De la amistad a la pasión amorosa entre dos personas de distinto sexo hay un solo paso. Quienes lo dan se ven sumidos en un mar de sentimientos contradictorios y corren el riesgo de perder o enrarecer la relación amistosa que mantenían.
Películas como “Cuando Harry encontró a Sally “, “El amigo de mi hermana” o “La boda de mi mejor amigo”; o series memorables como “Friends”, han descrito en clave de humor las peripecias de quienes traspasan la fina línea que separa la amistad del amor o que dudan sobre si hacerlo o no.
Aunque parezca una experiencia emocionante e intensa, la realidad del amor entre amigos no siempre se aproxima tanto a los guiones de las comedia románticas ni tiene final feliz.
“Si los preliminares y primeros pasos de una relación amorosa convencional como es la primera cita, los primeros “me gustas” y “te quiero”, y una declaración de amor, conllevan tensiones y dudas, cuando la pareja la forman quienes mantenían un vínculo amistoso las confusiones, sentimientos contradictorios e incertidumbres se multiplican”, según la psicóloga clínica Mariángeles Barja.
“Una vez dado el paso, las cosas tampoco son sencillas, porque las expectativas sobre el futuro de la relación basadas en la experiencia de la amistad, no siempre se cumplen”, advierte esta experta y máster en psicoanálisis.
Para Barja, “muchas personas creen que al pasar de la amistad al amor conservarán o enriquecerán las relación amistosa que mantenían. Suponen que el amor es un grado superior -algo así como una evolución natural- de la amistad, pero no suele ser así”.
“Son dos fenómenos diversos por completo y opuestos en absoluto”, de acuerdo al sociólogo italiano Francesco Alberoni, autor de “Lecciones de Amor” y “El erotismo”, entre otras obras, al comparar la amistad y una forma de amor con la que suele confundirse: el enamoramiento.
En otro de sus libros, “La amistad”, Alberoni señala que el enamoramiento es “un suceso que tiene un comienzo definido y, en su origen, se manifiesta como un fulgor, una revelación inicial. En cambio, la amistad, se convierte en tal a través de una serie de encuentros y profundizaciones sucesivas”.
Otra diferencia es que “el enamoramiento sigue la ley del todo o nada”, en tanto que “la amistad tiene varias formas y grados. Puede ser pequeña, apenas un impulso del ánimo, o bien grande, grandísima”.
AMOR Y AMISTAD, MUY DIFERENTES.
Mientras que “el enamoramiento es una pasión, porque conlleva sufrimiento, y es éxtasis, pero también tormento, la amistad tiene horror del sufrimiento, y cuando puede lo evita. Los amigos se buscan para estar a gusto juntos. Si no lo logran, tienden a poner algo de distancia entre sí”, indica Alberoni.
Otra diferencia, según el sociólogo italiano, es que podemos enamorarnos de alguien sin ser correspondidos y la amistad, en cambio, exige una cierta reciprocidad, ya que “no seguimos siendo amigos de quien no es nuestro amigo”.
“En el enamoramiento se transfigura a la persona amada y es la divinidad que lleva en sí todas las posibilidades del mundo, todo aquello que en él proyectamos. Del amigo esperamos que comparta la imagen que tenemos de nosotros mismos o, al menos, que no se aleje demasiado de ella”, de acuerdo a Alberoni.
Para Francisco Menjón Beltrán, psicólogo de Anagnor Psicólogos (www.anagnor.com) “no es extraño que amigos que pasan juntos mucho tiempo, disfrutando y compartiendo confidencias, acaben desarrollando un sentimiento que va más allá de la pura amistad”.
“El amor es una mezcla de amistad y de atracción sexual. Así que cuando un@ tiene un@ amig@, el 50 por ciento para la relación de pareja ya lo tiene. El problema se produce cuando la atracción sexual no es recíproca”, según este experto en psicoterapia breve.
Para Menjón Beltrán es conveniente expresar los verdaderos sentimientos a nuestr@ amig@ porque cuando alguien se siente amado hay más posibilidades de que nos corresponda, y porque si “uno se da cuenta que la persona no le corresponde, puede cambiar sus expectativas y centrarse en otras”.
La principal ventaja de enamorarse de tu mejor amig@, según el psicólogo de Anagnor, es que, “además de tener una relación sexual se podrá disfrutar de tener a alguien a quien contar lo que nos pasa y, como el vínculo que une a la pareja ha venido de la amistad, habrá dado tiempo suficiente para conocer todas las virtudes y defectos de esta persona”.
CUANDO LOS SENTIMIENTOS NO SON MUTUOS.
Aunque, según Menjón Beltrán, “el mayor inconveniente es que se puede perder la amistad que había hasta entonces, porque si los sentimientos de amor no son compartidos, el confesárselos a la otra persona quizás haga que ésta se sienta incómoda y evite el contacto a toda costa”.
La clave para manejar la situación de que los sentimientos no sean recíprocos está en tomar distancia y dejar pasar un tiempo para decidir lo que se quiere: “si sentimos que al dejar la amistad estamos perdiendo algo importante, entonces es posible un nuevo acercamiento, protegiéndonos y con la nueva perspectiva de que es solo un@ amig@”, añade el experto de Anagnor.
Aunque los integrantes de una flamante pareja no hayan sido amigos, las amistades de cada uno de ellos también acusan el impacto de la relación, de acuerdo a una investigación de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, que consistió en preguntar a un grupo de personas sobre su círculo de amistades más cercanas y cómo se modificó cuando se produjo un romance en su vida.
Los expertos británicos dirigidos por Robin Dunbar, profesor de antropología evolutiva en Oxford, comprobaron que el núcleo de amistades de una persona, que suele estar formado por una media de cinco individuos, se reduce en al menos dos amigos cuando se inicia una relación romántica y ésta se instala en la vida diaria.
Para Dunbar, quienes viven una relación amorosa sólo tienen cuatro amigos en lugar de tener el típico círculo de cinco amistades promedio. ,Y si se tiene en consideración que una de esas personas cercanas es la nueva pareja de la que se han enamorado, significa que han renunciado a dos amistades.
La encuesta realizada a 540 personas de más de 18 años de edad, ha reforzado la percepción generalizada de que cuando el amor entra en la vida de alguien, su romance puede disminuir el círculo de personas más próximas.
El antropólogo británico cree que el alejamiento de las amistades se produce porque la atención de la personas está tan centrada en su nueva pareja que no llegan a percibir a otras personas con las que vienen manteniendo una gran cercanía emocional y con las que están estrechamente vinculadas, por lo que algunas de estas relaciones amistosas comienzan a deteriorarse.
María Jesús Ribas.
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