Humberto de la Calle confirmó es que la escogencia de las víctimas que asistirán a partir del próximo 16 de agosto a la mesa de La Habana se hará “con equilibrio y pluralismo”. El tema de los recientes derrames de petróleo en el Putumayo y la muerte de la hija de un policía en Arauca, fueron recriminados con total repudio por el jefe del grupo negociador del Gobierno.
En el discurso emitido desde la Casa de Nariño, De la Calle recordó el importante papel que Naciones Unidas y al Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional realizarán al escogerán a las víctimas que viajarán a La Habana, en criterios de equilibrio y pluralidad.
Además destacó el acompañamiento de la Conferencia Episcopal en este proceso: “Es muy importante que esas delegaciones reflejen los distintos hechos victimizantes, los diversos sectores sociales, las poblaciones y todo el marco del largo conflicto”.
También rechazó los últimos atentados de las Farc contra la población civil y el medio ambiente al asegurar que los colombianos esperan que esta guerrilla esté a la altura del momento histórico del país. “Después de años de incredulidad y décadas de conflicto, Colombia empezó a hablar de paz, a soñar la paz como un sueño posible, tangible, a sentir la paz como un derecho en tiempo presente. Por eso es que los colombianos esperan verdaderos gestos en ese sentido por parte de las Farc. Es más que lamentable ver el gravísimo daño ambiental del Putumayo en los últimos días y escuchar el desgarrador relato de un patrullero que vio morir en sus brazos a su pequeña hija de tres años en Arauca, después de que un hombre le lanzara una granada”.
En relación a esto explicó que el Gobierno se ha mantenido en su posición del no cese al fuego mientras no se llegue a un Acuerdo Final, pero nada de esta circunstancia justifica que se sigan presentando hechos como los de Arauca y Putumayo. “Lo que muchísimos colombianos no entienden es que se sigan presentando por parte de la guerrilla actos que atentan contra la población civil inerme y otras acciones que destruyen la infraestructura, la riqueza colectiva y que afectan gravemente el patrimonio ecológico del país”.