Al no conseguirse acuerdo entre las bancadas, el único remedio fue convocar a sesiones extraordinarias al Congreso. Para unos la determinación busca abrir espacios de discusión y para otros, buscar tiempo para defender su postura legislativa.
El nerviosismo que evidenció el Gobierno frente al paquete tributario, con la alocución del Presidente Santos, sigue latente.
Al no conseguirse acuerdo entre las bancadas, el único remedio fue convocar a sesiones extraordinarias al Congreso. Para unos la determinación busca abrir espacios de discusión y para otros, buscar tiempo para defender su postura legislativa, teniendo en cuenta que se avecinan jornadas electorales.
El Gobierno, como pocas veces, ha mostrado ánimo conciliador hasta el punto de permitir modificaciones de última hora al articulado, y explicaciones para que los congresistas y la opinión pública tengan conocimiento del tema.
El ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría por enésima vez reiteró que esta reforma no está dirigida a castigar a las gentes menos favorecidas sino que busca que los que más ganan aporten de acuerdo a sus ingresos y propiciar con ello equilibrio en el recaudo y por consiguiente equidad social.
Luego de una visita a la Casa de Nariño por parte de las bancadas se acordó seguir con el debate este fin de semana para darle trámite a la votación de los artículos llamados elementales. Para analizar las más de 300 proposiciones se nombró una comisión parlamentaria para luego someter el nudo del proyecto o los puntos más complejos a votación entre lunes y miércoles de la semana próxima.
A la revisión de artículos fueron avalados ponentes y congresistas de otras comisiones diferentes a las económicas y se precisó que las votaciones de la reforma tributaria se harán solamente de día y no a la madrugada para evitar suspicacias o jugadas dudosas de última hora.
El ministro Cárdenas afirmó ante la plenaria de Senado que el proyecto corregido por las comisiones legislativas quedó mucho mejor que el documento original. Insistió en que el cambio propuesto al estatuto tributario propende por mayor equidad y generación de empleo. Comentó que si bien hay buen recaudo que evita el afán en la reforma, aspecto que se acompaña de un excelente equilibrio fiscal una inflación en las metas del tres por ciento y un crecimiento inmejorable, hay dos lunares que no se pueden pasar por alto. De un lado un desempleo preocupante que sigue marcando índices de alarma a pesar de los 2.5 millones de empleos generados en el último año. Aún así el desempleo en Colombia representa la tasa más alta del continente.
De otro lado reconoció que la desigualdad social es otro problema que se debe atacar porque no en vano Colombia ostenta el tercer puesto de desigualdad en América Latina. “Somos medalla de plata pues tan solo nos superan Haití y Guatemala”.
El presidente del Congreso, Roy Barreras, dijo que lo más prudente para el legislativo sería viajar a las regiones para volver el lunes, darle trámite al proyecto y volver el miércoles a sus ciudades o regiones de origen.
A su turno el Senador, Juan Carlos Restrepo anotó que al paso en que va la reforma se puede llegar fácilmente al viernes próximo. “Todo esto no se no se con que propósito porque aquí los que van a votar la reforma tributaria ya lo saben”.
Aclaró que en el Congreso unos votarán una proposición a favor, otros en contra o quizás le darán un espaldarazo a una sustitutiva.
La Contraloría General de la República, consideró que en efecto, uno de los grandes líos de las reformas tributarias es que adolecen de equidad.
La jefe de ese despacho, Sandra Morelli precisó que no es una convencida de que incentivar alivios tributarios, no es un mecanismo de generación de empleos. En su concepto el punto que pide la repatriación de dineros de paraísos fiscales sin castigo alguno se convierte en un enorme inconveniente por la coyuntura de Interbolsa.
Morelli aseveró que el proyecto en medio de su complejidad debió presentarse con mucho más tiempo. “Esta pelea contra el tiempo es compleja, yo creo que descubrir la realidad no me coloca a mi ni en la oposición ni en la complicidad con nadie porque agenda política no tenemos”.