La polémica estrategia del Centro Democrático de estampar la imagen y apellido del expresidente Uribe en el partido, para hacer sobrepeso en la contienda electoral del Congreso, trae a la memoria el reiterativo uso de su figura por parte de políticos del uribismo purasangre, durante las elecciones del 2002 y 2006, enganchados a la siempre recordada frase de campaña: “Mano firme corazón grande” ¿Será entonces el Uribe Centro Democrático, un nombre tan certero para garantizar una gran presencia en el Senado?
Confidencial Colombia habló con el cerebro de la primera campaña a la presidencia del exmandatario, el publicista Carlos Duque, sobre cómo esta nueva idea de ponerle un nombre propio a un partido político causa varias opiniones, que si bien son tildadas de polémicas, representan un camino eficaz y de fácil recordación para el electorado.
En primera medida, Duque señaló la validez de esta opción: “Es una estrategia absolutamente valida, un poco obvia, pero Uribe en su lenguaje es un personaje directo”.
Frente a un eventual impedimento legal parea usar el nombre del expresidente, el publicista destacó: “No creo que vayan a ser tan torpes para poner semejante nombre con tremendo rollo, sin que eso este debidamente garantizado o blindado jurídicamente”.
Duque, creador de la inmortalizada imagen de campaña para las elecciones presidenciales del 2002, en las que Álvaro Uribe Vélez reposa su mano en el corazón y mira hacia el horizonte, con la frase “Mano firme corazón grande”, subrayó que para esta ocasión el exmandatario no está buscando generar aún más recordación, puesto que a “él lo conoce todo el mundo”.
“Lo que está haciendo es orientar a su electorado y seguidores bajo la estrategia de tomarse al Congreso, electoralmente hablando. La táctica no es un partido que se llame Uribe Centro Democrático, ese es solo un medio o una herramienta. Es probable una cantidad de candidatos salgan elegidos y el partido deje de existir, lo mismo que pasó con el Partido de la U”, explicó.
De igual manera calificó a la iniciativa como un ‘obismo’, similar al samperismo o el santismo: “Para una menor orientación en el Senado es mucho más diciente que la lista tenga a Uribe como imagen y cabeza, por eso la decisión que sea una lista cerrada. Estratégicamente están haciendo lo correcto”.
Varios candidatos al Congreso han señalado a esta iniciativa como caudillista y dictatorial. Recalcan que los miembros de las listas para Cámara y Senado, van a ser parlamentarios “marionetas”, dirigidos por el jefe único del Uribe Centro Democrático. Pero también aceptan que esta es la mejor estrategia para que el uribismo obtenga gran presencia en el Congreso, puesto que varios nombres de la colectividad no cuentan con la gran recordación del expresidente.