El modelo más relevante en la operación de Ford en Colombia llegó al ‘cuarto piso’, como un símbolo de innovación y juventud que trasciende en el tiempo.
El Ford Fiesta es a todas luces uno de los modelos más impactantes concebido por la automotriz del óvalo durante los últimos 40 años. Así es, ya han pasado 4 décadas desde que el Fiesta viera la luz por primera vez, antes de convertirse en sus inicios en emblema de libertad con moderación para varias generaciones de conductores, y posteriormente en símbolo de juventud, alta tecnología y máxima eficiencia para miles de propietarios en todo el mundo, quienes año tras año vienen descubriendo cómo el Fiesta se supera a sí mismo.
Su historia comenzó en medio de la gran crisis energética de los 70s, que obligó a los fabricantes a desarrollar vehículos compactos de bajo consumo y modestas exigencias de potencia, bien distintos a los enormes y glotones ‘buques mercantes’ fabricados exitosamente hasta entonces. Era el momento de replantear las reglas del juego y re-pensar con mayor eficiencia, para lograr un producto atractivo a pesar del clima reinante de austeridad energética. No en vano alguien dijo que de los momentos de crisis surgen las grandes ideas.
En tales circunstancias, la división europea de Ford puso en marcha en 1973 un proyecto especial bajo el nombre clave ‘Bobcat’, que en español traduce ‘lince’ o lo que es lo mismo, ‘gato sin cola’, dejando en el aire un indicio de lo que sería su novedoso modelo y que a la postre, en 1976, saldría finalmente de la línea de ensamblaje de la planta Ford en Valencia, España, como el vehículo más pequeño fabricado hasta el momento por la automotriz: había nacido el nuevo Ford Fiesta.
Desde aquellos días hasta hoy, el mercado mundial se ha deleitado con 6 generaciones del Fiesta (1976, 1983, 1989, 1997, 2002 y 2008) y ha presenciado con beneplácito la alucinante evolución de su concepto, sin que se alterara su esencia. Las formas rudas y angulosas, vanguardistas en su momento, han dado paso a las líneas fluidas y enérgicas; la discreta máquina debutante de 957cc que erogaba 40 caballos de potencia, fue la antesala del hoy reactivo motor de 1.600cc y 120 caballos de potencia; de la primigenia caja manual de 4 marchas, pasamos ahora a una de 6 velocidades que puede ser manual o automática con selector de marchas; y ni hablar de la seguridad y la tecnología a bordo, aspectos en los que el Fiesta ha adquirido una madurez solo comparable con la de modelos de categorías superiores.
En Colombia, la ‘fiebre’ del Fiesta empezó a brotar tímidamente con su cuarta generación, denominada internamente como MK4, la cual llegó al país en el 97 directamente de Brasil siendo ésta la primera ensamblada fuera de Europa. Ocho años después, en 2005, veríamos en nuestras calles la quinta generación (MK5), célebremente conocida como Supercharger por su motor de 1.0L fortalecido con un súper-cargador que le permitía desarrollar 96HP, nada mal para su tamaño.
Pero fue en 2010 y gracias a una representación más robusta, cuando se desató por completo la ‘Fiesta-manía’ en el país con el arribo de su sexta generación – presentada mundialmente dos años atrás – , modelo que a la postre revolucionaría el segmento de los autos subcompactos como ningún otro, por cuenta de su diseño e inigualable oferta de valor, ecuación en la que la tecnología jugó y juega un papel protagónico. De hecho, en sus primeros 4 meses de vida comercial en Colombia se facturaron 1.649 unidades, un 65% por encima de lo estimado.
Todos los atributos del Fiesta alcanzaron una especie de ‘clímax’ en 2013, cuando su sexta generación recibió un refrescamiento radical no solo en su apariencia – que se alineó con el lenguaje de diseño Kinetic Design – sino también en términos de tecnología y seguridad, consolidándolo como uno de los referentes más sólidos de su segmento.
Es la configuración vigente en la actualidad y su éxito en el mundo es tal, que se está produciendo un Fiesta cada 86 segundos para atender la demanda, especialmente de regiones como Europa donde se ha convertido en el subcompacto más vendido por cuarto año consecutivo. En Colombia, es el vehículo más relevante de Ford en Colombia, representando más del 45% de las ventas totales de la marca – de ahí que se esté vendiendo un carro cada 1.3 horas -, y en sintonía con sus 40 años, se proyectan ventas acumuladas por más de 40 mil unidades al cierre de 2016.
No obstante el paso del tiempo, la esencia que inspiró el Fiesta permanece intacta. Aún ocupa poco espacio en la calle y se mueve con mucha agilidad, solo que adentro es mucho más habitable, confortable y está conectado con el mundo. Todavía resulta muy eficiente en consumo de combustible aunque ahora vuele por las carreteras, y sus contornos siguen siendo motivo de desvelo para sus seguidores. Y lo mejor, su carácter juvenil e innovador está siempre latente generación tras generación, demostrándole al mundo que llegar a los 40 nunca fue tan emocionante y divertido.