Emmanuel Macron, el lateral con vocación política

Pocos presidentes pueden presumir de tener un historial tan deportivo como el del recién elegido presidente de la República Francesa. Emmanuel Macron, vencedor ante el ultranacionalismo de Le Pen, posee un pasado de lo más futbolero. Hincha declarado del Olympique de Marsella, Macron bien pudo haber seguido el camino del balompié, práctica semiprofesional que acabó abandonando en 2006 para dedicarse de pleno a su carrera política.

La Ligue Paris Ile-de-France, campeonato de aficionados donde jugaba con el ENA, sacó a la luz la última licencia federativa de Macron. Jugaba de lateral izquierdo, pero debió ver que no tenía suficiente salida y prefirió emprender el camino hasta el sitio que ocupa desde hoy, Presidente de Francia.

Macron no tiene problemas para declararse públicamene hincha del Olympique de Marsella, como lo reconoció durante un mitín el pasado 1 de abril. “El Marsella me hace soñar, llorar y vibrar”. El conjunto del sur de Francia es el que más lo celebra, en boca de su técnico Rudi garcía, “el hecho de que Macron sea seguidor del Marsella es un plus”.

Pero esta no es la única hobby deportivo de Macron. También es un gran aficionado al tenis. Esta pasión la tendrá que llevar a cabo con la candidatura de París para ser sede de los Juegos Olímpicos de 2024, uno de los grandes objetivos en su nuevo cargo que tendrá que lograr Macron para vencer a Los Ángeles, la otra candidata.