Freddy Mendoza y Jorge Gil, organizadores de múltiples encuentros de vehículos antiguos, decidieron que era el momento de crear un evento periódico que juntara a todas las personas vinculadas o interesadas en los vehículos de colección.
En julio de 2006, Freddy Mendoza y Jorge Gil, organizadores de múltiples encuentros de vehículos antiguos, decidieron que era el momento de crear un evento periódico y permanente que convocara a todas las personas vinculadas directamente o interesadas en el tema de los vehículos de colección.
Escucharon propuestas y comenzaron a trabajar arduamente en el proyecto que acaba de cumplir 9 años. El lugar escogido es un parqueadero ubicado en la Calle 14 N. 3-78, en el tradicional barrio La Candelaria, centro histórico de Bogotá. No habría mejor lugar para reunir el último domingo de cada mes a todos los interesados en preservar el patrimonio histórico sobre ruedas, que La Candelaria, un sector tan amenazado por el paso del tiempo, como por el descuido, la indiferencia y la desidia.
Asì, fueron llegando los vendedores de autopartes nuevas y usadas para vehículos antiguos, comerciantes de libros, catálogos y revistas y los de modelos a escala, además de un ilustrador y muchos vendedores de comida. Todos, ya se han convertido en asistentes habituales al evento. En nueve años, el evento ya se ha vuelto tradicional y concurren personas de todos los lugares de la ciudad, del país y del mundo. La Feria Antiguomotriz ya es una atracción más de la capital, digna de ser visitada y disfrutada, para observar los vehículos en venta, al igual que los que exhiben sus orgullosos propietarios, o para saludar a los amigos, conocer a los nuevos e intercambiar ideas, comentarios y opiniones sobre carros clásicos.
Los autos antiguos son una pasión y afición, una forma de vida que se ha convertido en una “enfermedad” afortunadamente incurable para quienes la padecemos. La Feria, ha tenido tal éxito, que desde hace varios años el encuentro mensual del mes de noviembre, se realiza en una finca en el municipio de Subachoque (Cundinamarca), donde se han llegado a reunir más de 600 vehículos de colección.