Los autores y ponentes de la Ley de Víctimas y al Marco Legal para la Paz le dieron su apoyo al naciente proceso de diálogo entre el gobierno y la guerrilla de las Farc. A través de una declaración conjunta, señalaron que el contexto es muy favorable pero que cualquier acuerdo debe satisfacer las aspiraciones de los afectados por el conflicto.
La expectativa en el país frente al inicio de los diálogos de paz es innegable. La opinión pública no ha dejado de comentar los beneficios y posibles riesgos de la iniciativa, los gobiernos del mundo han dado su apoyo al naciente proceso y los ciudadanos están, en su mayoría, de acuerdo con la idea de Santos de lograr terminar con el conflicto.
Al interior del legislativo, tanto la expectativa como el respaldo son grandes. La unidad nacional en pleno ha respaldado los acercamientos de paz y representantes de la oposición, que se encuentran en las comisiones de Paz del Senado y la Cámara también han dejado ver el beneplácito que les causa la iniciativa.
Justamente varios miembros del legislativo se reunieron este martes en el Congreso de la República para respaldar al Presidente y a la comisión de negociadores que ya viaja rumbo a Oslo, Noruega, a iniciar formalmente la segunda fase del diálogo.
No fue una reunión cualquiera. Se trató del encuentro de los autores y ponentes de dos de las leyes que araron el camino para que el intento de paz sea viable y positivo: la Ley de Víctimas y el Marco Legal para la Paz.
Juan Fernando Cristo, Roy Barreras, Luis Carlos Avellaneda, Hernán Andrade, Gilma Jiménez, Alfonso Prada y Guillermo Rivera, entre otros mostraron su “entusiasmo y convicción” frente al proceso en el que el país se encamina a partir de esta semana.
“Respaldamos con entusiasmo y convicción la decisión del gobierno del presidente Santos de iniciar en firme negociaciones con las FARC, con el propósito de lograr una solución definitiva al conflicto armado en Colombia”, afirmaron los parlamentarios a través de una declaración conjunta.
Según ellos, el contexto internacional, el “equilibrio militar entre el Estado y la subversión” y las leyes que ellos mismos propusieron y jalonaron en el legislativo “son elementos que nos permiten mirar con optimismo la posibilidad de que se pueda llegar a un acuerdo rápido en la muy concreta agenda que se ha adoptado para estas nuevas negociaciones”.
Sin embargo, y más allá del optimismo que podría desbordar la objetividad de los parlamentarios, estos personajes reiteraron que el compromiso de la institucionalidad y la insurgencia es con las víctimas del conflicto, y que ningún acuerdo puede dejar por fuera a las personas que han sufrido lo horrores de la guerra.
“La legitimidad política y ética de cualquier proceso de paz depende de que sean atendidas las aspiraciones a la verdad, reparación y justicia de las víctimas y que sus voces sean atendidas. Confiamos en que ambas partes así lo entienden como se desprende del texto del acuerdo inicial”, señalaron los congresistas.
Finalmente, los ponentes y autores de estas leyes afirmaron que para que el acuerdo de paz sea fructífero y verdadero, deberían suceder tres cosas: “las víctimas debe ser en centro de todo proceso de paz, las Farc deben liberar a todos los secuestrados y a todos los niños reclutados en sus filas”.
Esta fue la declaración de los congresistas después del encuentro:
Respaldamos con entusiasmo y convicción la decisión del gobierno del presidente Santos de iniciar en firme negociaciones con las FARC, con el propósito de lograr una solución definitiva al conflicto armado en Colombia. El nuevo entorno internacional, el actual equilibrio militar entre el estado y la subversión, la implementación de la Ley de Victimas y Restitución de Tierras y la expedición del nuevo marco jurídico para la paz, son elementos que nos permiten mirar con optimismo la posibilidad de que se pueda llegar a un acuerdo rápido en la muy concreta agenda que se ha adoptado para estas nuevas negociaciones.
Queremos reiterar, una vez más, que el compromiso del gobierno y las Farc con las víctimas de esta larga y dolorosa guerra es absolutamente indispensable e irrenunciable si se quiere avanzar hacia una reconciliación firme y duradera. La legitimidad política y ética de cualquier proceso de paz depende de que sean atendidas las aspiraciones a la verdad, reparación y justicia de las víctimas y que sus voces sean atendidas.
Confiamos en que ambas partes así lo entienden como se desprende del texto del acuerdo inicial. Firman los autores y ponentes de la ley de victimas y del marco para la paz, y el Senado hizo 3 precisiones: las víctimas debe ser en centro de todo proceso de paz, las Farc deben liberar a todos los secuestrados y a todo los niños reclutados en sus filas