Francia tramita matrimonio homosexual

El Gobierno socialista francés presentó hoy en la cámara de los diputados el proyecto de ley que permite matrimonios homosexuales, primera fase de un trámite parlamentario que ya augura dos semanas de debate intenso con la oposición conservadora.

“Queremos convertir una institución republicana como es el matrimonio en una institución universal”, clamó la ministra de Justicia, Christian Taubira, encargada por el Ejecutivo de defender un texto que supone el cumplimiento de una de las promesas electorales del presidente, François Hollande.

Taubira habló en un ambiente tenso, lo que augura un debate duro con la oposición que ha hecho de esta ley uno de sus principales acicates para atacar al Gobierno, como ponen de manifiesto las 5.300 enmiendas presentadas al texto.

La conservadora UMP, que viene apoyando las manifestaciones contra la ley del matrimonio homosexual, pretende llevar al Parlamento la discrepancia que hasta ahora se había expresado en la calle y en los medios de comunicación.

Su principal reivindicación consiste en la retirada del texto y en que el presidente convoque un referéndum sobre la cuestión.

Pero ni esta petición, ni la multitudinaria manifestación del pasado día 13, que según los organizadores reunió en París a un millón de contrarios a las bodas entre personas del mismo sexo (340.000 según la policía) han desviado la voluntad del Gobierno de seguir adelante con su texto.

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, aseguró que su mayoría parlamentaria les legitima para presentar un texto que reconoce un derecho a una parte de la población.

El jefe del Gobierno recordó que los conservadores ya se opusieron en 1999 a la ley de parejas de hecho para los homosexuales que ahora consideran como buena.

“Cada vez que hemos hecho progresar la igualdad en nuestro país se han generado dudas e inquietudes, pero una vez adoptadas esas leyes se han considerado como un avance de toda la sociedad francesa”, dijo Ayrault, que auguró que la oposición no derogará la ley de los matrimonios homosexuales.

En la misma línea, Taubira aseguró que la ley pretende equiparar los derechos de las parejas homosexuales con los que tienen los heterosexuales y aseguró que su texto incluirá la posibilidad de adoptar.

Acusó a la oposición de “egoísmo” por querer “reservar una institución a una sola parte de la población” y también de “hipocresía” y de crear “campañas de pánico” para confundir a la opinión pública sobre las consecuencias para los niños de esas parejas de personas del mismo sexo.

La adopción es, precisamente, el principal punto de controversia de la ley y también el elemento que más división crea entre los franceses.

Los sondeos indican que más del 60 % de los galos apoyan la legalización de los matrimonios homosexuales, pero solo la mitad son favorables a autorizarles a adoptar niños.

“Esta ley supone en sí misma la negación de las diferencias entre los dos sexos, de la procreación y de la relación con el niño. Supone otorgar el derecho a dar hijos a parejas que las leyes de la naturaleza no les da”, afirmó el diputado conservador Henri Guiano, muy próximo al expresidente Nicolas Sarkozy.

“El Gobierno tiene miedo a plantear el auténtico problema. Si se autoriza la adopción, se abre la puerta a la procreación asistida de las parejas del mismo sexo”, aseguró el presidente del grupo parlamentario de la UMP en la Asamblea Nacional, Christian Jacob.

El texto presentado por el Gobierno no incluye esa posibilidad, que permitiría a una pareja de lesbianas recurrir a la fecundación artificial para tener hijos, lo que supone una de las peticiones de los colectivos homosexuales.

El Ejecutivo lo sacó a última hora de su proyecto de ley y se comprometió a presentarlo en otro sobre la familia que será debatido a partir de marzo próximo.

Pero ecologistas y comunistas han presentado varias enmiendas que obligarán a los diputados a debatir sobre ese asunto.

Las enmiendas también han sido utilizadas por otros parlamentarios para obstruir el debate.

Para tratar de ridiculizar la ley del “matrimonio para todos”, el ultraderechista Jacques Bompard presentó varias enmiendas en favor de la poligamia, del incesto o de las bodas con menores.

Con EFE