Los diputados franceses adoptaron hoy de forma definitiva el texto que legaliza los matrimonios entre personas del mismo sexo, con los votos a favor de la izquierda y en contra de la oposición conservadora.
La derecha anunció que recurrirá el texto ante el Consejo Constitucional, que deberá pronunciarse en las próximas semanas, antes de la entrada en vigor de la ley, prevista para los próximos meses.
Los diputados dieron luz verde a una polémica ley impulsada por el presidente socialista, François Hollande, y que ha provocado una intensa protesta entre sus detractores, que se han ido radicalizando a medida que se agotaba el debate parlamentario.
A menos que lo impida el Consejo Constitucional, la ley será promulgada en las próximas semanas por el presidente francés, François Hollande, y las primera bodas homosexuales podrán tener lugar en pocos meses.
La primera boda será celebrada en Montpellier (sureste de Francia) y contará con la presencia de destacadas figuras del Gobierno socialista.
La ley salió adelante con 331 votos a favor, esencialmente procedentes de los diputados de la izquierda que apoyan al Gobierno, frente a los 225 que se pronunciaron en contra, la mayor parte originarios de los bancos de la oposición conservadora.
La jornada, en la que el presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone, tuvo que desalojar la tribuna de invitados por los incidentes provocados, reflejó la tensión de las últimas semanas, cuando los opositores a la legalización de las bodas homosexuales multiplicaron sus manifestaciones.
Casi un millar de policías se desplegaron en torno a la Asamblea Nacional para evitar ataques, mientras partidarios y detractores de la ley se daban cita en dos manifestaciones separadas no lejos del lugar.
Con la votación de hoy se pone fin a medio año de trámites parlamentarios para sacar adelante una de las promesas electorales de Hollande.
El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, mostró hoy su confianza en que el final del debate parlamentario “acabe con estas polémicas absurdas” y todo el país se congratule de haber dado paso a un nuevo derecho.
“Hoy es un día histórico”, afirmó la ministra francesa de Justicia, Christiane Taubira, madre intelectual del texto que considera como “el final de una discriminación”.
Pero no parece que la derecha quiera enterrar el hacha de guerra, como augura el recurso ante el Constitucional, aunque todos los expertos le dan pocas opciones de éxito, lo que les deja como única salida protestar fuera de las instituciones.
En primer lugar en la calle, donde las asociaciones contrarias a la ley han asegurado que mantendrán la presión con nuevas manifestaciones, tras el éxito registrado en las convocadas hasta ahora.
El próximo día 5, víspera del primer aniversario de la elección de Hollande a la presidencia del país, han llamado a una nueva jornada de protesta y el 26 de mayo, día de la madre, a una gran manifestación en favor de la familia.
Al tiempo, muchos alcaldes conservadores ya han avisado que se negarán a casar a parejas del mismo sexo invocando la objeción de conciencia, mientras diputados de la derecha prometen acabar con la ley cuando vuelvan al poder.
La ley no recoge la posibilidad de las parejas de lesbianas de acudir a la fecundación artificial para tener hijos, una situación que el Gobierno pretende reglamentar conjuntamente para las parejas heterosexuales en una ley sobre la familia que será presentada próximamente.
Pese a ello, las asociaciones de homosexuales mostraron su satisfacción por el avance que supone el texto, catorce años después de que el Parlamento les permitiera convertirse en parejas de hecho.
Algunos diputados de izquierda compararon la ley con la abolición de la pena de muerte o la legalización del aborto.
Hoy Francia se convierte en el décimo cuarto país que autoriza a casarse a personas del mismo sexo, opción que se abrió en 2001 en Holanda y que posteriormente adoptaron Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Argentina, Islandia y Dinamarca.
Uruguay y Nueva Zelanda se han sumado este año y el Reino Unido tiene muy avanzado el trámite parlamentario para unirse al grupo, en el que también están una decena de estados de Estados Unidos, algunos de Brasil y de México.
Con EFE