Escándalo amoroso de la CIA salpica a otro general

Barack Obama, dejó hoy en suspenso la nominación del general John Allen, que es investigado por supuestas “comunicaciones inapropiadas” con una de las mujeres implicadas en el escándalo amoroso que obligó a dimitir al exgeneral David Petraeus como director de la CIA.

Estaba previsto que el general Allen, comandante de las tropas aliadas en Afganistán (ISAF), compareciera el jueves en una audiencia en el Senado para discutir su postulación como comandante aliado supremo en Europa.

Un trámite que parecía sencillo hasta que el romance entre Petraeus y su biógrafa Paula Broadwell, destapado el pasado viernes, se cruzara en su camino, al entrar en escena una nueva protagonista.

El portavoz de seguridad nacional, Tommy Vietor, anunció esta mañana que a petición del secretario de Defensa, Leon Panetta, el presidente Obama había “puesto en suspenso” la nominación de Allen, sujeta a una investigación abierta por el Pentágono.

Panetta indicó, por su parte, que el domingo el FBI remitió información sobre las investigaciones en torno al general Allen por su relación con la mujer supuestamente víctima de ciberacoso por parte de la amante y biógrafa del general Petraeus, por lo que ordenó una investigación del Inspector General.

La prensa estadounidense apunta que el Pentágono está revisando entre 20.000 y 30.000 páginas de documentos, muchos de ellos correos electrónicos que intercambió con Jill Kelley, amiga de la familia Petraeus, y la mujer dijo al FBI haber recibido correos electrónicos amenazantes de Broadwell, lo que destapó el “affaire” de Petraeus.

En declaraciones a la prensa que viaja con el secretario de Defensa para cubrir la cumbre Australia-EE.UU., Panetta precisó que el general negó haber actuado incorrectamente y consideró que “merece el debido proceso”.

El Pentágono, consultado por Efe, señaló que por el momento no dirá nada más allá de las declaraciones del secretario.
Kelley, de 37 años, casada con un conocido cirujano y madre de tres hijos, trabajaba como voluntaria en la base aérea de MacDill en Tampa, según la prensa estadounidense, donde era una persona muy conocida que organizaba actos caritativos en beneficio de las familias de los militares.

Fue así como conoció a Petraeus y su esposa, Holly, aunque se desconoce por qué conoce al general Allen, quien antes de ser destinado a Afganistán en 2011, había sido el segundo al mando en el Comando Central (CENTCOM), con base en Tampa (Florida).

Kelley ha dejado su casa en Florida para huir del escándalo, según el canal CBS, que apunta que ha contratado a un abogado en Washington, Abbe Lowell, y a una gestora de crisis, Judy Smith, quien representó en el pasado a Monica Lewinsky.

El hermano de Kelley, David Khawam, indicó en unas declaraciones a los medios que la conoce bien y “es totalmente inusitado en ella que tenga un relación romántica fuera del matrimonio”, al tiempo pidió privacidad.

El general Allen, del Cuerpo de Infantería de Marina, y de 58 años de edad, asumió en julio de 2011 el mando de las fuerzas de Estados Unidos y de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán, precisamente como sucesor de Petraeus.

El presidente Obama había aceptado la recomendación del jefe del Pentágono postulando a Allen como comandante aliado supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a partir de comienzos de 2013.

Cuando Obama anunció su nominación el pasado octubre aseguró que confiaba “personalmente” en su consejo y bajo su mando se habían logrado “importantes avances” para derrotar al grupo terrorista Al Qaeda y restaurar la seguridad en Afganistán.

Una confianza que todavía mantiene el mandatario, según dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, que aseguró que Obama tiene un “alto concepto” del general, que de momento continuará al frente de las tropas en Afganistán.