El popular yogui indio Baba Ramdev, concluyó hoy su huelga de hambre contra la corrupción y el dinero negro en la India, pero aseguró que continuará con su movimiento de protesta, informaron los medios locales.
“Pongo fin al ayuno, pero la agitación seguirá hasta que se cumplan nuestras demandas”, dijo Ramdev ante unos 2.000 seguidores en el estadio de Ambedkar, situado en el centro de Nueva Delhi.
El gurú, que había comenzado la huelga de hambre el pasado día 9 en la cercana explanada de Ramlila, bebió un zumo de lima que le ofrecieron dos niños para simbolizar el fin del ayuno.
Ramdev había elevado ayer el tono de su protesta lanzando una multitudinaria marcha no autorizada hacia el Parlamento, pero la policía lo detuvo de manera preventiva junto a miles de seguidores al poco de iniciar el recorrido.
Tras concluir el ayuno, el yogui emplazó hoy a sus fieles a retirarse a sus casas y prometió que la protesta continuará pronto desde la localidad norteña de Haridwar, donde se encuentra la sede de su emporio del yoga.
Ramdev criticó además al gubernamental Partido del Congreso y al primer ministro, Manmohan Singh, sobre quien dijo que “debería ofrecer una solución para acabar con los problemas de la corrupción y el dinero negro”.
“De lo contrario, el país le hará también a él responsable”, subrayó el gurú, citado por la agencia local IANS.
“Si hubiéramos querido, podríamos haber evitado que el primer ministro enarbolara la bandera el Día de la Independencia (que se celebra mañana) pero esto no es un evento político”, agregó.
El yogui es muy popular entre las clases medias del país gracias a un programa de televisión en el que enseña técnicas de yoga, y el año pasado ya inició una protesta en Ramlila que concluyó cuando la Policía irrumpió en el recinto.
Ramdev ha unido sus fuerzas al activista gandhiano Anna Hazare, quien entre finales de julio y principios de agosto llevó a cabo con poco éxito un ayuno para pedir al Gobierno la aprobación de una ley contra la corrupción, el caballo de batalla del movimiento.
En los últimos años, tribunales y grupos sociales han elevado a la agenda política india el problema del dinero negro: según diversos estudios, entre 462.000 y 1,4 billones de dólares han sido evadidos del país.