España escapa de la recesión y vuelve a crecer por el consumo y la inversión

En el último trimestre del ejercicio subió un 0,7%, dos décimas más de lo que lo hizo en el trimestre anterior, gracias al consumo y la inversión, según la Contabilidad Nacional Trimestral.

La economía española recuperó en 2014 la senda del crecimiento. Y lo que no es menor importante, lo hizo con un perfil creciente. Es decir, ha ido de menos a más. Hasta el punto de que en el cuarto trimestre la tasa de avance del PIB fue equivalente al 0,7%. Eso quiere decir que si se anualiza esa tasa (multiplicándola por los cuatro trimestres de un año) el PIB estaría creciendo en estos momentos en torno a un 2,8%. Por lo tanto, ligeramente por encima de lo que prevé el Gobierno para este año, un 2,4%.

En el conjunto del año pasado, sin embargo, el Producto Interior Bruto creció en media anual un 1,4%, en línea con las últimas previsiones de los institutos de coyuntura y del propio Ejecutivo. El avance tuvo que ver, sobre todo, con el comportamiento del consumo privado y de la inversión, lo que significa que el patrón de crecimiento está cambiando. Si hasta hace poco era el sector exterior el que tiraba de la economía (por el desplome de las importaciones y el aumento de las ventas al exterior), ahora es la demanda interna la que más crece.

La economía española recuperó en 2014 la senda del crecimiento. Y lo que no es menor importante, lo hizo con un perfil creciente. Es decir, ha ido de menos a más. Hasta el punto de que en el cuarto trimestre la tasa de avance del PIB fue equivalente al 0,7%. Eso quiere decir que si se anualiza esa tasa (multiplicándola por los cuatro trimestres de un año) el PIB estaría creciendo en estos momentos en torno a un 2,8%. Por lo tanto, ligeramente por encima de lo que prevé el Gobierno para este año, un 2,4%.

En el conjunto del año pasado, sin embargo, el Producto Interior Bruto creció en media anual un 1,4%, en línea con las últimas previsiones de los institutos de coyuntura y del propio Ejecutivo. El avance tuvo que ver, sobre todo, con el comportamiento del consumo privado y de la inversión, lo que significa que el patrón de crecimiento está cambiando. Si hasta hace poco era el sector exterior el que tiraba de la economía (por el desplome de las importaciones y el aumento de las ventas al exterior), ahora es la demanda interna la que más crece.

En cuanto al empleo, y en términos anuales, aumenta en el cuarto trimestre a un ritmo del 2,4%, crecimiento siete décimas superior al estimado en el tercero, lo que supone, sostiene el INE, un incremento de aproximadamente 392.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año. Este comportamiento junto con la variación experimentada por la jornada media asociada, dan como resultado un incremento de la tasa anual de las horas efectivamente trabajadas de un punto (del 1% al 2%).

Tanto la industria como la construcción y los servicios presentan comportamientos más favorables en términos de empleo que los registrados en el trimestre precedente. Mientras que la agricultura, por el contrario, tiene una evolución negativa (-4,1%). Como consecuencia de esta evolución, la tasa de variación anual de la productividad por puesto de trabajo equivalente disminuye cuatro décimas, desde el 0,0% al –0,4%, mientras que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectivamente trabajada alcanza una tasa del 0,1%, cinco décimas inferior a la registrada en el tercer trimestre (0,6%).

La evolución del empleo contrasta con la variación anual del coste laboral unitario, que se situó este trimestre en el -0,1%, cinco décimas por encima del deflactor implícito del PIB.

Consumo y construcción

Lo más significativo, con todo, es el avance de la demanda nacional. En concreto, su principal componente, el consumo de los hogares, experimenta un crecimiento anual del 3,4%, seis décimas superior al del tercer trimestre, como consecuencia de una “mejora generalizada” en el comportamiento de la mayoría de sus rúbricas, dice el INE, tanto de bienes como de servicios, salvo en el caso de los bienes no duraderos y semiduraderos que, aunque siguen presentando tasas de crecimiento positivas, atenúan su ritmo respecto del trimestre anterior. Por el contrario, el gasto en consumo final de las Administraciones Públicas presenta una variación anual en volumen del -0,5%, ocho décimas inferior a la del trimestre precedente.

En cuanto a la inversión (formación bruta de capital), muestra una tasa de crecimiento del 5,1%, por encima del trimestre anterior. Mientras que los materiales presentan una tasa del 5,5%, la inversión en productos de la propiedad intelectual crece un 3,1%, tres décimas menos que en el trimestre precedente.

Respecto del sector de la construcción, lo que dice la Contabilidad Nacional es que la inversión en activos mejora 2,3 puntos en tasa anual, que pasa del 0,1% al 2,4%, como consecuencia del “mejor comportamiento tanto de la inversión en vivienda como en ingeniería civil y otras construcciones”. Por su parte, la demanda de activos de bienes de equipo presenta un crecimiento del 10,4% en el cuarto trimestre, dos décimas más que en el trimestre anterior, en sintonía con la evolución conjunta de los indicadores de producción industrial, cifra de negocios e importaciones de este tipo de bienes. La economía española, por lo tanto, dejó en 2014 cinco años de recesión.