Hillary Clinton y Bernie Sanders se defendieron con uñas y dientes en el debate celebrado en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee este 11 de febrero dejando en el ambiente que piensan de manera similar, pero que son apoyados por patrocinadores diferentes y actúan de manera diferente.
Varios fueron los temas debatidos; el sistema de salud, la situación de los afro-americanos; especialmente atropellados en estados como Wisconsin, los latinos y la regularización de 11 millones de ellos que se mantienen marginados en la ilegalidad, los adultos mayores y sus necesidades no cubiertas, la reducción de la burocracia en el gobierno, la seguridad nacional y si los Estados Unidos está preparado para un siguiente ataque terrorista, las relaciones con Rusia, el manejo de las relaciones internacionales, la crisis de las migraciones y los refugiados a Europa, y, por último, los líderes que los influencian.
Y en todos esos temas Clinton y Sanders dijeron básicamente lo mismo con pequeñas y sutiles diferencias, como, por ejemplo, en el tema de la salud, en el que Clinton dio su palabra para continuar con el programa de Obama, mientras Sanders prometió universalizarlo; cubriendo los más de 20 millones de americanos que aún no acceden a ese.
Sin embargo, quedó claro que en dos cosas Hillary y Bernie son bien diferentes: en los patrocinadores de los cuales reciben apoyo económico y la manera en que cada uno de ellos se comporta.
Para ilustrar el primer punto baste con mencionar que Sanders comenzó su discurso agradeciendo a los más de tres millones de donantes que ha alcanzado su campaña. Mientras Hillary, por su parte, matizó que sus principales donantes provengan de Wall-Street diciendo que Barack Obama había recibido más dinero de esas mismas fuentes. “El pueblo americano no es tonto”, remató diciendo Sanders en relación con el punto y sugiriendo que existe una relación directa entre la donación y la decisiones políticas que se tomen.
Para demostrar el segundo punto; que los dos candidatos actúan diferente, Bernie citó el ejemplo del extremo pragmatismo de la Clinton que incluso le llevó a oír consejos del “más desastroso Secretario de Estado de la historia americana, Henry Kissinger”. Hillary replicó diciendo que Kissinger había abierto las relaciones con China de una manera brillante. Pero Bernie le asestó un golpe tremendo al sentenciar: “sí, unas relaciones que terminaron por hacer cerrar fábricas y despedir empleados en Estados Unidos para llevar puestos de trabajo a un régimen comunista y corrupto como lo es China.
En conclusión: un debate que termina en tablas y que deja la sensación de que los candidatos demócratas piensan de la misma manera aunque claramente representen distintos intereses y se comporten con estándares de ética diferentes. En todo caso serán los votantes de Nevada y Carolina del Sur quienes decidan quién ganó este debate