El empleo entre las mujeres latinoamericanas aumentó en un 15 % desde 2000 a 2010, pero lo hizo con desigualdad salarial respecto a los varones, aunque con mayor estabilidad que éstos, dijo hoy en entrevista con Efe la representante del Banco Mundial (BM) Louise Cord.
La gerente sectorial para la reducción de pobreza en América Latina del BM, presentará mañana en la Semana de la Inclusión Social que se celebra en Lima el informe del Banco Mundial “El efecto del poder económico de las mujeres en América Latina y el Caribe”, que registra las consecuencias del incremento de las mujeres en el mercado laboral de la región.
Según la representante, la mayor existencia de mujeres con empleos ayudó a que la pobreza extrema de Latinoamérica se sitúe ahora en el 14,6 %, ya que de lo contrario se elevaría hasta el 17,7 %.
“La mujer fue clave para reducir la pobreza de la familia ya que los empleos de los hombres fueron más vulnerables a la crisis de 2009”, comentó.
La mayor tasa de empleo femenino se dio en Panamá, donde aumentó en un 35 % durante la primera década del siglo, mientras que en Costa Rica lo hizo en un 26 % y en Perú en 24 %, al contrario que en países como Honduras, donde se redujo en un 3 %.
Cord valoró el caso de Perú, donde la ocupación de la mujer es del 63 %, “diez puntos porcentuales por encima de la media de la región, y la mayoría se dedica al sector agropecuario y de servicios”.
Sin embargo, esto no ha estado acompañado de una igualdad salarial respecto a los hombres, “especialmente en los empleos mejor cualificados, donde está brecha es todavía mayor que en el caso de las mujeres con un empleo de perfil bajo”, señaló al referirse a un estudio elaborado en Perú, Brasil, Chile y México.
La representante del BM indicó que el perfil de estas mujeres es el de una madre de familia que aporta un sueldo complementario al del padre, y mostró su preocupación en el caso de las madres solteras, “un 17 % de las familias de la región”, que son “tres veces más vulnerables a estar en la pobreza extrema”.
No obstante, la escolarización de mujeres fue una de las consecuencias positivas de que ambos padres cuenten con empleo, ya que las tasas en educación secundaria subieron del 62 % al 75 % y en estudios superiores pasaron del 23 % al 41 %, ocho puntos porcentuales por encima de los varones.
Aún así, Cord señaló a Efe que hay desafíos pendientes como los elevados índices de embarazos en adolescentes y la violencia doméstica, “que en Perú supera el 50 %”.
Por ello aconsejó a los Gobiernos a trabajar con las mujeres para concienciarles de su independencia autonomía, y con los organismos locales para hacer llegar mejor sus programas de educación, salud y generación de oportunidades económicas.
“En Perú hay programas que apoyan a las mujeres a abrir cuentas en bancos, pero no es suficiente porque la mujer no quiere entrar al banco, vive lejos de él y es un lugar donde hay las personas visten con traje y no hablan su lengua nativa”, dijo.
Por ello resaltó la importancia de una “alfabetización financiera” que también “ponga en contacto a las mujeres con otras empresarias”.
La Semana de Inclusión Social fue inaugurada hoy por el presidente de Perú, Ollanta Humala, y también tendrá entre sus participantes a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y la directora ejecutiva de ONU Mujeres y expresidenta de Chile, Michelle Bachelet.