Ante los indicios que apuntan a que el régimen de Pyongyang podría llevar a cabo pruebas de misiles balísticos, los ejércitos de Corea del Sur y EEUU elevaron hoy su sistema de alerta en la península coreana, en un ambiente de elevada tensión.
Las fuerzas conjuntas de Seúl y Washington en Corea del Sur incrementaron su estado de vigilancia de “Watchcon 3” a “Watchcon 2”, que se activa cuando existe una amenaza importante, en este caso el supuesto lanzamiento experimental de un misil de alcance intermedio por parte de Corea del Norte.
Las más recientes imágenes obtenidas por satélite muestran el despliegue de varias plataformas de lanzamiento, lo que ha llevado a los servicios de inteligencia de los aliados a considerar que el lanzamiento podría ser inminente.
El 15 de abril Corea del Norte celebra el aniversario de su fundador, Kim Il-sung, por lo que funcionarios y expertos en el Sur creen que el régimen dirigido por Kim Jong-un, nieto del fallecido “líder eterno”, podría llevar a cabo la prueba de misiles en torno a esa fecha e incluso esta semana, a modo de anticipo.
Por ello Corea del Sur, que baraja la posibilidad de lanzamientos simultáneos de varios proyectiles, ha desplegado dos buques interceptores en sus costas oriental y occidental, además de poner en funcionamiento un sistema de radar defensivo y otro de alerta temprana con cuatro aviones de vigilancia.
A su vez, Japón ha desplegado baterías de misiles tierra-aire en Tokio y ha enviado destructores con sistemas Aegis al Mar del Este (Mar de Japón) ante la posibilidad de que uno de los proyectiles de Corea del Norte, quizá el temido “Musudan”, viole su espacio aéreo.
El “Musudan”, que el régimen exhibió por primera vez durante un desfile militar en 2010 aunque nunca ha sido lanzado hasta ahora, tiene un alcance estimado de 3.000 o 4.000 kilómetros, lo que en teoría permitiría alcanzar objetivos en Japón o en la base estadounidense de la isla de Guam en el Pacífico.
En un editorial, el diario del Partido único del régimen, Rodong Sinmun, amenazó hoy con convertir en un “campo de batalla” a Japón, con posibles ataques en sus principales ciudades, como Tokio, Osaka o Kioto, en el caso de que los nipones lleven a cabo movimientos que provoquen el inicio de un conflicto armado.
Mientras, continúa la tensión por la larga campaña de Corea del Norte después de que ayer el régimen abriera un nuevo episodio al aconsejar a los extranjeros del Sur que preparen su evacuación ante una “guerra inminente” y anunciara la retirada de sus trabajadores del complejo industrial conjunto de Kaesong.
Un día después de la advertencia norcoreana de evacuación, las embajadas extranjeras en Seúl transmitieron, en general, un mensaje de calma a sus ciudadanos ante las moderadas inquietudes que se habían despertado.
“No hay indicios de acción militar inminente por parte de Corea del Norte” ni tampoco “amenazas contra la seguridad”, transmitió la sede diplomática de España a los residentes de este país, en un mensaje procedente del Gobierno de Corea del Sur que solicita “ignorar la propaganda de Corea del Norte”.
Mientras, el complejo de Kaesong, único proyecto intercoreano en vigor, cumplió su segundo día de inactividad después de que Pyongyang retirara ayer a sus aproximadamente 54.000 trabajadores, que fabrican productos para 123 empresas del Sur en este enclave fronterizo ubicado al suroeste de Corea del Norte.
Símbolo del acercamiento entre las dos Coreas de principios de la década de los años 2000, este proyecto económico conjunto nunca había visto perturbadas sus operaciones por más de un día desde su apertura en 2004, lo que da cuenta de la gravedad de la crisis política y militar que viven hoy Norte y Sur.
Por otra parte, el Gobierno de Corea del Sur acusó hoy al régimen de Kim Jong-un de estar detrás del ciberataque masivo que el mes pasado paralizó durante varios días las redes informáticas de tres bancos y tres emisoras de televisión del país.
Autoridades de Seúl aseguraron que, tras varias semanas de investigación, los técnicos llegaron hasta direcciones IP norcoreanas tras rastrear la procedencia del virus que el 20 de marzo hizo saltar las alarmas al inutilizar decenas de miles de ordenadores de alguno de los principales bancos y emisoras del país.
Con EFE