Las factorías colombianas, incluidas las ensambladoras y los fabricantes de autopartes le pedirán al Gobierno Nacional que aplace la entrada en vigor del tratado de libre comercio con Corea del sur, toda vez que esta negociación será muy perjudicial para el empleo y la supervivencia de las fábricas. Según algunos gremios y analistas económicos ese TLC será sinónimo de quiebras y cierre de empresas.
En conversación con Confidencial Colombia, el vicepresidente de la Asociación Colombiana de Fabricantes de Autopartes (Acolfa), Alberto Macías, indicó que de hecho ya hay problemas en la comercialización de automóviles que van a impactar el comportamiento de 2013, año que se prevé, será difícil y muy complicado para la industria.
Según Macías, el 2012 cerró con una tendencia a la baja en ventas y ello hace pensar que lo más inteligente es darle un plazo a la entrada en vigencia de esa negociación para poder hacer los reajustes del caso y evitar un colapso industrial y social de graves consecuencias.
Un estudio de Econometría S.A, da cuenta que en diciembre de 2012 fueron comercializados 26.443 vehículos. Según la firma, en el total del año anterior fueron vendidos en Colombia 315.968 unidades.
En opinión de Acolfa, la situación es preocupante porque de esa cifra la producción nacional de automotores fue de 149.000 unidades con el agravante que de esa oferta quedó mucho carro en inventario, ocasionando líos en las empresas que ensamblan.
“La situación tiene preocupadas a las ensambladoras y a los fabricantes de autopartes porque se verán obligados a prescindir de personal y a adoptar medidas para no cerrar”, comentó el vocero gremial.
Hasta hace poco el mercado del automóvil estaba repartido casi que de manera equitativa con un 50 por ciento para la industria ensambladora nacional y un 50 por ciento para los coches importados. Hoy esa variación cambió y de manera preocupante se observa que la torta a hoy está en 32 por ciento para las ensambladoras que operan en el país y 68 por ciento para el vehículo importado.
El escenario es tan gris para la industria que inclusive algunas firmas decidieron bajar la producción de automóviles y por ello Colmotores anunció una merma en la fabricación de sus carros trabajando tan solo de martes a viernes. En marzo tan solo se trabajará una semana y esa tendencia de baja producción se mantendrá durante el primer semestre. “Esto muestra la caída en la actividad y en la dinámica productiva y por consiguiente en las ventas”.
Macías aseguró que si el año anterior fue malo en producción, el 2013 será aún más complicado por lo que se estima habrá menor fabricación de automóviles, lo cual se sustenta en la reducción del horario de trabajo y en los menores días para trabajar.
Agregó que los países de donde vienen más carros son México, Corea y China, situación delicada porque si bien de México entran autos por el acuerdo G-3, demostrando que hubo desventaja para Colombia, se viene una competencia muy dura por cuanto sin TLC en marcha, sin desgravación arancelaria y con tarifa plena, Corea ya le hace mella a un mercado en donde ya ha ganado mucha participación. “Es por todo esto que estamos pidiendo un aplazamiento para la entrada en firme de ese acuerdo comercial”.
El mercado, afirmó Macías, dependerá de su innovación, pero aclaró que si las ensambladoras cierran sus plantas, muy seguramente se dedicarán a importar dándole un duro golpe a los que dependen del ensamble como los fabricantes de asientos, rines, soportes y partes de metalmecánica que seguramente tendrán que cerrar y buscar otra actividad.
Según el DANE, a noviembre de 2012 la industria había caído tasas de 4.1 por ciento, de esa cifra el mayor impacto lo sufrió la industria automotriz y de autopartes con el 22 por ciento. “En diciembre la situación al parecer fue igual y eso nos hace pensar que vienen tiempos duros y una mayor desindustrialización”, apuntó el señor Macías.
Los problemas serán mayores, certificó, si se tiene en consideración que la industria automotriz trabaja de la mano y en cadena con sectores como la química, el renglón textil y el minero, entre otros. Para el vicepresidente de Acolfa, la situación social tiende a empeorarse porque hay una expectativa de desempleo muy grande, más si se asume que hay otros sectores como el de los electrodomésticos que sufrirán los embates de la competencia en condiciones de desventaja.
“Aquí se le debe al empresario y al país hasta los compromisos de la agenda interna, aquí se habla de infraestructura y nada se ha concretado, es decir que tras de los líos que se avecinan, el Gobierno aún no da señales de sacar adelante un programa concreto de obras, de ayuda a los empresarios que salgan del mercado y un auxilio para los muchos desocupados que dejarán los acuerdos de comercio”, concluyó.