Gael García el hombre de “NO”

La cinta chilena NO de estreno reciente en el país, relata la historia del proceso creativo de la campaña televisiva del No, en el plebiscito de Chile en 1988, y la importancia que tuvo para la caída del régimen de Augusto Pinochet. Entrevista con Gael García.

A la película NO se le pueden realizar varias lecturas en aras de comprender, no sólo una historia ficticia, sino el trasfondo de dos corrientes apasionantes: la política y la publicidad.

Una de estas lecturas nos lleva a evaluar el contexto histórico de Chile en el momento en el que transcurre el plebiscito. Un periodo marcado por la incertidumbre, pero en el que se logra la estocada nacional que tumba al dictador que los gobernó entre 1973 y 1990. Otra lectura es la del creativo, la del gestor de una propuesta que sobrepasó las expectativas y logró trascender las imágenes violentas de las víctimas de Pinochet. Esa es la lectura sobre Eugenio García, un hombre que le vendió a los chilenos el sueño de vivir en un país sin miedo y los convenció de que el cambio era posible. Él fue el creador de la campaña que los medios calificaron como, “la campaña que derrocó a Pinochet”.

García es publicista, pero su recorrido académico abarcó sin éxito la arquitectura, el arte y finalmente la filosofía. A la publicidad llegó motivado por una sola palabra, un término que para cualquier filósofo es un reto: el “concepto”. Realizó exitosas campañas para productos comerciales como bebidas gaseosas, chocolates, telenovelas y otros tantos antes de llegar al mítico eslogan, “Chile, la alegría ya viene” y finalmente salió victorioso en el mundo publicitario, ya que estableció un punto entre todas las agencias de comunicaciones de su país. “Lo que importa, es la imagen”, sentenció.

En la cinta, Eugenio García es representado por Gael García, famoso por películas como “Amores Perros”, “El Crimen del padre Amaro” y su colaboración con directores de la talla de Pedro Almodóvar. El papel de García resulta completamente verosímil y consecuente, aunque de golpe cojea cuando su personaje, René Saavedra olvida que es chileno y habla con acento mexicano. A pesar de esto, el mismo Eugenio asesoró a Gael para darle vida al personaje, con el cual el creativo se sintió satisfecho.

Para Eugenio, lo que debía transmitir la película era “la esencia de nuestra campaña, que era mostrar la brutalidad del régimen pero sin enseñar la herida, sino los sentimientos que provocó”. Según afirmó, “eso tiene una gran fuerza emocional y fue lo que finalmente convenció a la gente de que sí, de que la gente debía tomar la palabra. Que tenía que votar y votar no a Pinochet”.

Por su parte Gael García, quien además de actor está realizando un doctorado de filosofía en Suiza, se preparó viviendo en Santiago de Chile donde tuvo la oportunidad de entrevistar a los personajes que intervinieron en el proceso creativo de la campaña. Según García, -el actor-, su personaje no sólo representa la cabeza de la campaña, sino al contrario un conjunto de creativos que con sus aportes gestaron una idea que de lejos, “está enmarcado en el contexto social del Chile actual”.

¿René Saavedra es un símbolo de su época, o simboliza lo que estamos viviendo hoy?

Gael García: René es un personaje inherente al contexto en que vivía, pero a la vez también es eterno; simboliza el despertar político de una persona aparentemente apolítica. Es la consecuencia de la política que vivieron sus padres en el exilio, de la persecución, de la sensación de ser un extranjero. En algún momento de la historia busca inconscientemente una forma de reconciliarse con su lado político, al que recurre para cambiar su entorno más inmediato. Creo que el rito de paso a la madurez es recurrente en el ser humano; surge siempre y cuando nos demos cuenta de que podemos cambiar las cosas.

¿Cuál fue el mayor éxito de la campaña del NO, teniendo en cuenta su dimensión política y publicitaria?

GG: El mayor éxito de la campaña del NO fue aprovecharse, por un lado, del sistema neoliberal instaurado por la dictadura para su propia conveniencia y, por otro, la democratización de los medios en el estado rudimentario en que estaban entonces. Puede decirse que la campaña superó a la derecha desde la izquierda y la derecha. Fue una llamada al optimismo y a la felicidad en un país sumergido en las dolorosas consecuencias de su política más reciente. Pinochet es el único dictador de la historia reciente que ha dejado el poder mediante un referéndum democrático.

¿Cómo encaja René Saavedra en eso?

GG: Creo que lo que se consiguió en aquel momento fue uno de los actos de fraternidad más importantes y más puros que ha vivido la democracia. A pesar de saber que las elecciones eran en gran parte fraudulentas desde el principio, confiaron en que el sacrificio valía la pena y que debían dar la cara de una vez por todas; por ellos mismos, sus padres y sus hijos. Es aquí donde René Saavedra, en mi opinión, se convierte en un ser creíble y heroico. Larga vida a Saavedra. Ya le echo de menos.