las centrales de abastos a las procesadoras de Bogotá, Bucaramanga y Cúcuta.
Manifestó que la ayuda estatal para estas regiones pequeñas y sin gran reconocimiento es muy escaso toda vez que no hay respaldo crediticio ni por parte del Banco Agrario ni fomento por el lado de Finagro. “Tan solo llegan programas y asesorías técnicas, pero platica no hay y la poquita que se logra es contada, necesitamos más presencia y acompañamiento del Ministerio de Agricultura en el diseño de proyectos para ser más eficientes a la hora de fortalecer sectores productivos”.
Para el alcalde de Carcasí, la unión les ha ayudado porque los doce alcaldes de García Rovira decidieron conformar una sola voz para pedir, exigir y llegarle al Gobierno que ya empezó con el arreglo de algunas vías. Cabe indicar que Málaga, la capital de la provincia queda a siete horas de Bucaramanga y su ruta no es más que una trocha peligrosa en donde la banca se pierde en varios sectores, haciendo más lejana la provincia del resto del departamento y de su influencia administrativa. Paradójicamente es más fácil y quizás más rápido llegar a Bogotá.
El alcalde de Carcasí confía y le apuesta a ver cristalizado el sueño, hoy convertido en promesa de contar con la vía Bogotá-Málaga-Cúcuta, obra que le daría más oportunidades económicas, sociales y culturales a toda la región.
Con el TLC Carcasí no se arruga
Con todo y lo pequeño, el municipio de Carcasí está trabajando fuertemente en el tema de marca región y paralelo a ello está promoviendo la calidad de los productos para seguir llevando a la mesa colombiana la mejor alimentación.
“Estamos en la tónica de producir, por encima de todo, calidad, pero en el mediano plazo necesitamos cantidad porque como muchos, también queremos llegar a los puertos de Estados Unidos, de Europa y Asia, y eso solo se logra mejorando la producción de alimentos. Nosotros les pedimos a los gobiernos nacional y departamental que vuelvan sus ojos a la provincia de García Rovira, a estos municipios tan olvidados para que nos apoyen en diversos proyectos”, afirmó Sanabria Basto.
Sobre los cambios en el Sistema General de Regalías, dijo que lo ven de la mejor manera porque ayuda a los municipios no productores de crudo o de minerales con oferta exportable. El único reparo que le hacen al nuevo sistema es que demora mucho los desembolsos, entre otras cosas por los trámites, que no son pocos.
“El año pasado a mi municipio le asignaron 156 millones de pesos para un proyecto de impacto local, pero la plata aún no llega y lo grave es que este se encarece día a día por transporte y costos de los materiales. Para 2013 y 2014 Carcasí recibirá 400 millones de pesos por regalías con lo cual habrá opción de mejorar en varios frentes”, comentó el Alcalde.
Progreso si, guerra no más
Para el Alcalde de Carcasí, zona golpeada por la violencia en todas sus épocas y que gracias a la voluntad de muchos hoy goza de tranquilidad, lo mejor es prenderle velas a la paz y desear que los diálogos de la Habana redunden en un hecho histórico que les lleve sosiego a tantas familias en Colombia.
“Desde aquí le damos todo el respaldo al Gobierno Nacional y a quienes están en la mesa para que logren acuerdos consecuentes pues en donde hay paz, llega el progreso y el crecimiento económico”, precisó.
En opinión de Exequiel Sanabria Basto, las zonas de reserva campesina serían viables, pero única y exclusivamente para llevarle tranquilidad a los labriegos colombianos que son quienes garantizan la seguridad alimentaria. Es por eso que las zonas en mención, en su criterio, deben ser productivas y con el ojo avizor del ejecutivo para avalar crecimiento en el PIB agropecuario y una mejor calidad de vida para los sufridos campesinos de la patria.
“La paz no se consigue solo con diálogos sino con inversión en el campo y una verdadera inclusión social que atienda a las personas más necesitadas entre las que se cuentan la población discapacitada que tan útiles pueden ser”, dijo.
Expresó que Carcasí es una tierra amable que ofrece una excelente gastronomía y una propuesta cultural, que bien vale la pena descubrir.
Carcasí fue fundada el 23 de marzo de 1772 por Juan Lorenzo Esteban Rojas. Su población es de 5.134 habitantes y cuenta con una temperatura de 17 grados centígrados por estar a 2.080 metros sobre el nivel del mar.
Al salir del casco urbano de Carcasí nos dirigimos a la tienda de doña Ana en donde son famosas las empanadas con relleno de arveja verde. Allí vimos caras amables y muy sonrientes, iguales a las que nos recibieron en el punto conocido como Suparí. Cómo olvidar a doña María Eugenia y el rostro precioso y feliz de sus tres pequeñas hijas que nos despidieron cuando retomamos la marcha al pueblo. Con ellas quedó su manso y fiel perro amarillo de mirada noble.
Las imágenes para la Semana Santa están listas en esta población católica de García Rovira, y en el domingo de ramos la misa fue larga y muy amena porque la comunidad se apresta a conmemorar la pasión y muerte de Jesús. A Carcasí la cuida su santo patrono, San Juan de Sahagún el mismo que ilumina la esperanza de los hijos de esta tierra que tan solo quieren con voluntad y trabajo, construir el Carcasí de los sueños.
Los datos de don Anastasio
El agricultor, Anastasio González manifestó su preocupación por la rápida desaparición de árboles en la comarca que están siendo atacados por una extraña enfermedad que los pudre. De igual manera dijo que la polilla guatemalteca sigue afectando enormes extensiones de cultivos de papa, los mismos líos experimenta el fríjol. “Si no viene el ICA con prontitud, seguramente nos viene ruina y caos ambiental”.
En las últimas semanas se ha encendido una alarma en la cría de ganado y tiene que ver con la mordedura de murciélagos chupa sangre a las reses, situación delicada si se tiene en cuenta que este quiróptero es un transmisor reconocido de males como la rabia.
Lamentó el marchitamiento de la actividad tabacalera la cual pasó del 100 por ciento a un escaso 20 por ciento. “Ahora la gente se pasó al melón, al plátano y la yuca. El arroz de Capitanejo, también pasó a la historia”.
En la región siguen con el cultivo de caña, papa, frutas como el lulo, el maracuyá, la mora, el curubo, granadilla, chirimoya, naranja, manzana, tomate de árbol y aguacate. Esto sucede por la particularidad de contar con zonas bajas y cálidas y altas y frías, las dos muy aptas para diversas siembras. El gran problema es que todo se hace sin ayuda estatal y mucha producción se pierde. “La gente del campo está desamparada, por aquí no hay ayuda de nada. Los préstamos los hacen los bancos pero a quienes tienen tierra con qué responder y obviamente fiador”.
Este campesino de 75 años, se quita su sombrero, seca el sudor de su frente con el revés de su fuerte brazo derecho, acomoda el machete en su cubierta y mirando fijamente, dice lacónicamente, “Para el pobre no hay nada”.
Considera que no es coherente que el gobierno saque pecho diciendo que hay ayuda y fomento cuando la realidad es que muchos productores no saben que es Finagro.
La ganadería y la cría de especies menores, así como de aves de corral ha sido el soporte de estos colombianos de la “tierra del olvido”. Están preparados cómo productores para competir con Estados Unidos o el que venga pues calidad en productos hay, la pregunta que surge es, ¿y por donde sacamos tanta comida para los puertos si es que a duras penas llegan a las cabeceras municipales?
En opinión del señor Anastasio, la región puede producir la mejor fruta y lo mejor en todo, el asunto es que el Gobierno está quedando corto en asistencia técnica y en un trabajo al unísono con los campesinos para optimizar aspectos tales como calidad y productividad.
“Nosotros sacamos alimentos a muy bajo precio, pero tristemente la intermediación se queda con toda la rentabilidad. Una fruta que sale a bajo costo de la vereda, multiplica su valor hasta llegar a las centrales de abastos y en eso también sería útil la intervención del Gobierno porque bajaría la presión en el precio de los alimentos y nos daría mejor rentabilidad”, dijo González.
Luego de caminar, trepar montaña y disfrutar del canto del turpial que hace menos dura la jornada llegamos a donde la señora, Mercedes Suárez quien nos esperaba con chocolate, arepa liuda y unos buenos trozos de cuajada hecha amorosamente por sus manos. Ella está preocupada porque perdió la comunicación con su familia. “Ya la línea de Claro no nos sirve y es por eso que queremos probar con Movistar o Tigo”.
Tras desenjalmar una bestia, de recoger y guardar los ovejos, doña Mercedes nos cuenta parte de su vida, de sus negocios y de la dura vida en el campo. Ella es casada con Anastasio, han sido felices en su tierra, pero no fueron ajenos a la tragedia de los odios liberales y conservadores, le hicieron el quite a la violencia y luego tuvieron que soportar los ultrajes de Ejército, guerrilla y grupos paramilitares. “Nuestro único pecado es ser campesinos, trabajar de sol a sol y cumplir religiosamente con las obligaciones. Uno que se va a poner a lidiar con unos y con otros a sabiendas que el que lleva la de perder es siempre el inocente labriego”.
Afortunadamente las presiones de los grupos armados bajaron y la tranquilidad retornó al campo de García Rovira, claro está que muchas familias quedaron marcadas por el luto, la humillación y las amenazas.
Nos despedimos de estos nuevos mejores amigos, luego de reír con las historias de Anastasio y su pasión por los gallos, de la pérdida en la gallera de la plata de un buey y la posterior recuperación en otra faena gallística. También del negocio de doña Mercedes que subió canastas de cerveza al hombro para surtir su negocio, pero del desencanto al saber que ese esfuerzo terminaría en la dicha de su esposo.
Esta buena mujer, ganó dinero con la preparación de aguardiente para las fiestas veredales, sembró, cosechó, ordeñó las vacas de la casa, hizo negocios en varios frentes del campo y gozó con la compra de su primer celular cuando recién empezó esa tecnología a descrestar.
En esta tierra es común ver árboles de eucalipto, pino, loqueto, cedro, uvos, acacias y sauces los cuales se decoran con pastos y malezas, dándole ese entorno verde y rupestre que caracteriza las montañas aromáticas de Santander.
El tabaco de Enciso
En la vía de que Málaga conduce a Carcasí, el viajero se encuentra con municipios como Miranda y Enciso. En este último el clima cálido y agradable es apto para la siembra de tabaco, el problema es que ya su venta no es tan rentable y que los costos de producción están elevados
El señor Inocencio Hernández, un hombre de piel quemada por el sol y de mirada fija y austera dijo que actualmente Protabaco y Coltabaco, las dos en manos de multinacionales, están haciendo contratos a los productores casi que a la par.
Anotó que el tabaco de García Rovira es conocido por su calidad y por su tradición el cual le da la característica de tipo exportación. Hoy queda menos del 50 por ciento de productores de tabaco porque el negocio dejó de ser atractivo y para colmo de males las nuevas generaciones se han desplazado haciendo de lado la actividad agrícola.
De los miles de productores, hoy quedan unos 350 productores de tabaco en Enciso los cuales están agrupados en una asociación.
Anteriormente el tabaco se producía de manera más sencilla porque demandaba menos fertilizante y menos químicos, lamentablemente el cambio climático hizo que todo cambiara para la acción agropecuaria porque se demandan más productos contra las plagas, castigando la rentabilidad.
La pulguilla negra y el gusano cogollero son dos de las plagas que golpean la industria tabacalera. Cada enfermedad llega de acuerdo a la temporada climática y a la intensidad de las lluvias.
“Hoy la carga de 100 kilos está en promedio en 550.000 pesos, de acuerdo a su calidad, pero hay momentos en que ese pago baja de los 500.000 pesos, dejando un pérdida en la producción, más si se tiene en cuenta que los cultivadores deben pagar 100.000 pesos por la curación en horno sin contar transporte y mano de obra”, explicó el tabacalero.
En la llamada traviesa los hijos de Enciso siembran frijol y maíz es decir que al recoger la segunda cosecha de tabaco se plantan estos productos que de alguna manera compensan la inversión en el campo.
Capitanejo sin tabaco y con pocos cabros
La cálida población de Capitanejo, un balneario reconocido de García Rovira está cambiando de actividad porque el tabaco, prácticamente se acabó y la cría de cabras se mantiene, pero con alguna dificultad. Una cría que ayuda es la de bovinos porque las siembras extensivas de melón dejaron a más de uno viendo un chispero.
Asocaprica es una Asociación encargada de la producción, industrialización y comercialización de productos caprinos. Allí se consigue carne de cabrito, pepitoria pre-cocida de cabrito, Jamón, Chorizos, cortados de leche, queso, kumis, cuajada, sabajón, panelitas, arequipe y yogurt.
El presidente de la Asociación, John Fernando Quiroz Gualteros aseveró que la cría de cabros es una actividad legendaria en Capitanejo toda vez que los primeros ejemplares de cabra llegaron con los conquistadores. Es anotar que por la topografía, el 80 por ciento es apto única y exclusivamente para el pastoreo de caprinos.
“Nosotros en la asociación nos hemos venido capacitando y mejorando las prácticas de manejo con técnicas que nos han aumentado la producción de carne y leche con un trabajo genético que tiene como base la cabra santandereana”, explicó.
Aprovechando la rusticidad de la cabra local la cual es muy resistente a las enfermedades y a los climas, se han hecho cruces con razas especializadas en aumentar los volúmenes de carne y de leche. “Estas cabras nativas tienen dos partos anuales y cada parto trae dos crías gemelas, es decir que por hembra tenemos cuatro cabritos al año”.
Las cabras o cabros puros de cruce son muy proclives a la estomatitis vesicular y a los parásitos, situación que no experimenta la cabra santandereana. Con el cruce con cabra criolla se garantiza más productividad y mayor resistencia.
Según el experto el buen sabor de la carne de cabrito se da por el consumo en los animales de yerbas aromáticas. De igual manera el beneficio se hace con animales jóvenes y muy tiernos. La situación es tan dramática en este sector que el mercado de carne no se alcanza a abastecer, entre otras cosas porque los cabros van al matadero entre los cinco y los nueve meses de edad, es decir carne de gran calidad.
Por cada animal se venden en promedio 30 kilos de carne, escenario que hace más compleja la oferta de este alimento.
Este sector no tienen censos confiables, pero el estimativo de Quiroz Gualteros apunta a una producción en aprisco de entre 7.000 y 8.000 cabros en solo Capitanejo. La provincia podría tener unas 25.000 cabezas, cifra que sigue siendo baja frente a la demanda y el consumo que hace el turista.
“Muchos se desconectaron del cabro como lo hicieron con el tabaco y por eso estamos pensando en aumentar la producción de caprinos con nuevas tecnologías. Incrementando el pie de cría podemos pensar en el mercado americano por la vía del TLC y con seguridad seríamos exitosos”, expresó.
Este sector está de plácemes por la certificación que tienen de zona libre aftosa y muy pronto libre de brucelosis, aspecto clave en la comercialización interna y exógena si se logran ventas al mercado internacional.
Actualmente los apriscos deben acudir a mallas especiales para evitar pérdidas que se dan por la muerte de cabritos depredados por perros y que impactan la producción. También se acudirá al ensilaje para garantizar un buen engorde y es por eso que se miran cultivos de caña, maíz y fríjol quinchocho o guandul que ayuda mucho en la obtención de leche.
En temporada baja son sacrificados unos 100 cabritos y en temporada alta o de gran afluencia de turistas van 500 al beneficiadero.
Esta asociación le apuesta a la recuperación de la receta tradicional del cabro y es por eso que ya alistan la presentación de sus restaurantes en donde se comerá la mejor carne de cabro y la más rica pepitoria, estos productos se elaborarán con la atávica receta de las abuelas que le daban un sabor especial al cabrito santandereano.
Finalmente cruzamos el puente de barandas amarillas que le hace sombra al gran río y salimos de la Provincia de García Rovira, atrás quedaron las panuchas de leche y coco de Málaga, sus tamales, el mute de Carcasí, el tabaco olvidado de Enciso y otras poblaciones, las ruanas, las bufandas y tejidos de Concepción, el cañón del Chicamocha y sus montañas imponentes.
Al salir de García Rovira se queda la amistad, el recuerdo y la ilusión que sigue viva. Se queda el empuje empresarial logrado con las uñas, las ansias de mejorar la condición de vida y el amor por una tierra sufrida y muy a la deriva. Allí quedan las cuitas de Luis Antonio Núñez y su esposa Vitelvina Granados en la vereda Saucara, los recuerdos de las familias Rangel, Pacheco, Ortíz, Prada, Manrique, Mojica, Trujillo, Mesa, Correa y Sanabria entre tantas que le dieron vida a la gran familia carcasiana.
Allá en esa provincia de guitarras, requintos y tiples, está sin duda, uno de los mejores paisajes del mundo. Aún hace eco el grito guerrero del general Custodio García Rovira y el progreso se erige gracias al empuje y a la verraquera santandereana.
Un tema musical resume mucho de esta región y lo escuchamos atónitos en Málaga. “Me tienen arrecho con tanta juepuerca preguntadera, qué cual color tiene mi bandera, si yo soy godo o liberal. Me tienen verraco con tanta juepuerca averiguadera que si soy eleno de pelo si quera, apoyo a las AUC o soy de las FARC. Me tiene mamao con tanta juepuerca interrogadera, que si yo a la tropa le abro la cerca, si les doy el agua de mi manantial, que si soy comunista, de Anapo, de izquierda o de la derecha que si es imperialista, que joda arrecha resulta querer vivir uno en paz. Yo soy campesino trabajador, pobre muy honrado, vivía muy alegre, pero me tienen embejucado”.
Es bueno recalcar que en medio de las vicisitudes, en la provincia de García Rovira quedó una luz encendida y es nada más y nada menos que la de la esperanza y el anhelo por el respaldo estatal porque dicen que si Colombia no sabe de esta región, se pierde de mucho.