La delegación negociadora de las Farc respondió este jueves a las “altisonantes” palabras de Humberto de la Calle antes de viajar a Cuba. Dijo que es insensato que “mientras se hacen declaraciones de escalar la guerra se eleven quejas por las consecuencias que esta desata”, señaló que la guerrilla no ha venido a La Isla a perder el tiempo y le pidió al gobierno que no busque “floreros de Llorente” para acabar el proceso.
Minutos antes de iniciar una nueva ronda de negociación en La Habana, Cuba, la comisión negociadora de la guerrilla de las Farc emitió un comunicado en el que responde a la tensión con la que inicia este nuevo acercamiento con el gobierno nacional.
El documento afirma que la guerrilla no va a “discutir con la delegación gubernamental en la mesa, asuntos de la confrontación, tal como ha sido convenido”. Con esto se refiere a la polémica desatada por el secuestro de 2 uniformados en el Valle del Cauca y las palabras en las que las Farc afirman que “no descartan” retener más policías y militares.
Esta coyuntura obligó al gobierno a emitir una fuerte declaración a través del vocero de la comisión negociadora, Humberto de la Calle. El exvicepresidente afirmó que con este tipo de acciones minan la confianza en el proceso de paz y generan desconfianza tanto en el país como en la comunidad internacional.
Frente a las duras palabras de De la Calle, la guerrilla señaló que en todo momento ha guardado “silencio frente a los bombardeos y al uso desmesurado de la fuerza por parte de la aviación contra nuestros campamentos en tregua unilateral”, porque son las lógicas de negociar en medio del conflicto.
Las Farc cuestionan que mientras Humberto de la Calle señala que la orden presidencial a la fuerza pública es seguir persiguiendo a los insurgentes, se quejen por las “consecuencias que la guerra desata”. Se refieren al secuestro de los dos uniformados y al rechazo que hizo el vocero del gobierno de esta acción.
Como consecuencia de estas acciones, las Farc ven cada vez más necesario “un cese bilateral de fuegos y de hostilidades, o en su defecto convenir un tratado de regularización de la guerra, como lo hemos sugerido con reiteración”. El expresidente Ernesto Samper comparte esta posición y es partidario de llegar a “acuerdos mínimos” para humanizar el conflicto.
La guerrilla le ha pedido al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y al comandante de las fuerzas militares que analicen esta propuesta humanitaria, que abriría “campo para que el proceso avance sin sobresaltos”.
El “ministro de la guerra” ha dicho que la orden del Presidente es seguir persiguiendo campamentos, bloques y frentes de las Farc y que solo habrá cese de hostilidades cuando se logro un acuerdo que ponga fin a décadas de conflicto armado. Dijo además que no le contesta a bandidos, frente a la propuesta de la insurgencia.
De la Calle también anunció en su declaración previa al viaje a La Habana que el gobierno no quiere desgastarse en lograr acuerdos para regularizar la guerra sino que llega a la negociación para poner fin al conflicto.
Ante la solicitud del gobierno, que le pidió a la guerrilla que digan si quieren la paz o no, para no hacerle perder tiempo ni al país ni al gobierno, las Farc afirmaron este jueves que no han venido “a perder el tiempo en la Habana ni a hacérselo perder a nadie, sino a buscar la paz con justicia social para Colombia”.
Añadió que han “presentado Diez propuestas para una política de desarrollo rural y agrario integral, y estamos a la espera de una propuesta del gobierno que responda al clamor de cambio del país nacional”.
Finalmente, las Farc señalaron que al país no le conviene buscar un “florero de Llorente” para “romper la mesa”, cuando lo que se requiere es “inventiva, pasión, y que con hechos concretos, sin demagogias, el gobierno de pasos definitivos, sacando a la gente de la miseria, para acabar la guerra que desangra a la patria”.
También afirmó nuevamente que la única forma de alcanzar un verdadero pacto de paz es a través de una Asamblea Nacional Constituyente.