Cómo descender a los infiernos, fotografiar el viaje y vivir para contarlo. Este es el extraño caso del fotógrafo escocés Graham MacIndoe, un exitoso fotógrafo de prensa quien se inmortalizo mientras caía en los abismos de la heroína.
Maclndoe documentó su adicción a la heroína en más de 300 autorretratos con todo tipo de detalles: desde la preparación de la dosis al chute, pasando por los inevitables desvanecimientos en cualquier lugar (camas, suelos, escaleras, calle).
El fotógrafo y habitual colaborador del diario The Guardian, logró desintoxicarse en 2010 y ahora presenta una muestra de su peculiar trabajo fotográfico, My Addiction.